10. Los latidos acelerados de su corazón

5K 651 145
                                    

Kara

La verdad, vivir con la reina era una maravilla. Era emocionante asistir a todas las cosas con las que lidiaba. No sabía que Alex se moviera tanto con ella.

Ruby era encantadora, como su madre. Ambas me acogieron como si fuera de su familia. El trato con el servicio era cordial. Algunos la tuteaban y casi todos la llamaban Sam.

Habría sido una estancia perfecta de no ser porque me faltaba lo más importante de mi día a día. La joven Luthor. La mujer que me había hecho perder la cabeza.

Todas las mañanas venía a verme acompañada de mi hermana. A veces paseábamos si el tiempo lo permitía. Otras, tomábamos un poco de té en el salón. Siempre con un beso o un abrazo de despedida. Una dura despedida hasta la mañana siguiente.

Cuando cumplió el decimoquinto día, me levanté rápido y me preparé. La mañana anterior ella me había preguntado qué iba a hacer en mi día libre.

-¿Tienes que ir al mercado a conseguir algo? ¿O quizás visitar a algún pariente en el pueblo próximo? Yo puedo acompañarte. Estoy libre.

Me hizo mucha gracia el tono de su voz. Me suplicaba que la llevara, donde fuera, a hacer lo que fuese.

-Pensaba que quizás podíamos pasar el día juntas, sin más. Parece que lloverá mañana. Podríamos quedarnos en vuestra casa para hacer lo que hacíamos antes.

-Me encantaría, Kara- me dijo sonriendo e inclinándose para besar mi mejilla-.

Así que, esa mañana, corrí cuando pude y me fui en su búsqueda. Me encontré y saludé a mi hermana antes de salir.

-Voy a pasar mi día con Lena- le dije-.

-No lo dudaba ni un momento- me respondió- Ha quedado con el guardián de su hermano hasta que tú llegaras.

-Me voy corriendo.

Me la encontré desayunando fuera, apoyada en un árbol, mientras su familia lo hacía dentro. Sin ninguna protección, cosa que ya me esperaba. No soportaba a aquel hombre, y jamás le pedía ayuda.

-¿Qué hacéis aquí fuera? Está fresco.

Me observó de arriba a abajo. No me sentía cómoda en aquella indumentaria, tan diferente a la que solía llevar en mi trabajo de caballero. Portaba un sencillo vestido verde esmeralda y unos zapatos, ocultos bajo la tela.

-Si me quedo dentro tengo que escuchar cómo hablan de la boda de Lex. Contigo. Prefiero coger una pulmonía aquí- se quejó- Ah, y estás preciosa- me soltó, como si no fuera con ella-.

-¿Vamos a vuestra habitación?- dije, e inmediatamente me sonrojé- ¡A leer un poco! O lo que sea.

Ella rió.

-¿Has desayunado?

-No...

Me pasó la taza que estaba tomando y aquella rebanada de pan untada en aceite, apenas empezada.

-Gracias- sonreí pegándole un bocado- Pero, ¿no quedaréis con hambre?

-Me resulta más satisfactorio verte a ti comer.

Fue como volver a hacía quince días. Estuvimos hablando, riendo sobre las manías de la reina, peiné su cabello y ella el mío, recitamos algunos poemas. Ya sólo me dejaba leer los de autores conocidos. Nunca me dejaba leer los suyos propios.

El tiempo pasó volando y nos dimos cuenta de que era hora de dormir. Me despedí para irme a mi habitación.

-Sí, buenas noches, Kara...

La diferencia entre tú y yo (SUPERCORP +AGENTREIGN) TERMINADA Donde viven las historias. Descúbrelo ahora