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Sentía la mirada de Taehyung sobre él, acción que provocaba un incómodo desayuno y que el hambre abandonara su cuerpo. Aún no podía olvidar lo que habían hecho la noche anterior.

—He decidido darle tu auto a Taehyung —Hoseok ignoró a Kibum, como si le importara poca cosa lo que su padre estuviera diciendo o decidiendo—, ¿Has escuchado?, voy a darle tu auto a Taehyung. De ahora en adelante un chófer te llevará a la escuela.

Tenía los nervios de punta, quería hacerse bolita y rodar lejos de la mirada lujuriosa de Kim.

—¡Deja de ignorarme Hoseok!, voy a darle tu coche a Taehyung entendiste —Kibum golpeó la mesa con su mano molesto, creía que Hoseok estaba haciendo un berrinche.

El hijo por fin le puso atención a su padre. Su coche, a Taehyung, ¡¿Qué?!

Una cosa más que el moreno le quitaba, pero ya ni siquiera le importaba.

—Como quieras —le dijo por fin—, le diré a Seon que me lleve.

Kibum chasqueó la lengua irritado con Hoseok, aunque su hijo parecía estar de acuerdo con su decisión. No podía confiar en que se tratara de algo positivo.

—Pensé que te pondrías todo loco.

—Mala suerte, no más berrinches, puedes hacer lo que quieras con tus cosas y tu dinero —le dijo levantándose de la mesa—, es mejor que me vaya o se me hará tarde.

—¿Por que no mejor te llevo yo?, la gasolina esta en aumento como para ir cada quien por su lado cuando vamos al mismo sitio —Taehyung le sonrió, con esa gran sonrisa cuadrada, con la misma sonrisa burlona de siempre. Hoseok esquivo su mirada.

—No gracias, no quiero que me pegues algo.

—No tengo piojos no te preocupes —le dijo y se levantó de la mesa—, nos vemos en la tarde, no te preocupes por Hoseok, cuidare que no se meta en problemas —le dijo a Kibum caminando detrás de Hoseok. Cuando lo alcanzó rodeó los hombros del más bajo con su brazo.

—Hay que mostrarle a Kibum que cada día nos llevamos mejor.

Hoseok rodó los ojos, pero no apartó el brazo de su hombro, decidiendo que le gustaba esa calidez.

—No pienso ir contigo a la escuela, ni lo creas.

—Eso es perfecto para mi porque no pensaba a ir a la escuela, vamos sube te llevaré a otro lado.

—¿Vas a saltarte las clases? —le preguntó no queriendo subir al coche.

—Vamos a saltarnos clases —aclaró el moreno y empujó el delgado cuerpo de Hoseok al coche—. Hoy voy a secuestrarte.

"Diablos" pensó Hoseok, esto se le estaba saliendo de las manos, nervioso tomo su celular y le envió un mensaje a Jimin diciendo que no asistiría a clases. Ni siquiera entendía porque le seguía el juego a Taehyung, el moreno parecía arrastrarlo en una corriente y él no estaba poniendo resistencia.

"¿Estas bien?, ¿Paso algo?, me preocupe cuando no te vi en en sillón esta mañana?"

Leyó él mensaje de Jimin y sólo contestó con un: "sí, estoy bien, no te preocupes"

Guardo su teléfono en la mochila y miró a Taehyung que arrancó el coche, después de ponerse unos lentes de sol oscuros como si fuera un protagonista de novela de media noche.

—Rídiculo y presumido —susurro y Taehyung pareció no escucharlo.

—Iremos a un buen lugar —Taehyung paso su mano por su pierna y subió hasta su entrepierna haciendo a Hoseok temblar de anticipación. Un escalofrío recorrió su cuerpo y evitó gemir avergonzado.

—¿Estas tan desesperado por follarme no es así?

—Así es —le respondió sonriéndole tontamente con su estúpida sonrisa cuadrada—, pero los preparativos también son importantes —tomo el rostro de Jung entre sus manos y sin dejar de manejar, lo beso rápidamente. Luego volvió la vista a la carretera.

—¿Y por qué crees que voy a tener sexo contigo? —el mayor cruzo los brazos—, o tienes una autoestima muy grande, o eres demasiado inocente.

Taehyung volvió a sonreír.

—Hoseok, tu en verdad no tienes idea de lo que reflejas cuando me miras. Tus ojos me ven como si quisieran comerme, tu cuerpo tiembla en mi presencia y se vuelve como gelatina.

—En verdad que tu autoestima es lo mejor, ¿Eres algún tipo de narcisista? —preguntó, Taehyung lo miró de arriba a abajo, mientras chupaba sus labios de forma erótica y sensual, Hoseok no pudo más, se acercó a Kim y lo beso, esta vez el moreno detuvo el coche de un frenón, por la sorpresa.

—Tu también, tienes esa mirada de querer comerme, así que deja de ser tan presumido.

—La diferencia entre tú y yo es que yo no lo niego —volvió a sonreír burlonamente y le regresó el beso a Hoseok.


EL HIJO PERFECTO | VHOPE PAUSADADonde viven las historias. Descúbrelo ahora