-Felicitaciones, tienes a dos hombrecitos y a una mujercita. -Me felicita mi madre dándome un abrazo.
-Aunque también es un poco, el pésame. Dos varones a la vez... esos son los que mas cuesta en criarlos.
-No me digas... -Mi madre rueda los ojos.
Yo solo me río de los comentarios que hacen ellos. Pero por dentro tomo mis precauciones; no va hacer guerra fácil.
-Dime ¿Donde vas a quedar por este lapso de tiempo? -Pregunta, apoyando sus manos en el escritorio, entrelanzando sus dedos.
Hago mil una maniobras para sentarme, últimamente ya ni caminar bien puedo. Miro al el doctor, con algo de confusión. Abrí la boca para hablar, pero fui interrumpida, por mi madre.
-Ella y yo ya hablamos, y decidimos, que va a quedarse en la casa donde nunca debió de irse. Donde nacerán los trillizos. -Alega mi madre, con mucha confianza y seguridad.
Siento, mi sangre hervir, aprieto mi mandíbula, y trato de calmar mi respiración, la cual se a vuelto pesada.
-¿Perdón? Pero yo nunca dije que si; que yo recordé. -Volteo a mirarla, para enfrentarla-. Si yo nunca debí de irme de esa casa ¿Por que me echaron al enterarse que estaba embarazada?, y... -Hice una pausa para levantarme mi de puesto-. Mis hijos no van a estar en un lugar donde no los quieran, ya que cuando supieron de su existencia, no hicieron más que echarlos.
Me acercó hasta la puerta, suspirando antes de agarrar de pomo.
-Nathalya, no me hables asi, ven que tenemos que hablar-. Insiste.
-Íbamos tan bien hasta que sacaste el tema.-Mi voz se quebró en el intento de hablar; mi intención era demostrar todo lo contrario a lo que demostré.
Al salir de la habitación limpié mis lágrimas, bajando mi rostro, haciendo que mis cabellos cayeran como cortinas.
Cerré la puerta, tratando de que no hiciera mucho ruido, para no llamar la atención; pero aún así era imposible no llamar la atención. Por una extraña razón, siento como todos en la sala me ven como si fuese una cosa rara.
Camino así la salida de la área, para adentrarme en donde se hospeda las personas, en recuperación.
Por que mi madre tiene que ser tan... agh.Odio que tenga razón; yo no tengo muchas cosas, para los bebes , apenas y unas ropita, su pañalera,pañales; pequeñas cosas que Ethan a comprado durante estos seis casi siete.
Nos faltan muchas cosas y tenemos muy poco tiempo.
Además en ese apartamento, no vamos a poder vivir los cinco, ni en broma.
A lo mejor debo decirle si a su propuesta, ya que por mas que no quiera regresar a vivir a esa casa, debo, por el bien de mi bebes.
Me imagine muchas cosas, para la pocas que tenemos.
Después de un rato, de perderme, de no encontrar el caminó; hasta encontrarlo. La habitación en donde se encontraba Ethan, estaba en frente a mi; colocó mi mano en el pomo, para luego darle vuelta, abriendo esta.
-Hola -Saludo asomada detrás de la puerta.
Un solitario Ethan, comiendo en la cama, aparece en mi campo de visión. El voltea, masticando su comida, me sonríe. Ya no tiene tantos aparatos como tenía, en la mañana, se ve mejor y todo.
Algo en mi interior, se revolvió al ver esa sonrisa; serán los bebes.
No esperó más y me adentro a la habitación, devolviéndole una leve sonrisa.
ESTÁS LEYENDO
¿¡UN BEBE!?
Roman pour AdolescentsMuchos se molestan porque las cosas no suceden como ellos esperan que sucedan, que no entiende a la vida, ¿por qué me suceden cosas como estas? Yo también me hacía esas preguntas, aún nose que espera la vida de nosotros o nosotros que tenemos que es...