Aburrida sería el adjetivo ideal para definir mi estado de ánimo en aquel momento.
Tan solo llevaba una semana allí y no había salido de mi cuarto en ningún momento por órdenes estrictas de Alexandr desde el segundo día. En todo caso, Vera, la ama de llaves, me traía las comidas y de vez en cuando Alexandr se pasaba para asegurarse de que le hacía caso.
Pero un día me aburrí de ver la televisión y decidí salir, ignorando todas las advertencias -más bien amenazas- para que obedeciera.
Salí lo más silenciosa que pude, pero la presión que hacían mis pies sobre la madera la hacían crujir, delatándome, de modo que Alexandr se dio cuenta de que estaba allí. Y no solo él.
-¿No tendrás a nadie más en casa, verdad, amor?- era la voz de una mujer, que le hablaba en un tono supuestamente sensual. Y digo "supuestamente" porque eso no tenía nada de sensual.
-Tranquila, Tania, debe de ser mi hermana- le respondió Alexandr, con cierta duda en su voz.
Me escondí en la biblioteca. Algo muy inútil, pues podía encontrarme de igual forma, pero no conocía la casa así que no me atrevía a abrir ninguna otra puerta. Alexandr abrió la puerta y recorrió la estancia con la mirada, hasta que llegó a mí y su expresión se destensó.
-Sabes perfectamente que no puedes salir de tu cuarto- su tono amenazador no me afectó en lo más mínimo.
-Llevo una semana sin salir, me estaba agobiando mucho- me limité a responder.
-¡Cielo, estás tardando mucho! ¿Pasa algo?- la voz de esa tal Tania se hacía cada vez más distinguible a medida que se iba acercando a la habitación. Alexandr me miró alarmado, como si tuviera miedo de que esa mujer me descubriera.
-Escóndete. Ahora.- ordenó él. No logré entender porqué se ponía así, pero obedecí y me escondí en el piso superior de la biblioteca, en un rincón detrás de unas sillas. Pocos segundos después, apareció una mujer esbelta y rubia que se acercó a Alexandr y rodeó el cuello de él con sus brazos.
-¿Algún problema?- preguntó Tania mientras depositaba besos en el cuello de Alexandr, quien tenía una cara de amargado peor que la de siempre. Me mordí el labio para evitar reir y causar más problemas.
Ambos salieron de allí, permitiéndome salir de mi escondite y dar una vuelta por la enorme biblioteca. Como no podía salir o Alexandr definitivamente me mataría, decidí ponerme a leer algún libro. Me sorprendió la cantidad de autores diferentes que encontré, pero me sorprendió más ver una pequeña zona dedicada a Jane Austen, una escritora inglesa del siglo XIX, en el que habían varias ediciones de todas sus obras. Supuse que a Natasha le gustaría bastante esa autora y por eso tenía tantos ejemplares. Recordé que nunca había leído una obra de esa escritora, así que fui cotilleando hasta que me decidí por Lady Susan. Tras 2 horas sumergida en la lectura, acabé el libro, declarándome fanática de la autora, pero tenía sed de más. Necesitaba leer más de Jane Austen, de modo que volví a su estantería y cambié el libro que tenía entre mis manos por Amor y amistad, el cual pude leer durante media hora, el tiempo justo para haber leído unas 25 páginas. Si por mí fuera, habría seguido leyendo otra hora y media, pero el grito de Alexandr me obligó a descentrarme.
-¡Ekaterina!- exclamó desde la sala de estar. Salí de la biblioteca y seguí los gritos de frustración de mi anfitrión hasta llegar a donde estaba. Nada más se giró para verme y me di cuenta de que estaba realmente furioso. Lo que no sabía era si lo estaba conmigo o no.
-Prefiero que me llamen Katia, a decir verdad- comenté mientras me sentaba en un sillón individual. Me fijé en que su camisa blanca estaba mal abrochada y levemente arrugada. Conociendo su manía por la perfección, sabía que no lo había hecho a propósito, así que lo más probable sería que se la hubiera puesto rápidamente. Y eso solo significaba una cosa: sexo -Si no quieres que salga de mi habitación para poder tirarte a una tía en el sofá porque por algún motivo no quieres que entre en tu cuarto, dímelo. De verdad que no me importa, no tenemos una relación real, tu vida no es asunto mío. Lo que me interese, lo preguntaré.
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Vendida a un mafioso [VAUM]
RomanceAlexandr Petrov, el mafioso ruso más temido de su país. Tiene una hermana a la que proteger y pocos sentimientos para repartir. Controlador, impulsivo y agresivo. Ekaterina Vólkova, camarera que vive para pagar las deudas que la ahogan a ella y a s...