Cuando llegué a casa, Rhodri estaba allí. Rhodri es el hombre que trabaja para Padre: lo ayuda con el mantenimiento de calefacciones y la reparación de calderas. A veces viene a casa por las tardes a beber cerveza con Padre y ver la televisión y conversar.
Rhodri llevaba un mono de trabajo blanco con marcas de suciedad por todas partes y tenía un anillo de oro en el dedo corazón de la mano izquierda y olía a algo cuyo nombre no conozco y a lo que Padre suele oler cuando vuelve a casa del trabajo.
Metí mis regalices y mi Milky Bar en mi caja especial de comida, que Padre no puede tocar porque es mía.
Entonces Padre dijo:
—¿Dónde andabas, jovencito?
—He ido a la tienda a comprarme unos regalices y una Milky Bar —dije.
Y él me dijo:
—Has tardado mucho.
Y yo dije:
—He hablado con el perro de la señora Alexander fuera de la tienda. Ylo he acariciado y me ha olisqueado los pantalones.
—Lo cual era otra mentira piadosa.
Entonces Rhodri me dijo:
—Vaya, por lo que veo, no te libras del tercer grado, ¿eh?Pero yo no sabía qué era el tercer grado.
Y Rhodri me dijo:
—Bueno, ¿cómo te va, capitán?
Y yo dije:
—Me va muy bien, gracias —que es lo que se supone que tienes que decir.
Y él me dijo:
—¿Cuánto es 251 por 864?
Y yo lo pensé y contesté:
—216.864. —Porque era un cálculo realmente fácil, porque sólo hay que multiplicar 864 x 1.000 que da 864.000. Entonces lo divides por 4 que da 216.000 y eso es 250 x 864. Entonces sólo hay que sumarle otro 864 para conseguir 251 x 864. Y eso da 216.864.
Le pregunté:
—¿Es correcto?
Y Rhodri dijo:
—No tengo ni la más remota idea.
—Y se rió.No me gusta que Rhodri se ría de mí. Rhodri siempre se está riendo de mí. Padre dice que eso es ser simpático.
Entonces Padre dijo:
—Voy a ponerte uno de esos Gobi Aloo Sag en el horno, ¿quieres?
Eso es porque a mí me gusta la comida india, porque tiene un sabor fuerte. Pero la Gobi Aloo Sag es amarilla, así que le pongo colorante rojo para comida antes de comérmela. Y guardo un pequeño tarro de colorante en mi caja especial de comida.
Y yo dije:
—Vale.
Y Rhodri dijo:
—Bueno, así que parece que Parky les tendió una trampa, ¿no?
—Pero eso se lo decía a Padre, no a mí.
Y Padre dijo:
—Bueno, esas placas base parecían recién salidas de la maldita Arca de Noé.
—¿Vas a decírselo? —preguntó Rhodri.
Y Padre dijo:
—¿Qué sentido tendría? No creo que vayan a llevarlo a juicio, ¿no crees?
Y Rhodri dijo:
—Cuando las ranas críen cola.
—Supongo que es mejor no darle más vueltas a la cosa —dijo Padre.
Entonces me fui al jardín.
Siobhan me dijo que cuando escribes un libro tienes que incluir algunas descripciones de cosas. Yo dije que podía coger fotografías y ponerlas en el libro. Pero ella me dijo que la idea de un libro es describir las cosas utilizando palabras, para que la gente que las lea pueda formarse una imagen en su mente.
Y me dijo que era mejor describir cosas que fuesen interesantes o diferentes.
También me dijo que debía describir a las personas en mi historia,mencionando un par de detalles sobre ellas, de forma que la gente pueda hacerse una imagen de ellas en la mente. Que es por lo que escribí sobre los zapatos del señor Jeavons con todos aquellos agujeros y sobre el policía que parecía tener dos ratones en la nariz y sobre que Rhodri oliese a algo que yo no sabía cómo se llamaba.
Así pues, decidí hacer una descripción del jardín. Pero el jardín no era muy interesante o diferente. No era más que un jardín, con hierba y un cobertizo y un hilo de tender. Pero el cielo era interesante y diferente.Normalmente los cielos parecen aburridos porque son todos azules o todos grises o están cubiertos de un solo tipo de nubes y no parece que estén cientos de kilómetros por encima de tu cabeza. Parece que alguien los hay a pintado en un techo enorme. Pero aquel cielo tenía montones de clases distintas de nubes a diferentes alturas, así que podías ver lo grande que era yeso hacía que pareciera inmenso.
Muy lejos, en el cielo, había montones de nubecillas blancas que parecían escamas de pez o dunas de arena de diseño muy regular.
Luego, más cerca y hacia el oeste había algunas nubes grandes que estaban ligeramente coloreadas de naranja porque era casi el atardecer y el sol estaba descendiendo.
Más cerca del suelo había una nube enorme de color gris, porque era una nube de lluvia. Era grande y puntiaguda y era así
Después de mirarla durante mucho rato la vi moverse muy despacio y era como una nave espacial extraterrestre de cientos de kilómetros de largo,como en Dune o Los 7 de Blake o Encuentros en la tercera fase, sólo que no estaba hecha de un material sólido, estaba hecha de gotitas de vapor de agua condensado, que es de lo que están hechas las nubes.
Y podría haber sido una nave extraterrestre.
La gente cree que las naves espaciales extraterrestres son sólidas y están hechas de metal y tienen luces por todas partes y se mueven lentamente a través del cielo porque así es como construiríamos nosotros una nave espacial si fuésemos capaces de construir una tan grande. Pero los extraterrestres, si es que existen, son probablemente muy diferentes de nosotros. Podrían ser como grandes babosas, o ser planos como reflejos. O podrían ser grandes como planetas. O podrían no tener cuerpos en absoluto.Podrían ser tan sólo información, como en un ordenador. Y sus naves espaciales podrían ser como nubes, o estar hechas a base de objetos inconexos como polvo u hojas.
Entonces escuché los sonidos del jardín y oí cantar a un pájaro y oí ruido de tráfico que era como olas rompiendo en una playa y oí a alguien tocando un instrumento en alguna parte y a niños chillando. Y entre esos ruidos, si escuchaba muy atentamente y me quedaba completamente inmóvil,podía oír un ruidito que era como un silbido en mis oídos y el aire al entrar y salir de mi nariz.
Entonces olisqueé el aire para saber a qué olía el aire del jardín. Pero no logré oler nada. Olía a nada.
Y eso era interesante también.Entonces entré en la casa y le di de comer a Toby.
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El curioso incidente del perro a medianoche [Completo]
Novela Juvenil"El curioso incidente del perro a medianoche" es una novela que no se parece a ninguna otra. Elogiada con entusiasmo por autores consagrados como Oliver Sacks e Ian McEwan, ha merecido la aprobación masiva de los lectores en todos los países donde s...