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Con el paso del tiempo Rubén creció y físicamente dejó de ser un niño, su nuevo rostro comenzó a gustarle a las chicas y éstas en un intento de gustarle a él también comenzaban a hablarle como a cualquier persona sin importar que éste no les dirigiera otra palabra que no fuera "Ust"

"-Hola, ¿cómo te llamas?- dijo ella tímidamente
-Ust- le contestó él sonriendo

...

-Yo me llamo Rocío- dijo ella feliz
-Ust- dijo él, sin dejar de sonreír

...

-La profesora me dijo que te llamas Ruben, ¿es verdad?- dijo ella con más confianza
-Ust- dijo él, sin dejar de sonreír

...

-Me agradas Rubén- dijo ella mientras le acariciaba la mano
-Ust- dijo él, sin dejar de sonreír

...

-Me pareces muy lindo Rubén- dijo ella acariciando su rostro
-Ust- dijo él, sin dejar de sonreír

...

-Me gustas Rubén- dijo ella sonrojada
-Ust- dijo él, sin sonreír

...

-¿Por qué no me hablas Rubén?- preguntó ella preocupada
-Ust- dijo él, sin sonreír

...

-Creí que yo también te gustaba Rubén- dijo ella con decepción
-Ust- dijo él, sin sonreír

...

-¡Te odio Rubén!- gritó ella llorando
-Ust- dijo él, sin sonreír"

Rubén seguía igual, sólo que ahora, con 13 años era más juzgado por su actitud infantil. Su espeluznante sonrisa seguía siendo como su sello, pero actualmente había días en que su sonrisa de desvanecía y dejaba en su lugar un semblante serio e igual de espeluznante como la sonrisa. Tomando en cuenta este nuevo "síntoma", su madre se vio en la obligación de llevar a Rubén con un psicólogo para averiguar de una vez por todas que era lo que le sucedía a su hijo.

El doctor era nuevo en el trabajo, no tenía idea de que le podía haber pasado a Rubén, le hizo preguntas, pero como siempre él sólo contestaba "Ust", el psicólogo no supo que hacer y lo derivó con un psiquiatra para que él se encargara del caso.

El psiquiatra tenía más experiencias con las cuales comparar el caso de Rubén, sus opciones vacilaban desde la bipolaridad a un transtorno de personalidad, su madre no sabía cuál le aterraba menos y Rubén ni si quiera tenía consciencia de lo que ocurría a su alrededor.

Rubén había ido a dos citas más y el doctor ya tenía un veredicto, le dijo a su madre que su hijo padecía de bipolaridad y que por eso había días en los que estaba muy sonriente y otros en los que de plano no sonreía.

Rubén buscó en internet qué era la bipolaridad y definitivamente no se sintió identificado con ninguno de los síntomas que ahí describían, el doctor se había equivocado, pero bueno, ¿él que podía hacer? sólo era un niño.

Síndrome de Peter Pan (Rubelangel)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora