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Hoseok lanzó un gemido profundo cuando Taehyung lo dejo respirar, su pecho se alzaba de arriba abajo sin control y sus manos sudaban por el nerviosismo. Aun confuso cobre lo que acababa de pasar. ¿Qué había sido eso?

Apenas pudo reaccionar, el menor lo tomo de las nalgas y cargo como si fuera una pluma.

—¿Qué haces? —preguntó en medio de su confusión, se aferró a Taehyung para evitar caerse.

—Te cargo hacia mi cama —se burló Kim, riendo con una sonrisa coqueta mientras delineaba sus labios con la lengua. Hoseok odiaba su sonrisa burlona, porque prácticamente lo reducía a nada, lo único que dejaba ver era que el menor no se tomaba las cosas en serio, esa actitud tan despreocupada lo sacaba de quicio.

—¡Woo, woo! —Hoseok lo empujó suavemente, en el momento en que Taehyung lo dejo en la cama y se subió encima de él— Esto está mal, yo te odio.

—Entonces simplemente deja de odiarme, es más después de esto vas a amarme un montón.

Taehyung volvió a besarlo y recostarlo en la cama, el mayor sentía la presión del cuerpo del moreno, más cálido y más ancho, sobre el suyo, aprisionándolo, no tenía escapatoria y no estaba seguro que quisiera una.

Las manos de Taehyung se movieron hasta sus pantalones y de nuevo Hoseok las aparto. Luchando entre su razón y el placer que estaba sintiendo, se sentía como un maldito adolescente en plena pubertad.

—No, esto no está bien, eres casi como mi hermanastro.

—No hables como si no lo quisieras, no cuando tu pene mi dice otra cosa.

—Dios —tragó saliva cuando Taehyung lo tocó por debajo de su ropa interior. Su cuerpo era gelatina, débil y sin fuerzas sólo esperando al siguiente movimiento que lo hiciera sentir como en las nubes.

—Tócame también.

Exigió Taehyung, tomó la mano de Hoseok y lo llevo hasta su propia erección, ejerciendo una fricción placentera. El miembro de Taehyung estaba caliente, duro y grande en su mano, bastante pegajoso y podía sentir el borde de sus venas.

—Yo...

—Di que lo quieres —le susurró en él oído—, y yo te lo daré, todo hasta al fondo, hasta que no puedas más, sin reservas. Te deseo, desde la primera vez que te vi.

—Eso quisieras —Hoseok apretó el pene entre sus manos haciendo que el moreno gimiera de dolor—, pero no soy tan fácil.

Le empujó de nuevo, esta vez logrando apartarlo, Taehyung cayó sobre la cama, su cara viendo al techo y haciendo muecas por el dolor en su entrepierna.

—Mírate, todo excitado entre mis manos. Das vergüenza. Me deseas, pero no puedes tenerme.

Taehyung se burló de nuevo

—No te has mordido la lengua. También me deseas.

—Muy gracioso —se alejó y se levantó de la cama para acomodarse los pantalones. Estaba duro y dolía pero no se iba a acostar con Taehyung, eso era jodidamente impensable, porque número uno, lo odiaba, número dos, se suponía que debían convivir como hermanos, no tener sexo y número tres, no tenía idea de nada sobre el sexo.

—¿Enserio vas a irte dejándonos así?

—Sí —le respondió, claro y preciso—. Suerte con eso —dijo mirando la erección del contrario, aún estaba duro como una roca chorreando gotas de presemen.

Taehyung se carcajeó

—Igualmente fierecilla.

Hoseok rodó los ojos cansado del apodo, no se creía una fierecilla, aunque tampoco podía dejarse mangonear.

—Deja de decirme así. Eres molesto.

—No creo poder y no puedo evitarlo, es mi personalidad —sonrió de nuevo, tomó su celular del mueble cerca de la cama y rápidamente le tomó una foto, el flash atacó a Hoseok y le hizo cerrar los ojos.

— ¿Qué crees que haces? —se cubrió la cara molesto

—Necesito algo para bajarlo.

—Que asco —le dijo Hoseok y camino hasta la puerta avergonzado, teniendo una batalla mental sobre lo que acababa de pasar.

—Buenas noches —Taehyung sonreía cínicamente, como siempre mientras se despedía.

EL HIJO PERFECTO | VHOPE PAUSADADonde viven las historias. Descúbrelo ahora