Capítulo 7

32 11 1
                                    

ANTES

Se acerca la noche y aun no puedo sacar esa escena de mi cabeza. Sus labios con los míos. No puedo explicar lo que sentí por unos minutos, me atrevería a decir que lo haría una vez más. Ya estoy en casa, se supone que Chad pasará por mí. Me cuestiono una y muchas más si el no haber insistido a que me acompañe estuvo mal. Realmente quería que vega conmigo, el ambiente en una fiesta hace que todos pierdan la noción de lo que es lo normal.

Recostado en la cama, con toda la habitación a oscuras intento pensar en cualquier cosa menos en lo que he tenido en mente casi toda la tarde. No sé si ya lo he dicho pero, su dormitorio está en frente del mío.Cuando eramos niños y no podíamos dormir, solíamos escribir en nuestras ventanas como si fuéramos agentes secretos. Aun lo hacemos, pero no tan seguido como de pequeños. Si observo por mi ventana, puedo ver la suya. No me levanto pero se que están sus luces apagadas. Millones de preguntas me invaden...

¿Estará dormida? Es muy temprano. ¿No quiere hablarme? ¿Está molesta?

Hubiera seguido creando más preguntas pero la bocina de mi amigo hace que mis pensamientos se detengan. No tardo mucho en bajar, me despido de mi madre y padre, y subo a su camioneta. Saludo a mi amigo y mientras abrocho mi cinturón puedo notar a través de la ventana a ella. Escondida entre las cortinas intentando que no sea obvio. No puedo evitar sonreír al verla, aunque sé que no está feliz. No logro descifrar su estado de animo, realmente me gustaría saberlo.

Chad comienza a conducir y siento sus ojos en mí hasta que nos alejamos de la casa.

— Te está viendo. - Me informa aunque ya sabe que lo sé. — ¿Se debe a algo en particular?

Vuelvo a mi asiento y cierro los ojos. — Nos besamos.

No quiero oírlo, por eso simplemente observo el paisaje oscuro que me brinda la noche.

— ¿Y por qué no suenas como si hubieras ganado la lotería?

Juego con la etiqueta de mi remera. — Créeme, me sentí así cuando ocurrió. Pero todo eso desapareció en el segundo que quiso irse a su casa. - Mufo.

Mi amigo solo se ríe. — ¿Qué es lo gracioso? - Hablo molesto. 

— ¿No se te ocurrió pensar que tal vez ella sintió lo mismo?

Lo miro irritado. — ¿Estás bromeando, no?

— De hecho, no. - Dice mientras pone música de los ochenta. — ¿Qué te puedo decir, amigo? Las mujeres son complicadas. 

No respondo. Tal vez tenga razón, puede que le haya dado pena. Nos conocemos hace tantos años y a la vez siento que no la conozco para nada. 

Llegamos a la casa de Ash, su casa es más grande que la mía y la de Molly juntas. Comienzo a arrepentirme de haber venido en el instante que veo a la dueña y Amanda en la entrada. No quiero que se malinterprete esto, ambas me caen genial pero, siento que no es aquí donde debería estar esta noche.

Bajamos del coche y ambas chicas dejan su grupo de amigos y se acercan. — Bienvenidos a la mejor noche de sus vidas.- Dice la rubia. — Vengan, esto les encantará.

Todos la seguimos e ingresamos a la casa. Como era de esperarse, el alcohol abunda en este lugar, y estudiantes ebrios no faltan. La rubia nos ofrece cerveza a lo cual rechazo ya que el trato con Chad era que al volver yo conduzco. Así que me conformo tomando gaseosa. 

La música comienza a subir y mis pensamientos por ella no se alejan. Al volver del baño me doy cuenta que todos mis amigos han desaparecido. Esto no es lo que esperaba. Creí que al llegar todo lo que ha pasado en el día se iría de mi mente, pero no, aquí estoy intentando borrar mis sentimientos.

— Pensé que estabas en el baño.- Escucho por detrás. 

<<Mierda.>>

Volteo para confirmar mis sospechas. — Pues si, estaba. - Consigo decir y busco a Chad entre la multitud. — De hecho, creo que ya me iré. - Digo he intento apartarme pero ella me detiene.

Coloca sus manos en mi pecho, son frías. Cualquiera en este lugar se hubiera llevado a Amanda a la cama si estuviera en mi lugar, es una pena que yo no sea cualquiera. Tengo ganas de marcharme, pero sería muy egoísta de mi parte hacerlo. Vine con Chad, por lo tanto, si me voy el tiene que acompañarme.

Se acerca a mi oído a lo cual me vienen escalofríos. — Ven conmigo...- Susurra y toma de mis manos para llevarme arriba. 

Esta no es su casa, pero ella y Ash son como hermanas, hacen todos juntas. No me sorprendería que tenga su propia habitación. 

Subimos y entramos  a un dormitorio que por mi suposición son de los dueños de la casa. Debo admitir que nunca tuve un alma aventurero, el hecho de estar aquí me incomoda. Noto como la morena se comienza a sacar su vestido negro super ajustado y se acerca lentamente a mí. Necesito salir de aquí.

Se que si Chad estuviera aquí, lo cual sería muy raro, estaría festejando este momento. Sin embargo, lo único que siento ahora, es encierro. 

La chica me empuja hacia la gran cama que se encuentra en el centro del lugar. Ya se a donde va esto, y no me está gustando. Se sube sobre mi regazo y comienza a darme besos en el cuello. Intento convencerme que no es ella, que es... No importa. 

No puedo hacerlo. 

Siento como su mano desciende hasta mi entrepierna. Es allí donde decido parar todo. — Amanda... - Intento decir, pero ignora mi llamado y coloca su mano sobre mi pantalón. 

Vuelvo a llamarla, a estas alturas no se si me está ignorando o estoy susurrando. Noto que intenta abrir mi pantalón y me siento al instante.

Su reacción es extraña, no logro descifrar si me golpeará o me gritara. Parte de ella aún sigue sobre mí y la otra en la cama. No voy a negarlo, es muy linda, tiene un cuerpo que parece esculpido y sus facciones... Son bellísimas. Solo hay un problema, no es Molly.

— Amanda, realmente lo lamento. - Digo y me acomodo en la cama. — No eres tu, soy yo que estoy confundido. 

— ¿Confundido?

Suspiro. — Si, ni yo me entiendo. - Digo y me cubro el rostro.

Agarra mi rostro con sus manos e intenta verme a los ojos. — Puedo hacer que comiences hacerlo...- Dice y me besa. 

Sus labios, al igual que sus manos, son frías. No lo entiendo, ¿Por qué me siento así? 

Molly me ha rechazado. ¿Porqué sigo pensando en ella? 

Pensamientos y dolores dan vuelta mi cabeza y hacen que bese a la chica con ganas. Cuando en el fondeo se que quisiera que fuera otra persona. Mientras la beso, vuelve a poner su mano en mi bulto. Ignoro que lo está haciendo, solo quiero dejar de pensar en ella. 

Molly, ¿Dónde estás? [PARTE II - ELS]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora