Las próximas dos semanas pasaron corriendo, Elisa se veía con Marcos todas las tardes al salir del trabajo, algunas iban a surfear y otras a bailar. Lo cierto era que ella no necesitaba mas clases, ya bailaba perfectamente, pero le gustaba hacerlo con el así que no se negaba a seguir haciéndolo.
Era miércoles y el viernes las chicas llegarían a Miami en el vuelo de las once, Elisa había planeado una fiesta de bienvenida con Pablo, Soraya y Marcos, además de unos cuantos amigos mas.Ella quería que todos conocieran a sus amigas y que ellas se lo pasaran genial allí.
-Bueno ha sido un día muy largo ¿no chicos? –Pablo caminaba hacia el aparcamiento de la agencia junto a Elisa y Marcos
-Si, nuestros clientes son cada vez mas exigentes –Marcos había tenido varios problemas, por culpa de las peticiones de algunos de los clientes
-Pero recuerda que los clientes siempre tienen la razón –Elisa estaba feliz, ella tambien estaba cansada pero ahora iría a la playa y se relajaría cogiendo algunas olas y con Marcos
Al llegar a su casa ella subió a su habitación a ponerse el biquini mientras Marcos se quedo abajo jugando con Coper. Después juntos caminaron con sus tablas hacia el agua y comenzaron a competir, a Marcos le encantaba desafiarla.
-¿Estas cansada? –Salieron del agua después de una hora, soltaron las tablas en la arena y se sentaron el uno junto al otro
-¿Del surf? No, me podría llevar todo el día –Elisa sonreía, era verdad le encantaba y le relajaba, pero sobre todo le gustaba ver a Marcos sobre su tabla con su torso mojado, disfrutaba de las vistas, eso no era malo ¿no?
-Yo me podría llevar todo el día junto a ti –Marcos se acerco a ella y sin previo avisó la beso, fue un beso delicado pero largo. Después se separo un poco de ella para poder mirarla a los ojos –Hagamos lo que sentimos, nadie puede juzgarnos
Las palabras de Marcos se repetían en la cabeza de Elisa, a pesar de que en mas de una vez había deseado que el la besara y la abrazara, desecho esos pensamientos de su cabeza recordando que era una mujer casada. Pero su marido iba por ahí con su amante sin importarle nada, ¿Por qué ella no podía rehacer su vida?
-No me importa lo que los demás digan –Marcos pareció sorprendido ante la respuesta de Elisa pero aun mas ante la reacción de ella . Se acerco a el y le beso.
Marcos la rodeo con sus brazos e intensifico el beso, deseaba tenerla cerca de el, Elisa paso los brazos alrededor de su cuello y abrazados el uno al otro, besándose sin parar cayeron sobre la arena.
Cuando se dieron cuenta que la gente les observaba se sonrojaron y se levantaron de la arena de inmediato riendo, caminaron hasta la casa de Elisa abrazados. Marcos se despidió de ella en la puerta, agarrándola por la cintura y besándola nuevamente.
Ángel llevaba ya casi dos semanas en Millán y no sabia que hacer, por lo menos la prensa ya había anunciado su viaje para ver a su esposa y eso mejoraba la situación bastante. Llamaba constantemente a David para pregúntale que tal iba todo por allí y aprovechaba sus vacaciones para ir al gimnasio, hacia tiempo que no iba. En mas de una ocasión se sorprendió a si mismo, mirando por las calles buscando a Elisa.