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Rubén suspiró aliviado por haber oído aquello y se giró para ver a la persona que aún tenía su mano en la boca, su sorpresa no fue poca al ver un oscuro Mangel con los lentes chuecos y la respiración agitada por la persecución, retiró la mano de su rostro con rapidez mientras el calor iba subiendo a sus mejillas transformándose en un leve sonrojo que se perdería entre la oscuridad

El castaño comenzó su recorrido de regreso hacia los pasillos iluminados sin esperar reacción alguna del morocho, éste último, aún atontado, lo siguió por inercia y se ubicó a su lado sin hacer ruido

Al ver como el pasillo comenzaba a aclararse Rubén relajó el paso tenso que llevaba y soltó un suspiro de estrés

-¿Estás bien?- preguntó cautelosamente el morocho al ver la acción anterior

-Ust...- dijo el castaño con un movimiento de hombros, restándole importancia

-¿Quieres que te acompañe a alguna parte?- dijo Mangel con más cautela

-Ust...- ésta vez Rubén negó

-¿Estás seguro?- insistió con preocupación

-Ust...- asintió con una leve sonrisa para tranquilizarlo

-¿Muy seguro?-

-Sí...-

Un silencio sepulcral se instaló a su alrededor, dejaron de caminar y el único sonido que había en el pasillo era el de sus respiraciones, una más calmada que otra, claramente

-¿Dijiste algo?¿De verdad?- comenzó a decir Mangel con un toque de emoción adornando su voz

-...- Rubén asintió atontado

El castaño temía abrir la boca y que otro sonido de esos saliera de allí, sus cuerdas vocales le dolían por alguna razón y sus ojos comenzaban a aguarse

En un intento de pedir ayuda inconscientemente, miró a Mangel sin poder ocultar la sorpresa al verlo trantando de ocultar su sonrisa

El morocho al percatarse de las lágrimas acumuladas en los verdosos ojos del castaño borró todo indicio de una sonrisa de su rostro y se acercó a Rubén con intenciones de abrazarlo, ignorando las incesantes cosquillas que habían aparecido en su estómago

El castaño bajó el rostro al ver lo que quería hacer Mangel y cuando sintió los brazos del mismo rodearlo posó su rostro en la curvatura del cuello y ahí dejó que las lágrimas salieran

Sin importarle si había conocido al morocho hace pocos días y que, básicamente, era un extraño, pasó sus brazos por la cintura contraria, ya que Mangel tenía sus brazos en los hombros del castaño y se aferró aún más a ese cuerpo que le otorgaba protección

No podía creer que había dicho algo, que sí, era un monosílabo, pero era la primera palabra que decía en años, a parte de Ust

Una leve sonrisa apareció en el rostro de Rubén mostrando así la emoción que estaba tratando de ocultar

Síndrome de Peter Pan (Rubelangel)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora