La diferencia entre tú y yo (SUPERCORP +AGENTREIGN) TERMINADA

5. Unos labios devorando otros

Lena

Mis padres no sólo habían despedido a James, lo que, si realmente lo que Kara me había contado era verdad, ya me daba igual. Si yo sólo era un premio que llevarse a la cama y colgarse del brazo, no quería estar con él. Aunque tenía veintitrés años, y sí sentía la necesidad de que me llevaran a la cama...

Además de eso, mis padres habían contratado a Kara para ser mi guardiana. Ahora sabía que no llegaría a cumplir los veinticuatro. Ella lograría mi muerte mucho antes. Aunque, quizás, alguna parte amputada de mi cuerpo llegara intacta al año siguiente. Pero entera seguro que no.

Ella lo tomó como un honor. Mis padres simplemente no querían tener al segundo. Querían ser los mejores en todo, y eso significaba contratar a la caballero que ganó el torneo. Pero seguro que la odiaban igual que yo. Con todas las historias que había contado de ella... Sólo mi hermano parecía interesado en aquella mujer. Siempre decía que no le importaría pasar un rato a solas en sus aposentos.

-Acomodaremos la habitación de al lado de mi hija para ti- dijo mi madre- Lleva vacía desde que la institutriz no tuvo más trabajo en esta casa.

-¿A mi lado?- protesté- ¡Que ocupe la que tenía James!

-James estaba alejado de ti para no poner en peligro tu virtud.

-Pero, madre...

-Silencio, Lena. Dormirá en el sitio que le corresponde. Y es a tu lado.

Me tragué mis palabras y acompañé a Kara a su habitación. O ella me acompañó a mí, que para eso era mi guardiana. ¡Dios, era mi guardiana! ¡Iba a morir pronto!

-Siento si esto os incomoda- me soltó, cuando la ayudaba a acomodar unas sábanas limpias- Sé que no os hará feliz, pero os protegeré, milady. Os lo prometo.

¡Por qué la estaba ayudando a preparar su cama? Para eso estaban los criados, o ella misma. ¿Por qué actuaba así?

-¿Por qué aceptaste?- pregunté estirando una esquina- Lo lógico sería quererme lejos. No nos llevamos bien, y al parecer te vuelves idiota si estoy yo cerca.

-Necesito comer. Nadie más me había ofrecido un trabajo.

-¡Pero si llevabas apenas una hora siendo caballero y la pasaste conmigo! ¿Quién te lo iba a ofrecer?- levanté la voz-.

-¿Podéis dejar de gritarme siempre?- me preguntó sin mirarme a los ojos-.

-¿¡Perdona!?

-No sé qué he hecho para merecer vuestra repulsa, y, si me permitís decirlo, me está causando bastante malestar.

-¿No sabes? ¿Vuelvo a enumerar? Té hirviendo, flechazo en el pecho...

-Sí- me cortó ella- Pero esos fueron accidentes. Sé que soy un poco torpe con vos delante. Las casualidades son así. O quizás me deis mala suerte- la miré frunciendo el ceño- Pero el hecho de que me abofeteéis, que me gritéis y menospreciéis, me hace sentir mal.

-¿Y eso debería importarme? ¿No existen diferencias entre las dos? Yo soy una duquesa, por el amor de dios.

-Sí. Supongo que podríais ser una estúpida estirada, obsesionada con las clases sociales, como casi todos los nobles. 

-Kara, ¿cómo osas...?

-Sin embargo, mi hermana ha dicho que sois todo lo contrario. Que sois inteligente y humilde. Que no os creéis superior a nadie y que sois amable y gentil. Así que este maltrato se ceba únicamente conmigo, que jamás os he hecho nada de manera voluntaria. Que sólo he cometido algún error inocente que os ha lastimado, pero que jamás tuve intención de haceros daño. Pero sois sumamente comprensiva, dice Alex. Y, sin embargo, vos me tratáis con desprecio. ¿Por qué? ¿Por qué yo soy diferente al resto?