★Publicada originalmente el 01/10/2018
★ Concluida oficialmente el 02/28/2023
¿Tú qué harías si fueras incapaz de reconocer tus emociones? Él decidió ser el mejor villano de todos los tiempos, aprendiendo con el tiempo a reconocer sus más comunes em...
Datos curiosos indispensables para el capítulo, como siempre, no pueden faltar.
Hablemos un momento del órgano de tubos. Todos sabemos que Black Hat es hábil con los instrumentos, y entre ellos se encuentra el órgano de tubos, un instrumento clasificado como de aire y de teclado, simultáneamente. El sonido tan característico de este instrumento se genera al forzar al aire a pasar por el tubo (o pipa) que puede ser abierto o cerrado; la presión obliga al aire a entrar en el tubo, que se libera por la lengua ubicada en la parte delantera del mismo; el cambio de presión se da hasta que se encuentra el equilibrio, momento en el que deja de producirse el sonido. El repertorio de canciones, aunque poco conocidas, es bastante amplio; en este caso, nuestro Lord interpretará "Fantasía y Fuga en sol menor" escrita por Johann Sebastian Bach.
Algo también importante es que Flug ocupa el cargo de vicepresidente de la organización; no sé si este dato sea muy conocido, puesto que jamás se ha mencionado en los cortos. Sin embrago, para aquellos valientes que se atrevieron a probar y enviar un correo a Flug cuando la oportunidad de dio, en la respuesta se recibe está tarjeta que revela dicha información.
Sin embrago, para aquellos valientes que se atrevieron a probar y enviar un correo a Flug cuando la oportunidad de dio, en la respuesta se recibe está tarjeta que revela dicha información
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Solo un dato de suma importancia.
Sin más que decir, a leer.
No tenía realmente la respuesta para aquello. Últimamente estaba dándole demasiadas oportunidades al científico y, sin saber porque, sentía que debía hacerlo, algo en sus instintos le decía que era lo correcto ¿Desde cuándo hacía lo correcto? ¡Era un villano! Hacer lo correcto era algo que podía dejar en manos de alguien más capacitado.
Exhaló el humo del cigarro en sus labios, viéndolo convertirse en una calavera antes de desaparecer en el aire; estaba frustrado, enojado, confundido. ¿Por qué tenía que lidiar con algo tan humano como los sentimientos? Era un ser hecho de maldad pura, un eldritch capaz de destruir mundos enteros con un solo toque ¿Por qué no podía entenderse a sí mismo? Era ridículo a niveles inaceptables. Y para su desgracia, no podía deshacerse de ellos como tantas veces había querido. Todo intento por erradicar aquellos molestos sentimientos, sus sensaciones agobiantes y su insistencia en arruinar su aparente calma habían sido siempre un fracaso, una decepción que se negaba a compartir.
El mejor invento de Flug, aquel que era capaz de erradicar el amor en el corazón de su huésped, solo era útil con seres que tuvieran un corazón para sentir, y él no tenía tal inutilidad ¿De dónde venían entonces aquellas molestias? Debían tener un origen que ignoraba, un punto de partida que pudiera arrancar de su cuerpo y asegurarse que no volviera a crecer pero ¿Cómo encontrarlo?
Suspiro nuevamente, fastidiado; estaba dándole quizá demasiadas vueltas al asunto, sobre pensando todo lo que implicaba aquella inexplicable existencia ¿Por qué si quiera le importaba? Podía simplemente dejar que algún día desaparecieran, consumidos por su propia corrosiva existencia. Apagó el cigarrillo en el cenicero que tenía sobre el escritorio, dejando allí la colilla y encaminándose hacia la salida de su oficina, pensando en que podría ayudarlo a dejar de pensar en el asunto.
— A lo mejor... — no era de hablar solo, pero la idea que cruzó por su cabeza le hizo sentir un ligero cosquilleo, probablemente emoción, por lo que estaba dispuesto a hacer.
Dejó su cuerpo fluir en una sombra que, como serpiente, se arrastró por los pasillos de su enorme mansión hasta una habitación situada perfectamente debajo del laboratorio de Flug ¿Cuándo había sido la última vez que había estado allí? Recordaba haber estado tocando cuando Demencia empezó a hacer ruido con su guitarra, lo que lo llevó a irrumpir con violencia en el laboratorio, callando cualquier protesta con una desafinada nota ¿Por qué no había vuelto? Ni siquiera recordaba que lo había llevado a dejar de tocar el estorboso instrumento.
Acarició las teclas una vez se halló sentado frente al teclado ¿Por qué estaban cubiertas de polvo? ¿Tanto había pasado desde la última vez? Sin importar la fina capa que cubría el blanco marfil con que aquellas delicadas teclas estaban fabricadas, comenzó a presionar una a una, creando en conjunto una composición que bien conocía. El sonido era perfecto, igual que siempre, afinado y sin errores, resonando con fuerza por los alrededores.
— ¿Por qué no es tan fácil como la música? — se quejó mientras tocaba, aumentando ligeramente la velocidad en un inconsciente intento de liberar estrés, cerrando los ojos y dejándose llevar— ¿A quién diablos se le ocurrió hacer los sentimientos complicados?
Mientras tocaba, como si fuera parte de la insistente tortura a la que su incomprensión lo sometía, el sonriente rostro de su subordinado se presentó en su memoria; lo conocía a la perfección, cada detalle de su marcada piel y sus imperceptibles defectos, había memorizado la posición exacta de sus cicatrices, sus invisibles pecas y el vello de su barba mal afeitada; podía ubicar sin problemas los detalles y diferencias de sus ojos verdes, de sus ojeras marcadas y de su alborotado cabello castaño. Podía también recordar a la perfección el dulce y adictivo sabor de sus labios, el sensual movimiento de su lengua y la timidez con que sus rosados labios le daban paso a su demanda de atención.
Detuvo abruptamente el tocar de la melodía, errando de forma horrible en las notas y desentonando como si nada, abriendo los ojos de golpe y sintiendo algo nuevo en su cuerpo. Alguna vez había, por error, devorado un panal de avispas que se habían empeñado en luchar por su vida en su estómago ¿Por qué lo que sentía era igual de molesto? Había hecho a Flug su mano derecha desde el momento en que demostró capacidad de asumir el cargo, le había dado tantos privilegios que había llegado a ocupar un cargo que, sin él, no existiría en la empresa y le había permitido muchas cosas en todos sus años de servicio ¿Por qué pensar en el rostro que solo él tenía el placer de conocer causaba tantas sensaciones molestas?
Golpeó fuertemente las teclas del órgano con los puños, escuchando nuevamente el desentone hacer eco en la mansión; debía deshacerse de todo lo que aquellos pensamientos implicaban ¿Por qué deseaba volver a besarlo? Había sido un simple experimento, una manera de saciar su caprichosa curiosidad, no debía ser más que eso... pero ¿Por qué lo deseaba con tanta insistencia? Los besos eran muestras de afecto entre diversas especies, formas de expresar amor; él, el villano más grandioso de toda la historia, no demostraba afecto a nadie. Sus besos estaban hechos para matar lentamente a su víctima, para envenenar su alma y cuerpo hasta que se sometiera a su voluntad o muriera ¿Por qué retenía esa intención cuando sus labios estaban sobre los del científico? No tenía sentido que pensara de esa forma. Que actuará de esa forma.
¿Por qué Flug lo cambiaba? ¿Por qué permitía que todo eso lo afectará a tal punto? ¡Era Black Hat, por todos los demonios! El mal encarnado, la oscuridad misma, el mejor villano de todos. Lo que lo estaba molestando era algo tan ridículamente insignificante como el cariño que profesaba Demencia. Pero, si tan poco importaba lo que sentía, lo que lo agobiaba ¿Por qué sentía tanta incertidumbre por escuchar el nombre que Flug le daría a sus emociones?
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Este capítulo siempre me ha gustado, me parece que centrarme la perspectiva de Black Hat, en su inestabilidad y en lo mucho que le cuesta todo esto es necesario y asombroso. Sé que siempre he prometido más momentos como este, pero siempre trato de mantenerme en personaje, y eso es lo que más me gusta de mi historia.
En fin, espero les haya gustado, porque yo lo amé.
