17. Confesiones a la luz de la Luna

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Estaba en mi habitación durmiendo plácidamente hasta que escuché la puerta abrirse. Tenía el sueño muy ligero, así que no me costó mucho darme cuenta. Era una sola persona y pisaba muy fuerte. No le importaba que me diera cuenta de que estaba allí.

–Ekaterina despierta– me zarandeó.

–Eres muy ruidoso y pisas muy fuerte– dije sin abrir los ojos. Me lo imaginé sonriendo por haberlo pillado, sabía que le hacía gracia.

–He averiguado quién es el topo.

–¿Y no podías esperar hasta mañana para decírmelo? Estaba soñando con comida– me quejé.

En realidad estaba soñando con él, pero no se lo iba a decir nunca.

–Hasta dónde yo sé, no soy comida– cuando dijo eso, abrí un ojo para confirmar que tenía una sonrisa egocéntrica en la cara.

Mierda.

–No voy a responder a eso– me limité a decir mientras intentaba ocultar una sonrisa y daba media vuelta para no tener que mirarlo.

–Volviendo al tema inicial, es Dimitri. Él es el topo.

–No jodas– me volví a girar, sorprendida –¿Pero no es tu jefe de seguridad?

–Sí, por eso mismo sospecho que habrán varios reclutas que también estén involucrados en lo que sea que trama, ya que él los elige. Tiene sentido que sea él, Katia, todos los problemas que hemos tenido han ocurrido por fallos en la seguridad y no podía ser coincidencia que teniendo a la puta mitad de mis hombres buscando al resto de la banda de Tania ninguno encontrara nada, tal vez los únicos que de verdad sabían que tenían que investigar eran los que estaban comprados por él– explicó. La verdad era que sí tenía sentido. Iba a preguntarle algo, pero el ruido de unos pasos acercarse y una luz proveniente del pasillo se llevó toda mi atención. Un guardia se había dado cuenta de que mi puerta estaba abierta y venía a ver qué pasaba.

–Rápido, quítate la ropa y métete en la cama– le ordené a Alexandr. Él me miró con una ceja levantada y sonriendo –Es más normal que nos pillen a nosotros dos en la misma cama que no que te pillen escondido y empiecen a sospechar que tramamos algo.

Supe que se había dado cuenta de que tenía razón cuando se fue el otro lado de la cama y empezó a quitarse la ropa, quedando solo en ropa interior. Tuve que controlarme para que no se me cayera la baba, no podía negarlo. Por suerte, se metió en la cama justo antes de que el guardia se asomara. Supimos que se había ido cuando escuchamos que alguien cerraba la puerta y sus pasos se oían cada vez menos.

–La verdad es que si me hubieran dicho hace cinco meses que acabaríamos así no me lo habría creído– me reí.

–¿Así cómo? ¿Tú babeando mientras yo me quito la ropa? ¿O el hecho de que básicamente somos infiltrados en casa de tu padre el cuál supuestamente llevaba más de veinte años muerto?– preguntó. Le pellizqué en las costillas y él tuvo que morderse el labio inferior para no gritar.

–La segunda opción, porque la primera no existe– negué.

–Por mucho que me agredas no cambiarás la realidad– me contradijo.

–¿Qué realidad? ¿Que eres un capullo de manual?

–A parte, que aún estás enamorada de mí– en cuanto dijo eso todo mi cuerpo se tensó.

–¿Es necesario restregarme las malas decisiones que tomo? Porque entonces va para largo– me volví totalmente agresiva y distante con él.

–No te estoy restregando nada. De hecho, era para decirte que tenías razón y que lo siento– mi sorpresa al oír eso lo hizo reír –.Cuando te dije que nadie podía enamorarse de mí me dijiste que eso no tenía sentido, no sé si lo dijiste totalmente en broma o de verdad lo creías, pero tenías razón. Y precisamente por eso te pido perdón, porque me comporté fatal en innumerables ocasiones, todo por miedo a algo que pasó igualmente– no entendí aquello último que dijo y supuse que se me veía en la cara, porque Alexandr sonrió y lo explicó –.Tenía miedo de enamorarme de ti. Para empezar, la primera vez que te vi, apuntándome con un arma, me hizo ver que no eras la niña inocente que tu madre me dijo que eras cuando contacté con ella para pagar la deuda y eso me gustó. Admiro mucho a la gente con confianza y carácter.

Vendida a un mafioso [VAUM]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora