Después de un par de días, mientras Anya y yo practicábamos la canción que íbamos a interpretar en el baile, nuestro padre entró de repente en la sala.
–Queda una semana para el baile, espero que estéis preparadas.
–Sí, padre, estamos puliendo la interpretación y a las once iremos a buscar los vestidos– le respondió Anya, con el tono amable y tranquilo que usaba delante de Andrey. Respondía ella porque a mí me era muy complicado el ocultar mi cara de asco.
–Perfecto, entonces, Alexandr y Nikolay os irán a buscar luego, avisadles cuando acabéis– después de decir eso se marchó sin borrar una estúpida sonrisa orgullosa.
–Qué puto asco le tengo, te lo juro– resoplé.
–Solo una semana más y ya estará, intenta aguantar.
Sabía que no podía quejarme, ya que mi hermana llevaba años soportándolo, pero algo dentro de mí me empujaba a dejarme llevar por mi rabia.
–Practicamos una vez más y nos vamos– sugirió, suspirando.
Habíamos estado una semana ensayando casi sin parar, queríamos que saliera perfecto. Yo iba a cantar una de mis canciones que había escrito estando allí. Anya tenía la melodía desde hacía tiempo pero no se le ocurría la letra, de modo que la compuse yo. Era una canción increíblemente hermosa que hablaba del amor de hermanas, porque en ese tiempo había aprendido que aquella chica siempre sería muy importante para mí aunque apenas nos conociéramos. Sentía que de algún modo estábamos conectadas. Aunque ella fuera más obediente y tranquila y yo fuera rebelde y nerviosa, ambas teníamos un carácter fuerte y mucha determinación, además de un humor sarcástico increíble. Cuando estaba con ella sentía que había encontrado algo que me había faltado durante toda mi vida, me sentía completa.
Al acabar la canción apagué el sistema de sonido y lo guardé todo. Las dos nos dirigimos a la entrada de la casa y nos subimos en uno de los coches de nuestro padre, el chofer nos llevó a un centro comercial donde habían varias tiendas de ropa de gala. Anya me llevó por todas y cada una de esas tiendas, probándose por lo menos siete vestidos en cada tienda y al final no cogiendo ninguno porque "no resaltaban su magnífica belleza", según ella. Muy presumida la chica. Aunque por mi parte tampoco encontré ninguno que me gustara a simple vista.
–¿Te das cuenta de que a este paso haré más ejercicio en un día yendo de compras contigo que en el resto de mi vida? Vas a estar genial sin importar qué vestido escojas y lo sabes. No le veo el punto a matarnos tanto por una fiesta– le dije agotada. Se giró para mirarme muy seria, como si acabara de insultarla.
–Retira eso, Ekaterina Vólkova– exigió de brazos cruzados, dejando de caminar. La miré con una ceja alzada y una sonrisa juguetona.
–No puedes fingir que estás enfadada conmigo y ambas lo sabemos– seguí caminando con la cabeza alta. Ella me alcanzó.
–Puede ser que tengas razón, pero de todos modos puedo indignarme por las barbaridades que sueltas por esa boquita tan sucia– respondió aún seria. Hice una mueca como si la estuviera imitando y me reí cuando me miró aún más seria, cualquiera pensaría que estaba muy enfadada, pero simplemente era muy exigente en lo que a su imagen se refería y no entendía cómo a mí podía importarme tan poco generalmente.
Cuando pasamos por la siguiente tienda, me negué completamente a entrar. Estaba agotada. Pero Anya se las apañó para arrastrarme hacia dentro de todos modos. Llamó la atención de una dependienta y fue paseándose con ella por toda la tienda diciéndole todos los vestidos que quería probarse. Yo me fui por otro lado, mirando muy por encima los vestidos que estaban colgados. Eran muy bonitos, pero no me veía en ellos. Hasta que veinte minutos más tarde vi a otra dependienta sacar un maniquí con un vestido estilo princesa con escote corazón, era dorado pero tenía un detalle en la falda que hacía ver como si el dorado se deshiciera y dejaba paso al blanco. Daba la impresión de que el vestido originalmente era blanco pero lo hubieran pintado de dorado por encima. Era increíblemente precioso. Me acerqué al vestido y lo admiré entero.

ESTÁS LEYENDO
Vendida a un mafioso [VAUM]
RomanceAlexandr Petrov, el mafioso ruso más temido de su país. Tiene una hermana a la que proteger y pocos sentimientos para repartir. Controlador, impulsivo y agresivo. Ekaterina Vólkova, camarera que vive para pagar las deudas que la ahogan a ella y a s...