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—¿Puedes pasarme la ensalada Taehyuk? 

—Taehyung, me llamó Kim Taehyung y claro que lo haré —dijo el joven  a la madre de Hoseok, sinceramente Jimin que se encontraba en medio de ese desastre familiar, sólo quería hacerse bolita y rodar hasta su casa. Tremendamente incomodado, pasar tiempo con Hoseok siempre era como una novela, por la peleas entre sus padres, pero jamás había llegado a esos extremos.

—Taehyung es un buen chico, se unirá a su clase a partir de mañana —dijo Kibum, tanto a Hoseok como a Jimin—. Por favor ayuden para que pueda adaptarse en su nueva escuela.

—No hace...

—Claro que hace falta —interrumpió Kibum a Taehyung—, así tú y Hoseok pueden conocerse mejor, a partir de ahora ustedes dos serán como hermanos.

Hoseok hizo una mueca de desagrado. Tomó el salero frente a él y lo sacudió fuertemente sobre su plato que término por abrirse y desparramarse sobre su comida.

— ¡Oh por dios! —Exclamó Seolhyung asustada, llevándose sus manos a su boca, de forma dramática—. Recoge eso Hoseok, es de mala suerte.

Hoseok  frunció el entrecejo y chisto, lo que le faltaba; una mujer supersticiosa.

—No creo en esas cosas, no se preocupe.

—Pero muchacho, lo digo enserio.

—Basta —dijo cortante—, usted no es nadie para hablarme como si se preocupara por mí, si lo hiciera no estaría aquí. Su presencia es una falta de respeto para mi madre y para mí.

La mujer agacho la cabeza avergonzada, lo más probable es que fuera de sí misma.

—Hoseok discúlpate ahora, ella es mi esposa y le debes respeto.

—El mismo respeto que le debes a mi madre y te ha valido un pi...

— ¡Hoseok! —Su padre golpeó la mesa furioso—. ¿Cómo te atreves a hablar así?, sal de aquí, ve a tu habitación y recapacita sobre tu comportamiento, no quiero escuchar otra vulgaridad de tu parte. Esta noche no tendrás cena.

—Como gustes, vamos Jimin, madre no hay porque estar aquí —ella negó para sorpresa de Hoseok.

—Esta es mi casa niño, ve a tu cuarto Hobi, obedece a tu padre, que yo de aquí no voy a moverme.

Hoseok asintió, sabiendo que quien hablaba era el orgullo de su madre. Una mujer que nada le hacía bajar la cabeza, mucho menos dejarse humillar. Los últimos meses habían sido un infierno por el divorcio, ya sabia que su padre tenia una relación con alguien más, pero nunca se imagino que se casaría nuevamente, mucho menos que la llevaría a vivir a la casa principal.  Jimin si le siguió en silencio hasta su habitación, el mayor cerró de un portazo, para sorpresa del menor.

—Ese hijo de, ¿Cómo ha podido?

—Bueno es su casa y ahora ella es su esposa.

Jimin trato de justificar al hombre, pero sabía que nada de lo que dijera iba a convencer a su amigo, incluso no podía creer que se convenciera así mismo, le tenía mucho aprecio a la madre de Hoseok; por lo que era difícil ponerse de parte del hombre.

—Ni siquiera me ha dicho que se casaba, sólo la ha traído aquí como si nada —Jimin notó la evidente confusión de su amigo, siempre supo que la relación padre e hijo, no era digno de un premio a la mejor fraternidad, pero esto superaba los límites de lo que a su corta edad podía razonar.

—Lleva mucho tiempo divorciado de tu madre, supongo que quería rehacer su vida.

Hoseok tomó la almohada en forma circular que se encontraba en su cama y de repente, ahogo un grito en ella.

—Lo odio, es tan humillante. ¿Por qué hace eso?

—Yo creo que es normal. Él sólo quiere que a quienes considera su familia convivan juntos.

— ¡Ellos no son mi familia! —Pasó sus manos por su cabello castaño—. No son más que arrimados, lame botas de mi padre.

—Hoseok, tienes que asimilarlo porque será peor para ti, ellos van a vivir aquí y no creo que tu padre cambie de opinión, como sea portado hace un momento, ha dejado claro que prefiere sacarte primero a ti que a ellos.

Hoseok asintió con un escalofrío recorriendo su cuerpo, su padre era duro de carácter, casi siempre estaban peleando por su falta de aprendizaje, pero lo amaba a pesar de todo.

—Ni siquiera puedo verlos sin sentirme agobiado —suspiro—. Necesito aire, te llevare a casa.

Jimin asintió. Le regalo una pequeña sonrisa a Hoseok que le hacía cerrar los ojos y le dio una palmada en la espalda.

A la mañana siguiente, cuando Hoseok bajo a desayunar, observo como Taehyung desayunaba a lado de su padre, con una sonrisa gradiente, ambos platicando a gusto.

Lo observo de arriba abajo, Taehyung vestía pantalones de cuero que no dejaban nada a la imaginación, una playera roja y chamarra de cuero a juego con los pantalones. Tenía la pinta de un chico malo. Demasiado guapo y caliente a los ojos de Hoseok, si su padre lo viera a él vistiendo un conjunto como ese, lo mandaría a cambiarse en un dos por tres.

—Interrumpo —Lo que debía sonar como una preguntar, fue más una afirmación. Kibum le sonrió a su hijo y negó con la cabeza, con la palma de su mano abierta le señalo una silla para que se sentara.

—No interrumpes nada hijo. Siéntate, espero que ya se te haya pasado el berrinche de ayer.

No, no se le había pasado, era más que un berrinche, simplemente no soportaba la idea de que ese chico y aquella mujer invadieran su hogar y lo revolucionaran.

—Lo siento.

—Hoy se irán juntos —ordenó de forma suave—, lo llevarás en tu coche Hoseok, mientras consigo un auto para Taehyung.

—Ya hay muchos autos en la cochera, dale cualquiera de esos.

—Son anticuados, Taehyung necesita algo con más estiló y de moda. Tal vez un Maserati Ghi...

—Anda, que si sigue así después pedirá un Lamborghini o un Ferrari edición limitada. Como quieras —dijo de mala gana y empezó a comer sin prestar atención a la plática de los otros dos, era obvio que no hacía mucha falta. Parecía que su padre le quería bajar cielo y mar y tierra al chico que ni siquiera era su hijo.

Más tarde, después de un viaje incomodo, el profesor presentó a Kim Taehyung, Hoseok fue testigo de cómo todos murmuraban, los hombres se cruzaban de hombros como marcando territorio y las mujeres suspiraban y cotilleaban sobre lo guapo que era. Iba a ser un día largo.

EL HIJO PERFECTO | VHOPE PAUSADADonde viven las historias. Descúbrelo ahora