Parte 2°

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Cuando la cena terminó la chica desapareció y ahora él se encontraba entre la multitud buscándola. Cuando por fin la encontró, sintió una especie de alivio.

Trató de embriagarse con el champagne de excelente calidad pero no surtió efecto, también había intentado flirtear con las bellísimas mujeres del lugar, pero mientras hablaba con ellas se descubría buscando el delicado rostro de esa chica.

No tenía intención de volver a molestarla pero no pudo evitarlo se sintió atraído hacia ella como un iman.

Claudia y su asistente conversaban cerca de la barra de licores.
—¿No te has acostado con ningún hombre?— le decía la segunda.
—Claro que no. Mis novios anteriores solo se han conformado con besos y abrazos.— confesaba para luego dar un sorbo a su bebida, riendo divertida ante la cara de incredulidad que su interlocutora había puesto.
—¿Ni siquiera con Donghae?
— ¿Donghae? ¡No! Él es mi amigo.— replicó Claudia algo escandalizada por la suposición de su interlocutora. Le confesó que a ella le gustaba más del tipo de hombre como Choi Siwon.
— Pues dudo que Choi Siwon se conforme solo con besos y abrazos. Por cierto no voltees por que viene hacia acá.

Luces rojas de alarma le sonaron en la cabeza y bebió de su copa para disimular el nerviosismo que sintió al verlo frente a ella.

—¿Quieres bailar? —la chica regresó a mirarlo.

Siwon tenía una mano extendida hacia ella y no tuvo más remedio que sostenerla y dejarse conducir a la pista de baile.
Su mano era cálida y fuerte. Los nudillos muy marcados en esta y las venas sobresalientes de color azul a través de una piel canela. El simple hecho de sostener su mano hizo que todo su cuerpo respondiera. ¿Como era posible eso? Definitivamente, aceptó, que en el caso de Siwon tampoco se conformaría con besos y abrazos.


Tomó a la chica por la diminuta cintura acercándola a su cuerpo, sus senos suaves contra su pecho duro, podía escuchar su respiración en su oido, su mejilla tersa y blanca contra la suya, los movimientos suaves de su cuerpo contra el suyo lo estaban excitando, eso y el maravilloso aroma de su perfume, el de su cabello.

Sus sentidos se llenaron de ese aroma masculino que emanaba de él. La condujo con pasos firmes pero delicados al rededor de la pista de baile y comenzó a preguntarse si sería así en la cama.
Sacudió la cabeza, ¿Que estaba pensando? Debía controlarse.

La sostenía tan pegada a su cuerpo que podía sentir cada músculo moverse mientras bailan lo que le provocó un maravilloso cosquilleo entre las piernas.

Siwon tenía que sacarla de allí, debía llevarla a otro lado o ese baile se volvería un escándalo para la sociedad Coreana.

Con la respiración entrecortada y la voz ronca y queda le dijo contra su oído:
—¿Quieres cenar conmigo?

Se apartó un poco para mirarla, en sus ojos ardía el mismo fuego que ardía en él. Ella se acercó a su oído y el roce de sus labios contra el lóbulo de la oreja le herizó la piel
—Si.

Siwon sabía que no era el lugar ni el momento adecuados, todos allí lo conocían y parecía que también la conocían a ella aún que él no recordaba haberla visto antes.


Ya le habían advertido sobre él, pero nada la preparó para esto. Se suponía que no debía ceder a las insinuaciones de Siwon a la primera pero era como un huracán y no pudo evitarlo, lo deseaba tanto, desde siempre.

"Él querrá llevarte de inmediato a su piso, siempre lo hace, siempre que conoce a una chica que le gusta y si está le sigue el juego terminará en su cama. Escucha bien, por nada del mundo lo permitas, por que así como consiga lo que quiere de ti, te olvidará."

Mi PrometidaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora