Capitulo 37; Santorini

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Angel y Elena tomaron el vuelo directo a Santorini, una de las Islas Cicladas, en Grecia y llegaron sobre las ocho de la tarde  Santorini era una isla preciosa en la que predominaban las casas encaladas de blanco y puertas y ventanas pintadas de vivos colores (predominando el azul)  Casi todos los puertos de la isla eran de reducidas dimensiones y estában situados en el interior de la caldera volcánica. Elisa y Angel pasaron su luna de miel en Santorini, en Fira (Thira) la capital, que cuelga sus estrechas callejas empinadas de casas blancas sobre la caldera, justo al borde del acantilado desafiando los verticales muros de piedra volcánica. La ciudad se disponía de forma alargada, de norte a sur, sobre el acantilado. Al sur la calle «Agíou Miná» discurre por el filo de la caldera hasta la Iglesiade«Agíos Minás» del siglo XVIII, símbolo de Santorini.
La plaza mayor de Santorini «Plateia Theotokópoulou» es terminal de autobuses y confluencia de todas las carreteras que van a los distintos pueblos de la isla. El antiguo y pequeño puerto de Fira «Skála Firón» (Escalera de Fira) está situado 270 metros bajo la ciudad, al pie del acantilado. No dispone de carretera. Para subir a Fira hay que utilizar una larga escalera de 588 escalones, teleférico o burro. Santorini dispone de muchas calas recónditas y playas de arena negra o roja y agua de azul intenso.

Quizás la playa más conocida de Santorini por su cercanía a Fira y su ambiente familiar, apta para niños, sea la playa de Kamari, de arena negra, situada al este de la isla y era junto a esta playa donde Angel habia alquilado una pequeña casa de campo, blanca y con las puertas y ventanas pintadas de azul cielo  Tenia una romantica vista al acantilado, desde el que se podia observar la playa y el mar, ademas de la hermosa puesta de sol

Cuando Elisa llego a la casa se impresiono, no era muy grande pero era muy bonita y romantica, tenia un salón todo blanco adornado con hermosos cristales y un ventanal por el que la luz del sol entraba iluminando la habitación, la cocina era preciosa de un tono azul cielo y daba salida a una terraza exterior, desde la que se podia ver el acantilado  El baño era inmenso con una bañera antigua incrustada en el suelo a la que se accedia mediante unos escalones, todo de un tono azul que te hacia parecer estar en el mismisimo cielo  La habitación estaba pintada de un color beige claro, una cama con dosel estaba justo en el centro, y un gran balcon iluminaba la habitación y permitia la entrada de la brisa del mar

-Me encanta –Elisa corrió hacia su marido después de haber visto toda la casa y lo abrazo para después besarlo –Te quiero

-Esta es la luna de miel que tu te mereces –El le acaricio la cara y la abrazo –Es tarde, que te parece si vamos a dar un paseo  por la isla y cenamos algo

Angel y Elisa decidieron ir a Oia, al noroeste de Santorini donde antes de la hora mágica de la puesta del sol cientos de personas se congregan emocionadas, envueltas en un ambiente de magia y misticismo y todas permanecen expectantes, en silencio, esperando desde cualquiera de las callejuelas del pueblo o desde la pequeña fortaleza, el momento en que el sol se funde con el mar, para contemplar la que se considera una de las puestas de sol más bellas del mundo. Tomaron el autobús en Fira y en tan solo veinte minutos habian llegado a Oia, subieron a la pequeña fortaleza para poder ver la puesta de sol Era un espectáculo precioso, el mar se tornaba anaranjado mientras el sol se ocultaba  tras el   

-Es precioso –Elisa sonreía admirando el paisaje mientras Angel la abrazaba

-Si, lo es –El estaba nervioso, no podia dejar de pensar en Natalia, en el niño, en que estaba engañando a Elisa y en que pasaria si su mujer descubria todo

Mentiras (Abriendo los ojos)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora