2. Por su bien

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Kara

Alex era mi modelo a seguir. Siempre había querido ser como ella, y me gustaba todo de aquella vida que había escogido. Me gustaba no tener que depender de nadie para vivir. Me gustaba no ser una doncella a la que rescatar. Me gustaba tomar el control de la situación, y no se me daba mal. Lo único que no me gustaba de la vida de mi hermana, era aquella morena que me sacaba de quicio.

La maldita Lena Luthor, que se creía más que nadie por haber nacido en casa noble. Mi hermana era de la nobleza y yo llegaría a serlo, pero sólo porque nos lo habíamos ganado. Ella no había conseguido nada por sí misma, y aún así se creía superior.

Alex me decía que le diera una oportunidad, que era una buena persona y que era mucho menos superficial de lo que yo pensaba. Pero es que me sacaba de mis casillas, siempre con sus preciosos vestidos y sus peinados perfectos. Y esos ojos verdes que penetraban en mi alma y me ponían tan nerviosa que acababa cagándola por completo.

Una semana atrás, me había confesado que se casaría con su guardián, si es que éste ganaba el torneo, claro. Pero, ¿cómo podía dejar que unas estúpidas pruebas decidieran su futuro? Con quién viviría o con quién se acostaría por el resto de su vida. Era algo que no me entraba en la cabeza. Tan poco superficial que decía mi hermana que era...

Cuando quise alejarla del peligro, junto a la princesa, tomé su mano y me dispuse a correr. Sin embargo, una sensación abrumadora me inundó por completo. Era la misma sensación que la de sus ojos adentrándose en mí, pero mucho más físico e intenso. Me solté de ella y la miré, entendiendo que sentía la misma confusión que yo.

Días después, tras el entrenamiento, y sin dejar de pensar en Lena y en la rabia que me daba que no dejara de molestarme ni cuando no estaba presente, me fui a la taberna a beber unas cervezas con los demás aspirantes. Allí encontramos a algunos de los caballeros que descansaban de su turno.

Y fue cuando vi al afortunado de Olsen. ¿Afortunado de qué? Sí, es verdad que Lena era inteligente y valiente, educada y culta, pero eso a él no le interesaba. Pero sí que era preciosa. La más hermosa que conocía. Su melena color azabache y sus ojos esmeraldas. La sonrisa que haría que mil hombres disputaran su mano, y quizás lo hicieran. En dos días...

Pero también era un grano en el culo. Era borde, irritante e, incluso, cruel conmigo. Aunque, al parecer, sólo yo era el objeto de su ira. Así que sí, supongo que Olsen era un afortunado. 

Festejaban el posible matrimonio y se animaban a beber. Él bebía una cerveza tras otra y todos aplaudíamos. No sé por qué yo no me sentía contenta, pero aún así aplaudía. Empezaron a cantar y cada vez se animaba más la fiesta. 

Una chica de las que más bebía, se acercó a él y empezó a hablarle al oído. Sin esperar ni dos segundos, la besó, delante de todos, y se empezaron a reír.

-Bueno, señores, yo me voy- dijo levantándose y tomando de la mano a la chica- Estaré ocupado un rato.

-Si se casa con la joven duquesa, se acabaron estas juergas con todas las doncellas que ha conquistado.

-Si me caso con milady, quien querría a una simple plebeya de tres al cuarto. Podré saborear a esa mujer cuanto desee.

Otra vez la carcajada fue generalizada, y yo noté como apretaba mi puño con fuerza. Quería golpearle, por hablar de esa manera de Lena. Por hablar de las mujeres en general como si fueran objetos o premios. Pero sobretodo, no quería que hablara de Lena como si fuera un festín.

Me levanté de allí. No quería seguir escuchando sandeces. Me fui a casa y me tiré en la cama. Cierto era que estaba borracha, pero me pregunté qué ocurriría si yo me presentara a aquel torneo para disputar la mano de Lena. No quería que se casara con ese baboso patán. Y pensando en ello me dormí.

La diferencia entre tú y yo (SUPERCORP +AGENTREIGN) TERMINADA Donde viven las historias. Descúbrelo ahora