13. ¿Qué habéis hecho?

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Lena

No podía creer que me hubiera acostado con Kara. Mi maldito deseo me nubló. La amaba, de eso estaba segura, pero me mataba el no haber controlado mis instintos.

Me observaba cuando me desperté desnuda a su lado y me halagó. Le pedí que se fuera, debido al gran sentimiento de culpa que me atormentaba.

Intentó besarme y salí de la cama, para cubrirme con el camisón. Le dije que no volvería a ocurrir, que no había sido real, pero sí lo había sido. Cada beso, cada caricia, cada gemido y cada espasmo. No había fingido nada. Mi cuerpo estaba a gusto con ella, como si fuéramos dos piezas de un rompecabezas que se complementan.

Dije que me casaría con un hombre, que lo nuestro no era normal, y la herí. Hice que me gritara y yo la grité a ella. Le grité que no quería ser una degenerada, que no quería decepcionar a mis padres y que había sido un error. Le dije que ella era un error.

Me metí en su cuarto, que ahora usaba su hermana, y rompí a llorar un par de minutos. Su olor, que impregnaba todo mi cuerpo, escapaba lentamente de él. Kara ya había salido y me asomé a la ventana para verla marchar.

Se encontró con mi hermano. Lex lo hacía todo bien, hasta haber nacido con el sexo correcto para poder estar con ella. Iba a tenerla para él el resto de su vida si ella aceptaba casarse.

Le vi agacharse y ofrecerle un anillo y el corazón se me detuvo. "No, no, no, no. Por favor, Kara, no aceptes. Por favor".

Alzó la vista y se encontró con mi mirada. Negué con la cabeza, suplicándole que no siguiera con aquella farsa. No iba a casarse por amor. Si fuera así, no me entrometería. Creo.

Aceptó el anillo y mi corazón se rompió en mil pedazos. Era débil para admitir ante el mundo lo que sentía por ella. No era capaz de volver a ser la hija delusoria. Pero no podía negar que sentía un amor mayor al que volvería a sentir nunca.

Esa mañana, cuando las visitamos, apenas la miré. Estaba enfadada conmigo y me dolía sentirla así. Pero tenía que arreglarlo, porque no podía dejar que terminara así. Íbamos a ser familia, pero no como yo quería.

-No te cases, Kara- supliqué, y ella se molestó y me dijo que no era asunto mío- Tutéame. Llámame Lena. Haz lo que quieras pero no te cases, por favor.

Ella sabía lo que quería, y no era ninguna de las opciones que yo le daba, así que me confirmó que se casaría con él.

.

En mi habitación, Alex me confesó que amaba a Sam y me pidió permiso para ir a buscarla. Me alegré por mi amiga. Estaba completamente enamorada y lo aceptaba, así que le prometí a Alex buscar al guardián de mi hermano para protegerme. Pero no lo hice. No soportaba a ese hombre.

Cuando habían pasado escasos cinco minutos desde la partida de Alex, la puerta de mi habitación se abrió, sin que nadie picara pidiendo permiso. Yo estaba de espaldas, sentada en la mesa, escribiendo los poemas que le dedicaba a Kara constantemente. Me volteé justo para ver la cara de James y su mano tapando mi boca.

Me asusté e intenté gritar pero él me tranquilizó.

-Soy yo, Lena. Tranquila- dijo, soltando mi agarre-.

-¡James! ¿Qué haces aquí?

-No pude hablar contigo desde aquel día. Tus padres me echaron y me prohibieron volver. Y nunca encontré un momento en que tus nuevas guardianas te dejaran sola.

-Lo siento, pero ya no pintas nada aquí, James. ¿Qué quieres?

-¿Cómo que ya no pinto nada? Lena...

La diferencia entre tú y yo (SUPERCORP +AGENTREIGN) TERMINADA Donde viven las historias. Descúbrelo ahora