De Monstruos Y Humanos|Villainous|PaperHat

•Capítulo 15: Pequeñas charlas•

Saludos cordiales, Villanos.

Es curioso como no puedo recordar a quien iba a dedicar este capítulo cuando lo publique originalmente, me llama mucho la atención ese detalle, pues estaba segura de que lo recordaría para cuando corrigiese la historia. En fin, cosas que pasan. Pasemos a los datos de este capítulo.

Para quienes lo ignoran (creo que son todos) el nombre con que me identifico aquí en Wattpad es Nightmare Prinxe, o Príncipe Pesadilla. Se trata de un demonio de los sueños, un villano y un ente sin género definido (al final del capítulo les dejaré una imagen) que se alimenta de los miedos más profundos de sus víctimas; les brindo está información con el objetivo de aclarar por qué su constante mención en el capítulo. Pese a que dije que quería mantener la historia libre de OC's, creo que unos cuantos no harán daño a la trama.

Por otra parte, el Rolls Royce Phantom IV es un vehículo fabricado por la misma marca, entre los años 1950 y 1956; de los cuales solo se fabricaron 18. Este auto era vendido solo a compradores que la marca considerase dignos de tal distinción, entre los cuales se encontraba la familia real y algunos jefes de estado. El primero de ellos estuvo destinado a la, entonces, princesa Isabelle, duquesa de Edimburgo; la orden llegó a la compañía en 1948, debido a que solo una limusina supliría el estatus requerido, y debía también ser eficiente para que el príncipe Philip pudiera conducirlo él mismo, diseñaron el Phantom IV. A la fecha, se sabe de 16 aún en existencia, repartidos en museos y colecciones privadas.

Ah! Por cierto, este hermoso capitulo es traído a ustedes gracias a "Little Talks" de la banda Of Monsters and Men. Por favor, escúchenla y ámenla tanto como yo.

No se si este detalle quedó claro originalmente, el modo en que se comporta Flug a lo largo del capítulo es un reflejo de sus primeros años junto a Black Hat. Siento que, aunque ahora está acostumbrado, en un principio le tenía mucho miedo a la idea de estar solo en la mansión. Es más una nota, por si acaso. Y otra cosa, que casi me olvido, Flug usa la capsula solo cuando lo considera necesario, me gusta pensar que tiene una cama normal y que, a veces, duerme como una persona normal.

Creo que es todo, si algo se me pasa, me disculpo. Construyó las notas antes de escribir para organizar un poco mi cabeza.

Sin más preámbulos, a leer.

Se deslizó bajo la puerta de la habitación, dejando a su paso un rastro de sombras que lo seguían fielmente; recuperó su forma una vez estuvo dentro, organizando su corbata en un imperceptible tic que ya hacia parte de su rutina. Pese a lo cómodo que le resultaba moverse como una sombra por la mansión, mantener la pulcritud de su traje era prioridad. Observó el interior de la enorme habitación en la que se encontraba, torciendo el gesto ante el desastre que era.

— Entre más espacio tiene...— susurró para sí, avanzando entre pequeñas trampas en el suelo, evitando lo más posible tropezar con algo— ...más grande es el desorden.

Sus ojos se posaron el Flug, qué dormía plácidamente en la cama doble que le pertenecía; repaso con detenimiento cada pequeño detalle que lo representaba. La ligeramente larga melena castaña se esparcía por la almohada con libertad, cubriendo parte del rostro también; la cicatriz que abarcaba el ojo derecho se encontraba sobre la almohada, de los labios le escurría un pequeño chorro de baba y abrazaba un peluche que pretenda a 5.0.5. La imagen completa se le antojaba desagradable, no por tratarse de Flug, sino porque producía en él reacciones que deseaba evitar. Sacudió la cabeza un par de veces, centrándose en el motivo que le había llevado a aquel desastroso lugar.

— Flug— llamó secamente, intentando despertar al joven científico, sin obtener resultados— ¡Flug!— subió la voz, sintiendo la paciencia escapar de su cuerpo; le molestaba tener que repetir las cosas, tener que hacer algo más de una vez ¿Por qué el mundo no podía entender algo tan simple?— ¡Doctor Flug!— el muchacho apenas y movió ligeramente su cuerpo, enroscándose más entre las sabanas; el demonio comenzaba a desesperarse.