Destinos: Abel y Gabriel

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— ¿Estás seguro? — Preguntaba Abel mientras veía a Tom que miraba hacia otro lado. — Sabes ahora que...

— No te preocupes estaré bien. Estoy armado, no me pasará nada, ve y habla con la alianza en contra de Azrael. Llegaré allá en la tarde. — Tom logró mirar de reojo a Gideon quien también estaba serio. — Solo caminaré y comeré algo además el pueblo ya debe de estar protegida después del aviso que dimos.

— Está bien. Solo cuídate — Dijo con una sonrisa que fue devuelta por Tom tímidamente mientras comenzaba a caminar entre el bosque con dirección al pueblo. Mientras se alejaba poco a poco todos los que estaban junto a Abel veían como se iba el joven.

— ¿Estás seguro que es buena idea dejarlo ir así como así? — Preguntó Hunter.

— Sep, después de todo no puede ir tan lejos ahora que es solo un humano. — Sonreía el policía mientras empezaba también a caminar. — La mordida de Gideon que le dio en Gettysburg le han impedido que vuelva a transformarse así que para nosotros Tom es ahorita inofensivo.

— ¿Por qué lo marcaste? — Preguntó de repente Gideon mientras caminaba a lado de su amigo. — ¿Qué pasó en tu estancia en Washington?

— Demasiadas cosas en poco tiempo, pero eso te lo contaré después. Ahora mismo tengo que disculparme contigo pero es que la única vez que te vi lobito fue cuando peleamos en Gettysburg.

— No te preocupes, te comprendo. Ahora que ya sabes todo, ¿Qué piensas? — Casi todo, Gideon y los demás le contaron gran parte de la verdad lo único que han omitido es el hecho de que Azrael es el asesino de su madre.

— Pienso que es estúpido organizar una batalla final donde de seguro muchos lobos van a morir, pero aun así comprendo que con alguien como lo es Azrael es la única forma de poder detenerlo... Gracias por cuidar a Gideon, creo comprender porque lo protegiste en contra de la transformación que tienes. — Dijo con alegría acariciando la cabellera del joven alfa. — Por cierto, mi nombre es Abel, es un gusto se ve que eres una loba fuerte. — La sonrisa de Abel hizo sonrojar un poco a Selene quien solo asintió ante las palabras del policía.

— Un gusto Abel.

— Y ustedes dos... ¿Qué tienes? — Preguntaba refiriéndose a los hermanos quienes solo veían al policía un tanto sorprendidos, ambos solo contestaron que todo estaba bien sin decir más palabras, Abel empezó a reír un poco para después comenzar a platicar de cosa sin importancia mientras iban de camino a la casa de Allan, desde el clima, comida típica, nieve, el policía alfa parecía impresionado de la vista de las montañas que tenía el pueblo al igual de la gente tan amable que vivía en ella. Y eso tenía a todos los demás un poco sacados de zona por la forma que Abel parecía actuar ante todos como si realmente no estuvieran en un conflicto.

— Bien aquí estamos. — Dijo Gideon tocando la puerta de la gran casa de Allan Silver rápidamente la puerta se abrió dejándolos entrar, al dar pasos adentro cientos de mirada se postraron en ellos, sobre todo en Abel quien sonreía al sentir como lo seguían.

— Son precavidos.

— ¡Escuché que hubo un ataque cerca! — Gabriel salió corriendo de la casa pero deteniéndose con sorpresa al ver a Abel. — ¿Abel?

— Hey, al fin aparecer. ¿Cómo has estado Gabriel? Y lo digo enserio... — Dijo tocándose el pecho. — Han sido semanas sin saber nada, Jajajaja. — Reía el de ojos verdes mientras Gabriel seguía sorprendido debido a Abel ya que se notaba a simple vista que no era el mismo hombre que habían dejado atrás en Gettysburg. De repente la mirada de Gabriel se fue directo con Caín quien lo miró detenidamente para después desviar la mirada con tristeza. Eso lo notó el policía.

Sin Manada: Luna Azul [Finalizada]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora