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—Sabía que esto pasaría tarde o temprano —Jimin miro a Hoseok de pies a cabeza, observo sus pies descalzos y heridos, su ropa empapada, las gotas de agua aún caían de su cabello hasta su rostro—, pasa.

Jimin le dejó entrar y acomodarse en el sillón. Le acomodo el cabello que cubría la frente y se apeno al ver los ojos rojos de su amigo, quería abrazarlo con fuerza y decirle que todo estaba bien.

—quítate la ropa, te traeré algo para que duermas, mi mamá está dormida así que no hagamos mucho ruido.

Hoseok asintió como un niño pequeño, frágil y que en cualquier momento podría romperse. Volvió rápido con un pantalón de algodón de ositos y una playera del Barcelona.

—Cuéntame que paso.

Hoseok no sabía cómo empezar y sólo se hizo un ovillo en el sillón, vestido con la ropa de Jimin que el quedaba algo pequeña, pero al mismo tiempo holgada.

—No me quiere. He tratado de volverme su hijo ideal toda mi vida y sin embargo llega Taehyung y no tiene que hacer nada para que mi padre lo favorezca, no lo entiendo —negó con su cabeza una y otra vez—. ¿Qué tengo que hacer?, ¿Qué hice mal?

Jimin se compadeció y le dio un abrazo.

—Los valientes luchan hasta conseguir sus objetivos; sin embargo también es de valientes rendirse, sobre todo cuando lo que hay después de la meta no es nada comparado a lo que se va dejando en el camino. No vale la pena.

—Pero...

—Hoseok, tu error es pensar que sólo serás feliz con las aceptación de tu padre, que se joda, eres más que eso.

—No Jimin, no quiero su aceptación, yo quiero su amor —se levantó del sillón y empezó a dar vueltas por todos lados—, que me sonría como lo hace con Taehyung, yo no sé qué puedo hacer. Ya lo hice todo.

—No sé qué decirte, nunca conocí a mi padre, sólo somos mi madre y yo y nunca me dio por conocerlo, no puedo ponerme en tus zapatos y darte un concejo porque no tengo un padre pero sé que si él me hubiera querido estaría aquí y no lo está, entonces simplemente lo deje ir.

—No sé si pueda hacer eso —se lamentó, tallando sus ojos que se ponían cada vez más rojos.

Jimin ya no dijo nada más, sólo lo abrazo y se acostó a su lado mientras acariciaba su cabello húmedo, esperando que mañana se sintiera mejor.

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—Has salido como una damisela en apuros la noche anterior —Taehyung lo miró de arriba abajo con burla.

—No me interesan tus comentarios, puedes meterlos por ya sabes dónde —Hoseok lo ignoró, no estaba dispuesto a caer en su juego. Kim Taehyung no lo alteraría.

—Te has vuelto una fierecilla —le aseguró mientras se lavaba las manos en el baño de hombres.

—Y tú has empezado a sacar las garras, siempre supe que no eras de fiar, escondes una oscura entidad invasora — se apartó de Taehyung, que había provocado una cercanía en sus cuerpos bastante incómoda—, detrás de esa cara de no rompo ningún plato.

Se apresuró a salir del lugar y dirigirse a su salón con los nervios de punta y su cuerpo temblando de excitación.

EL HIJO PERFECTO | VHOPE PAUSADADonde viven las historias. Descúbrelo ahora