El Jardinero(COMPLETA)

Epílogo

Era mi primer día en los almacenes después de mucho tiempo y estaba bastante nerviosa. ¿Y si mis empleados se habían acostumbrado a Ricardo?. ¿y si había perdido la práctica?. Un montón de dudas me asaltaron cuando caminé de nuevo desde mi casa hacia allí.

-Buenos días, jefa-me saludó Gio cuando aparecí por la puerta-.

-Buenos días, Gio. ¿Qué tal estás?.

-Bastante bien aunque algo molesto contigo. ¡Mira que no contarme los líos en los que andabas metida!.

Sí, finalmente se había enterado de todo. Vincenzo se vio obligado a contárselo. Al fin y a cabo, iba la mafia iba a empezar a formar parte de su nueva vida en Chicago.

-Solo quise protegerte pero te agradecería que no hablaras de esto en la empresa.

-Está bien. Ricardo Felice te espera en la sala de juntas.

-¿Una junta el primer día de trabajo?. ¿Es que nadie tiene compasión por mí?.

-Antes no eras tan quejica.

-Y tú sigues igual de indiscreto. Vende mucho,  Gio.

-Por supuesto, jefa.

Cuando entré en la sala de juntas, no había socios malhumorados y aburridos como me temía sino una tarta enorme y todos mis empleados alrededor sonriendome.

-Hemos querid darte de nuevo la bievenida, Adrienna-me informó un Ricardo más sonriente que nunca-.

-Estás de mejor buen humor que la última vez que te ví.

-Bueno, no vas a ser tú la única enamorada del mundo, ¿no?.

-Me debes una comida y una explicación después del trabajo, Ricardo.

La fiesta de bienvenida fue toda una sorpresa. No me imaginaba hasta que punto todos se alegraban por mi regreso después de mi larga baja maternal. Ricardo se las había ingeniado más bien poco para explicar mi ausencia pero había colado y eso era lo importante. Los almacenes Grimaldi volvían a ser de mi propiedad aunque nunca habían dejado de serlo y me hacía inmensamente feliz.

-Adri-me habló Gio casi al final de la fiesta-. Me temo que hoy será mi último día aquí. Mañana Vincenzo y yo nos mudaremos a Chicago.

-Lo se. Jace me lo contó pero no quería mencionarlo. Ya sabes por no ponerme a llorar y esas cosas.

-Me gustaría que nos acompañaras mañana al aeropuerto. Aunque no te lo creas, a mí también me cuesta separarme de tí.

-Me encantará, Gio. ¿Qué te parece si salimos esta noche a cenar?. Para celebrar los viejos tiempos.

-Acepto la propuesta.¿Crees qué Vincenzo y yo tendremos suerte?. Ya sabes no me gustaría que nos pasara lo mismo que a vosotros.

-No es una vida de color de rosa pero lo nuestro fue algo diferente, Gio. Todo saldrá bien.

Una lagrimita se me escapó al ver a Gio subirse al avión cogido de la mano de Vincenzo. Mi irritante y adorable amigo. ¿Qué haría cada mañana cuando entrase en los almacenes y no estuviese allí para sacarme de quicio?. Pero él, al igual que yo en su día, partía por amor y deseaba que nunca tuviesen que enfrentarse a lo mismo que Jace y yo.

-¿Crees que volveremos a verlos?-le pregunté a Jace-.

-¿Deseas qué así sea?.

-Por supuesto que sí.

-Pues entonces no dudes, volverás a verlos antes de lo que crees.

-Gio, pervertiendo la ciudad de Chicago aún más si cabe.

-De eso estamos ambos seguros, Adrienna. Debemos irnos. Se nos hace tarde y ya sabes que tu padre es impaciente al límite en eso de los horarios.

-Sí, así es-sonreí-. Tenemos una buena noticia que anunciarle. 

-¿Ah si?.

-Sí. La noche de bodas fue bastante fructuosa. Estoy de nuevo embarazada.

-Gio te va a matar cuando sepa que no se lo contaste antes de irse.

-Lo se pero no podía enterarse antes que el padre de la criatura.

-No sabes lo feliz que me haces, preciosa. ¡Padres de nuevo!.

-Y a mí poder darte esta noticia sabiendo que todo está bien.

Caminamos cogidos de la mano por el aeropuerto. Riéndonos por tonterías como siempre habíamos hecho. Éramos felices y ya nunca nadie volvería a estropearlo. Había costado pero al fin nuestra nueva vida comenzaba y ¿Qué mejor forma de hacerlo qué con un nuevo miembro en la familia?.

**Jace**

☆☆Fin☆☆