En los ultimos dias Cassidy se a portado insoportable conmigo y yo he intentado ser tolerante con ella pero mi paciencia se esta acabando.
Ya casi es hora de salir, Gabriel me invito a cenar a su casa. Ahora estoy segura de querer algo más de Gabriel, por fin voy a entregarme a él.
Matt ya esta arreglando sus cosas y yo las mias, bajamos juntos el elevador y fuera del edificio nos despedimos.
- Hasta mañana, Matt -. Le doy un beso en la mejilla.
Matt: Hasta mañana, princesa.
...
Llego a mi departamento, lo primero que hago es buscar mi atuendo y lo más importante, lenceria sexy.
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Escucho que tocan mi puerta cuando estoy poniendome los tacones.
- ¡Ya voy!
Corro hacia la entrada y abro la puerta, me encuentro con Gabriel, trae puesta una camiseta blanca, un blazer azul marino y unos vaqueros, se ve muy bien. En su mano izquierda trae un ramo de flores que me entrega mientras me da un tierno beso en los labios. Me encantan estos detalles.
- Gracias, son preciosas -. Tomo el ramo de flores, entro y las pongo en un jarro con agua.
- ¿Nos vamos?
Gabriel: Por supuesto.
Me agarro del brazo de Gabriel para bajar las escaleras del edificio.
Estoy muy nerviosa, aunque no soy virgen y ya he hecho esto antes, siento que con Gabriel es diferente. Debo pensar en otra cosa, intento mantener mi mente en serenidad... ¡No puedo hacerlo! Las manos me sudan y tengo ganas de vomitar, necesito algo para tomar... ¡Algo muy fuerte!...
Llegamos al loft de Gabriel. Abre la puerta y se hace a un lado para dejarme entrar, es maravilloso, tiene cuadros de arte por todos lados.
- Veo que eres coleccionista.
Gabriel: Si me gusta, lo compro - sonrie.
Me hace una señal para que lo siga, voy detrás de él viendo fascinada los cuadros y fotos de su familia, puedo ver que no tiene ninguna foto con su hermano. Llegamos a la mesa, sobre ella estan unas lindas velas, una botella de vino y un arreglo floral muy bonito.
- ¡Me encanta!
Gabriel: Espera a que pruebes la comida.
Mueve la silla para que me siente, le doy las gracias y el se retira a la cocina.
Todavia sigo muy nerviosa, necesito un poco de alcohol urgentemente.
Gabriel regresa con los platos.
- Mmm... huele deliciosos. Voy a servir el vino.
Gabriel: No, espera... yo lo servire.
- Si, genial.
Me sirve una copa de vino y me la tomo de un solo trago.
- Tenia sed. Más por favor.
Me mira sorprendido pero luego su expresion cambia a una sonrisa burlona. Sin decir nada me sirve más vino y comenzamos a cenar.
...
Al terminar, Gabriel trae el postre, un deliciosos helado de vainilla, aprovecho esto para insinuarme a él. Tomo un poco de helado con mi cuchara y le doy en la boca pero el helado cae en su camisa.*¡Demonios!*
- ¡Oh lo siento tanto!.
Gabriel: No te preocupes.
Tomo una servilleta e intento limpiar el helado.
Gabriel: Tendre que quitarme esto.
Se para y se quita el blazer despúes su camiseta. Me quedo con la boca abierta.
- Eres... perfecto.
Una risa burlona sale de su boca y luego se apodera de mis labios, sabe a helado de vainilla. Pongo una mano en su nuca para que me bese más apasionadamente, un gemido de placer se escapa de mi boca cuando su lengua se insinua al rededor de la mia. Paso mis manos por sus abdominales y con sus manos recorre toda mi espalda hasta mi trasero, este gesto me arranca una pequeña sonrisa. De repente, me toma por los muslos, me levanta del suelo con facilidad y me lleva hasta su habitación.
- Sientate - lo empujo levemente hacia la cama -. Esta noche yo mando.
Me paro frente a él y sin despegar la mirada de sus bonitos ojos azules comienzo a quitarme la blusa. Puedo notar el deseo en su mirada, me encanta. Bajo mis manos hasta el botón de mis jeans y los deslizo a lo largo de mis piernas, mira atento cada movimiento que hago y sus ojos se tornan oscuros.
Gabriel: El encaje te sienta muy bien - le sonrio.
- Lastima que tenga que quitarmelo.
Desengancho mi sosten, lo deslizo por mis brazos y lo dejo caer al piso. Despacio bajo mis bragas y caen en mis tobillos.
Por alguna extraña razón no me da vergüenza estar desnuda frente a él, su mirada me hace sentir deseada, atractiva, bonita.
- Levantate - le ordeno.
Me mira sorprendido por un momento y luego sonrie.
Gabriel: Muy bien -. Se levanta.
Me acerco hacia él, pongo mis manos en el botón de sus jens y lo desabrocho, bajo la cremallera y los tiro hacia abajo, despúes lo despojo de sus Calvin Klein. Me pongo a la altura de su boca, tomo su cara entre mis manos y le doy un beso, él toma mis caderas, lo alejo de mi. Me acuesto en la cama y el hace lo mismo, se coloca arriba de mi, besa cada centimetro de mi cuerpo, mi cuello, mis pechos, hasta mi estomago, me hace sentir en la gloria. Pone sus manos en mis pechos, los presiona, los masajea. Cierra los ojos y poco a poco, entra en mí. Me arqueo.
Gimo y empiezo a mover mis caderas hacia las suyas, él acelera. Me embiste con fuerza y cada vez más deprisa.
- ¡Oh dios!
Es absolutamente fabuloso. Cierro los ojos disfrutando de la exquicita sensación, me estremezco. Ya no puedo pensar en nada más solo me dejo llevar por el placer.
Estoy bañada en sudor, a punto de acabar. Dejo salir un gemido en voz alta, termino primero, mis piernas tiemblan y estoy mojada como si estuviera un aguacero entre mis piernas. Él continua dentro de mi, da su ultima embestida y termina. Quedamos los dos tumbados en la cama, jadeando.
- Eres bueno - me mira con una sonrisa burlona.
Gabriel: También tú. Me fascinas, Lana.
Me acomodo en su pecho, él acaricia mi cabeza.
- Podria quedarme así para siempre.
Me da un beso en la cabeza y sin darme cuenta me quedo dormida...
