Capítulo 8

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ANTES

Han pasado días desde esa fiesta. Molly apenas habla conmigo, realmente me siento vacío sin ella. Observo mi móvil y realmente me gustaría ver su nombre en pantalla, pero no creo que eso suceda.

Hay veces que la vidas nos da ciertas situaciones, es allí donde conocemos nuestros límites, hasta donde y qué somos capaces de hacer. Mentiría si dijera que lo que pasó no me sorprende, pero la realidad es otra. No se exactamente que ocurrió, me desconocí. Casi lo hago con una de las chicas más sexys del instituto. Aunque no me arrepiento de nada, salvo de haber querido olvidarla.

FLASHBACK

Bajo las escaleras a las corridas, lo cual hace que me lleve puesta varias personas. Para mi suerte, uno de ellos es  mi amigo el cual había perdido hace rato.

— Creí que estabas con Amanda arriba. - Dice haciendo gestos graciosos.

Miro en dirección de donde vengo. Está allí, mirándome y aún en ropa interior. — Es que allí estaba.

Me mira sorprendido, no me sorprende. — Perdón, creo que alguien me puso botellas de alcohol en las orejas... ¡¿Acaso lo hicieron?! 

— Chad, tu sabes que ella no es mi tipo... - Digo colocando mi mano en mi cabello. — Creo que lo mejor es que me vaya.

Mira a la morena que desde arriba le guiña un ojo. Supongo que soy facil de olvidar. — Pero... - Dice lentamente.

— Tranquilo, se que estarás ocupado. - Digo bromeando a lo cual me empuja. — Me iré caminando, necesito tomar aire. 

Me despido de el y comienzo a caminar hasta casa. No se si el camino es muy largo o el no beber alcohol hace que el trayecto a casa sea más aburrido.

Al llegar voy directo a la cocina, necesito comer algo. Lo único que llama mi atención es una naranja a lo cual comienzo a reír. Luego de ello me dirijo hacia mi dormitorio. 

La luz de su habitación está encendida. Me resulta extraño ya que es tarde, por lo tanto no puedo evitar acercarme a la ventana.

Y la veo, acostada en su cama leyendo. Es tan bella, es como si los mismos dioses la hubieran esculpido. Está con su libro favorito,lo sé porque luce feliz al leerlo, Alicia en el país de las maravillas. Siempre me cuestioné porqué le gustaba, nunca quiso decirme. 

Vuelvo a mi dormitorio. No sé si seremos un nosotros algún día... Pero necesito dejar en claro que lo que me ocurre con ella en estos momentos no es algo indiferente. Agarro una hoja y comienzo a escribirle una carta que no sé si algún día la leerá. Y, espero que si lo hace, lo haga con la misma sonrisa con la que lee su libro preferido. 

Dos horas, tardo ciento veinte minutos en escribir y estar satisfecho con la misma. Tomo la caja que vino con el collar que le regalé a Molly, nunca se la dí porque sabía que algún día me serviría. Cuando mi madre me acompañó a comprarla era una caja con dos collares, me quedé con ella y la llave la guardé. 

La abro y coloco las hojas allí, cierro la misma y vuelvo a guardar la llave, tal vez luego pueda poner más cosas. Ella vale más que palabras en un trozo de papel.

FIN DEL FLASHBACK.

En resumen, ya no compartimos clases juntos, solo la veo cuando sale de clases de historia. Camino por los pasillos apurado para poder verla ignorándome. A veces vuelve conmigo, otras veces camina, o estos nuevos amigos la llevan a su casa.   

Voy hasta mi casillero dejo mis libros. Los pasillos están vacíos, todavía hay clases en curso. El profesor Jones siempre nos deja salir antes. Gimnasia es algo aburrido, Chad sugirió que me una al equipo, pero no es mi estilo. 

— ¿Acaso te fuiste corriendo? - Dice el chico todo sudado.

Solo río. — Sabes porqué salgo antes.

— Para ver a tu enamorada...- Se burla. — Amigo, hace unos días rechazaste a una de las chicas más sexys por una que ya no te habla. Debes hacer algo al respecto.

Cierro mi casillero. — ¿Algo como que?

— No lo sé, pero puedes comenzar por volver a hablarle... - Suelta.

Le hubiera contestado si Amanda y Ashley no hubieran llegado. La morena ignoró lo ocurrido, es como si no hubiese pasado. Agradezco que sea así, no me gustaría pasar momentos incómodos con ella.

El timbre suena y todos salen como cucarachas. Veo en dirección a la cafetería y allí está. Entre la multitud logro verla. Un cruce de miradas ocurre, pero no es como siempre. Es frío, sin afecto, con más razón siento las ganas de hablar con ella.

— Si no vas por ella, voy yo. - Me susurra Chad.

No lo pienso dos veces y comienzo a caminar. — Molly, ¿Podemos hablar?

No se detiene, está molesta. Tampoco me mira, pero la sigo detrás hasta que encuentra su casillero.  Está tan tensa que tarda en colocar la combinación.

— Claro, ¿De qué quieres hablar? ¿De cómo me dejaste por tu nuevo grupo de amigos?

Cuando logra abrirlo se lo cierro para que al fin me mire a los ojos. — En serio lo siento. Déjame recompensarte. - Hago una pausa y me pongo en frente de ella. Estar tan cerca de ella hace que los recuerdos del beso vuelvan a mi cabeza y sean más intensos. — ¿Tienes planes para luego de clases? Pensé que tal vez podríamos ir a Mimmo's.

— De hecho, hoy salgo con... -No se se si el que se haya detenido es por mi evidente reacción o porque les cancelará para ir conmigo. Todos sabemos cual es la verdadera respuesta. — Mira Evan, sé que no te agradan. Pero son mis amigos. Y si, no los aceptas...

— ¿Puedo ir con ustedes? - Digo sin pensar.

Quiero mucho a esta chica como para dejarla ir por tres payasos. Intentaré aceptarlos, o simplemente mantener la paz. ¿Qué me hicieron? No lo sé. Pero desde el primer día que los vi sentí que algo raro en ellos hay. 

— Molly, en serio eres importante para mí. Quiero mostrarte que no me importa quienes son los que te rodean, somos amigos. Y nunca dejaré de serlo. - Concluyo.

El ambiente cambia en el segundo que ella sonríe. Accede a que vaya con ellos. La acompaño hasta su clase asumiendo que llegaré tarde a la mía pero ya nada de eso importa.



Luego de clases, Molly decidió volver con ellos pero acordamos en que iríamos juntos lo cual alegró mucho mi vuelta a casa. Y en mi habitación, se acerca la hora de partir. Tomo las llaves de mi carro y paso por su casa.

— Oye, ¿Qué te parece si mañana vamos a Mimmo's? Frank remodeló gran parte del lugar, tal vez podríamos ir y escuchar algunas de sus historias... Como en los viejos tiempos.

Cada vez que nos encontramos en un vehículo juntos solemos cantar, contar chistes... Hasta bailar. Pero esta vez es diferente, hace mucho nos tenemos esa clase de encuentros. Es normal que no se hable mucho.

Se acomoda en el asiento. — No tienes por qué hacer esto. 

— Si que tengo. - Suspiro.  Molly, realmente lamento el haberte dejado plantada y permitir que te juntes con estos idiotas, no quise...

— No son idiotas. - Suelta tímida. — Tal vez son algo raros, pero son buena gente. 

No la entiendo. Esta chica tiene un corazón de oro. Sin embargo, no sabe distinguir quienes no son buenas personas. No lo sigo porque los deteste, pienso que la apariencia dice mucho de alguien.

— Mira naranja, defiéndelos todo lo que quieras, pero tu y yo sabemos que hay algo raro detrás de todo esto. Piénsalo, solo gente como ellas, quieren hacer su ritual a la lluvia en un puente a la noche... ¿Por qué no lo hicieron de día y en un lugar más... Normal? 

No me responde, solo mira a través de la ventana.

— Creo que es una de las razones por la cual te acompañe. - Añado. — No hubiera permitido que vayas sola a estas horas con gente desconocida a un lugar desconocido.

No sé como será esta noche, y en parte temo por ello. Es la primera ves que voy, y ella también. Esto puede terminar de dos formas, que yo esté equivocado y sean buenas personas, o que tenga razón y terminemos muertos.

Molly, ¿Dónde estás? [PARTE II - ELS]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora