Capítulo 18

20 7 11
                                    

ANTES


Ya han pasado unas semanas, el método de Frank no ha funcionado. Ninguno de sus amigos han hecho que recuerde algo. Más pasa el tiempo y más me frustro. Lo único nuevo en estos días ha sigo el sobrino de Frank, Dylan. Viene de vez en cuando a verlo y se queda aquí en Mimmo's, literalmente se queda, además de ser una cafetería también es una casa. Ha sido muy agradable, nos llevamos bien y me sentí normal al hacer un amigo. 

Dylan pasa gran parte del día conmigo ya que ha estado durmiendo aquí hace unos días, y Frank ha decidido que yo haga lo mismo. No podemos correr el riesgo de que alguien me encuentre en la casa de Jason. Si bien su casa es más lujosa, no puedo permitirme esos beneficios. Mimmo's no está nada mal. Mi buen amigo dueño de este lugar, tiene su casa debajo del bar. Lo cual en mi opinión es genial. Su sobrino y yo compartimos dormitorio de invitados, no está nada más debo admitir. 

Jason viene dos veces por semana a verme, con los días comienzo a agradecer su presencia y considerarlo un amigo. Por más que quiera simular ser un adolescente normal, todo lo que dijeron los terapeutas, psicólogos, hipnotizador, que vinieron a verme, se repite en mi cabeza.

FLASHBACK

— Evan. ¿Sabes lo que es la amnesia postraumática? - Pregunta la señora con un bolígrafo en su mano. Me limito a negar con la cabeza. — Bueno, si te caíste a una gran altura es posible que hayas recibido un golpeo un traumatismo craneocefálico, eso provocaría que no recuerdes lo ocurrido.

— ¿Cuánto tiempo puede durar eso?- Salta Frank.

— Solo él sabrá. Sus recuerdos se adaptarán a lo que él viva. Lo mejor es no adelantar el proceso. No tienen que presionarlo. 

FIN DEL FLASHBACK.

¿Cómo te sientes? - Me interrumpe Frank.

— No lo sé, me molesta no recordar. - Digo mientra me acomodo en una de las mesas del lugar.

— ¿Fuiste a ver a alguien?

Río por lo bajo. — Tu me dijiste que era mejor no hacer eso. - Y tiene razón, pero no puedo estar atrapado como un conejillo de indias.

— Lo sé. Pero tal vez te tentaste y no me has hecho caso.

— Vi a Molly. - Confieso. Noto su preocupación al decir esas palabras pero lo tranquilizo con lo siguiente. — No me vio, tranquilo. - A lo que el suspira. — Fui a mi casa, no había nadie, pensé que estando allí lograría recordar algo.

— ¿Cómo supiste donde era tu casa?

— Jason me lo dijo.

— ¿Jason? - Repite. — ¿Cómo lo conoces?

Cuando Jason y él se conocieron, no comenté con exactitud de dónde lo conozco, así que creo que eso me traerá más problemas.— Vamos juntos al instituto. 

— Y... ¿Podemos confiar en él?

— Pues sabe ya todo. A menos que quieras matarlo, la única opción es confiar en él.

Frank ríe. — Claramente no has perdido el sentido del humor. - Aunque concretamente este tema de conversación ha terminado tiene razón, no sé porque confío en el. Es decir, cualquiera podría estar mintiéndome, sin embargo yo sigo metiendo más gente en esto y confiando ciegamente que no me delatarán. 

— ¿Puedes contarme más de mí?

— Claro.

Y así fue, Frank me muestra todo el álbum de fotos, donde estoy con mi familia en Mimmo's, con Molly... Ver imágenes con mi familia, con gente que amo, hace que quiera volver. Sin embargo solo me limito a intentar imaginar que sentí esos días. A lo largo de la tarde, también me cuenta historias que solía contarnos con mi vieja amiga, de cómo conoció a su esposa. Espero que mañana me cuente otra historia de ficción, detesto las de amor. 

Y se ha hecho de noche y decido irme a dormir pensando en todas las cosas que he vivido. Pienso en como me habré sentido en esos días, cuales habrán sido mis problemas en esos días, como fueron esos días.... Y poco a poco caigo en sueños.



Ya han pasado unas tres semanas, todo marcha tranquilo. Jason ha venido a verme. Frank nos está preparando un desayuno y mientras mi amigo me pone al día con lo que pasa en su vida. Intento no relajarme, quiero volver a mi vida vida. Y al ver que no surgen cambios temo por acomodarme a este nuevo estilo de... ¿Vida?

— ... y entonces le dije a mi profesora que no fue mi culpa poner una rata en el salón... - Dice Jason pero Frank lo interrumpe.

Nos toma de la cabeza a ambos y nos tira al suelo debajo de las mesas que tienen manteles hasta el suelo. — No hablen o estamos muertos. - Dice del otro lado de la tela. 

No entendemos que ocurre hasta que la oímos. 

— Oh, Frank. - Se escucha una voz femenina entrar al bar. — No puedo creer que esto este pasando.

— Yo tampoco, Susan. - Dice Frank y por intuición propia y el silencio, asumo que la está abrazando. 

<< Es mi madre... Mierda. >>

 — ¿Te molesta si dejo este cartel? - Pregunta con la voz quebrada. — Tengo que irme pero por favor si sabes algo de él llámame. 

Jason y yo oímos la conversación desde la mesa. No hay movimiento alguno, es de mañana. No hay nadie a esta hora, de hacer algún ruido nos verá. Los minutos parecen horas pero por fin se va cuando escuchamos a Frank decir. — Adiós, señora Grides. - Ambos salimos como felinos agazapados por el miedo a que alguien me vea. — Eso estuvo cerca... Bueno, ¿Quién quiere Waffles? - Dice mientras cuelga el cartel en la vidriera. 

Jason solo ríe. Admito que me he quedado mal al oír a mi madre. Pero al no recordarla concretamente no puedo sentir el dolor. A lo que simplemente seguimos, Frank ha notado que no quiero hablar de ello, así que simplemente lo ignora. Veo el cartel y no puedo evitar notar que alguien conocido va a entrar.

<< Esto debe ser una maldita broma... >>

— ¿Qué ocurre? - Pregunta mi amigo.

Me congelo al verlo. No puedo moverme. Lo único que consigo decir es: — Max... 

Molly, ¿Dónde estás? [PARTE II - ELS]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora