6° Muerto y Secuestro

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— Vengo a matarte Gabriel Novak.

Quedé en blanco durante muchos segundos, eso no me lo esperaba. Esperaba una solución, no una opción que rematara la vida de Gabriel.

— Quiero pensar que no eres tan estúpido como para pensar que aceptaré.— habló Gabriel con una sonrisa ladina.

— No soy estúpido.— habló el supuesto cazador.— Y tampoco soy tu niñera a prueba de balas.

En mi vista periférica pude ver a Gabriel hacer una mueca muy parecida a una sonrisa. Miré extrañado al cazador, su mirada era una evolución más seria, retorcida y aterradora de la mirada de Gabriel cuando está molesto. Una gran mirada de Poker, en palabras de mi hermano.

— Si haces esto por las buenas te mataré rápido y luego me aseguraré de que tu hermano quede fuera de esto, cada testigo de su identidad volverá a ser un misterio.

— Eso no tiene sentido, ellos ya saben de mí.

— Claro que no.— se burló el cazador.— ellos saben que Gabriel tiene un hermano, pero no saben nada de él o cómo es...

— El sistema funcionó...— Habló Gabriel en un susurro.— eso quiere decir que ellos no saben nada de mi hermano, no realmente.

— Su identidad es, era, un misterio para todos.

— ¿Y cómo es que tú sabes que no hay registro de mi identidad?— hablé con mi común seguridad.

— Esas personas no son los únicos con personas que tienen acceso a esa información.

— ¿Hablas de espías?

— No, de infiltrados.— habló serio.

— Pero eso... Oh.— me di cuenta muy tarde del sarcasmo de sus palabras.

— Lo que sea.— comenzó Gabriel.— ¿Quién te manda matarme?

— ¿Acaso importa?

— Es mi cabeza la que pides, claro que lo hace.

— Mi padre.

— ¿Tú padre? ¿Y quién es cómo para exigir mi muerte?

— Él manda, yo sólo sigo órdenes.

— ¿Y donde está tu padre?

— Lejos, donde nadie lo puede rastrear.

— Órdenes de un fantasma. Genial.— siguió Gabriel.

Seguía la conversación con la mirada, estaba a la expectativa de que algo nuevo pasase. Sentía la tensión en mi pecho, el cazador se veía que tenía determinación y estaba muy seguro de que hablaba en serio, mi hermano si quería conservar su vida, tendría que dar una gran pelea por ella por que este hombre o joven; quién sabe qué edad podría tener, estaba totalmente dispuesto a deshacerse de mi hermano. No dejaría que eso pasara, pero las probabilidades de que fuera sólo son tan pocas como si tratara de decir que Gabriel no era adicto a las golosinas. Mi hermano no moriría, no hoy, no así, no mi hermano.

— No está a discusión el asesinato de mi hermano. Tendrá que ser por la mala.— confirmé.

— Wowowo... Espera un momento.— Gabriel se dirigió al cazador antes de tomarme de un brazo y alejarse un poco más para hablar en voz baja.— ¿Qué estás haciendo?

— Salvando tu trasero. No dejaré que hagas esto, es suicidio.

— Es lo mejor, así podrás tener tu aburrida vida junto a Sam y vivir feliz.

— ¿Ahora te preocupas por eso? Nunca te agradó Sam.

— Esto es diferente, a diferencia de mí, tú tienes una vida, mereces vivirla.

Fuego Cruzado | Destiel | AUDonde viven las historias. Descúbrelo ahora