Descontrol: Muerte

571 70 8
                                    


— Gideon, Gideon. — Se escuchaba una voz en medio de toda la oscuridad que lo rodeaba, el joven alfa no entendía, esa voz le resultaba familiar. — Vamos, Gideon. Es hora de dejar todo en el pasado, pero para eso es preciso de darle una última mirada.

El joven lobo no pudo decir nada, su voz no salía de su garganta, estaba mudo pero sus ojos se abrieron con facilidad viendo como estaba en medio de una oscuridad que no tenía fin, de repente una pequeña vista se veía acercándose a él. Era la imagen de su casa, la casa Miller donde era su hogar, y donde su imagen llegaba a sus ojos, aquella imagen había cobrado vida y por una extraña razón, en sus pies sentía la calidez de la alfombra de su hogar.

— El gran heredero Miller ha nacido. — La imagen de Lykos y Candra en medio de un puñado de personas felices era lo que veía sus ojos. ¿Una visión? Eso parecía era una visión que le era mostrada por una fuerza mayor. La gente comenzó a aplaudir viendo alegremente excepto una sombra que a lo lejos se sentía su mirar, un mirar de odio.

— ¿Qué haremos ahora con él? — La visión había cambiado, ahora se encontraba en un laboratorio, a lado de su madre y su yo bebé en brazos viendo a Salomón quien observaba unos papeles, su padre Lykos caminaba dentro del laboratorio de un lado a otro pensativo.

— Tom Kain, ciertamente él es un alfa como Gideon. Pero su origen es turbio, revelar que es el hijo de Azrael y el origen artificial de su nacimiento, pondrá a todas las manadas alerta. — Lykos serió habló y miró en dirección a su esposa e hijo. La mujer asintió. — Lo mejor es ocultar todo, y declarar a Gideon como el último alfa pura sangre de la familia Miller. Si no tenemos opción entonces haremos lo imposible para tener más descendientes puros. Pero primero tenemos que dejar crecer a Gideon antes de intentar algo, durante estos años obtendremos ideas e hipótesis para experimentos, Salomón necesitaré tu ayuda al 100%.

— Como si no tuviera otra cosa que hacer en este mundo. — Sonrió el vampiro.

— Candra. — Dijo mirando a su mujer nuevamente.

— Comprendo, Gideon puede ser la clave. — Candra apretó con fuerza al bebe en brazos con una mirada preocupada.

— Entonces solo se desharán del otro niño como si nada. — Dijo una anciana mujer entrando con pasos lentos.

— Es lo mejor, lo mejor para todos...

Gideon ciertamente no podía creer lo que estaba viendo, era como una pesadilla.

— ¡Gideon! ¡Que te hemos dicho de salir de la casa! —

— ¡Pero papá! Son solo amigos de la escuela, me invitaron a una fiesta de cumpleaños, es él cumpleaños de Kain. Mi mejor amigo. — Un pequeño Gideon de tan solo 7 años veía con suplica a su padre quien en estado furioso golpeó con fuerza la mejilla haciéndolo caer al suelo en medio del llanto.

— No quiero que te acerques a ese niño Gideon, ¿Entendido? — Mejor amigo, Gideon estaba confundido, y esa misma confusión se iba agrandando conforme más imágenes aparecían, en donde en el bosque, en la escuela primaria, por las noches, él y otro pequeño niño un poco mayor que él se divertían mientras corrían y jugaban.

— ¿Por qué tus padres no me quieren? — Dijo con tristeza el pequeño niño de ojos marrones.

— No lo sé, dicen que no me puedo juntar contigo. Pero tú eres mi mejor amigo Kain, y quiero que seas mi beta.

— Mejores amigos siempre Gideon.

— Mejores amigos siempre, Kain.

El espíritu de Gideon se quedó mirando con impresión aquella escena donde los dos niños unían sus meñiques en forma de promesa. De nuevo poco a poco la visión cambiaba, mostrando parte de todo lo que vivió en su niñez, lo estrictos de su padres, la indiferencia de sus abuelos, su soledad por la falta de amigos, pero la alegría que sentía cuando Kain iba a jugar con él a escondidas.

Sin Manada: Luna Azul [Finalizada]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora