10° La Verdad A Medias

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— ¿Quieres saber por qué maté a tu hermano? — Repitió Dean.

— Si.

— Decírtelo no cambiaría nada.

— Quiero que me lo digas.

— Hice un trato con él. Tu vida por la suya, él se enteró de cosas que no debía, a cambio nosotros lo investigamos y eso nos llevó a ti. — Me señaló con apariencia relajada. — Pero tu hermano no podía dejarte, sabía en lo que se metía y buscó sacarte del tablero.

— ¿Qué fue lo que descubrió?

— Descubrió que los demonios vestían de ángeles.

— Eso no tiene sentido.

— No para ti.

— ¿Siempre hablas en código?

— Si.

— Explícame. — Me acomodé en mi lugar, esperando una explicación razonable a las locuras que Dean decía.

— Tu hermano murió por saber esta información, ¿Por qué debería explicarte?

— Porque si no me entero por ti, encontraré la forma de saberlo por otros medios.

— Estás encerrado aquí junto a mí, ¿Que podrías investigar?

— Regresa ese diario a mí y ya hablaremos.

— No.

— Entonces, dime. Tengo que saberlo, no puedes simplemente responderme con cosas que no entiendo.

— En ese caso tu hermano murió en vano.

— Fue su decisión, yo quiero tener la mía.

— Bien. — Respondió después de considerarlo por unos breves segundos y se sentó frente a la silla que había frente a mí. — Hay cosas que simplemente no debo decirte, y todo lo que escuches tiene una razón.

— Joder, te gusta el suspenso. — Bromeé con todo lo que tardaba en explicarse, pero lo único que recibí fue una mirada seria y desaprobatoria de su parte.

— Esto no es un juego, Castiel. — Me encogí de hombros ante su regaño. — Entre nosotros a lo que tú llamas Traficantes, nosotros los llamamos Demonios-

— ¿Por qué? — Interrumpí, concentrado en saber de los demonios que pasaba por alto algunos detalles importantes.

— Cállate y déjame hablar. — Soltó tajante a lo que sólo me encogí de hombros. — Los demonios son considerados así porque realmente lo son, ellos están encargados de llevar corrupción por todos los países, corrompen personas, corrompen sistemas y corrompen gobiernos, crean guerras y muertes. Pero el lado contrario son lo que llamamos ángeles, la agencia para la que trabajaba tu hermano, personas que deberían encargarse de eliminar o por lo menos mantener a raya a los demonios y crear orden. — "Nuestra agencia", pensé, estaba hablando de Gabriel, de Sam, de mí, de todos mis compañeros. — Supuestamente iban a mantener equilibrio en la corrupción y guerras que se podían evitar.

— ¿Dónde está el problema? — Me miró mal.

— Se suponía, ¿Entiendes? Los ángeles se volvieron corruptos, ellos quieren tener su propio sistema de corrupción, o tienen. No todos los agentes son malos, pero son Inconscientes de que muchos de sus superiores o compañeros están apoyando a Demonios o que son ángeles corruptos.

— ¿Estás diciendo que una organización super secreta y de alto rango es mala? — No creí ni una palabra.

— Si.

Fuego Cruzado | Destiel | AUDonde viven las historias. Descúbrelo ahora