IV

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Era el día de llegada a Francia,  después de un largo viaje al fin habían llegado. Solo quedaba dirigirse a la casa que había comprado para el viaje,  por que no podría quedarse en un hotel los 9 meses haci que al bajar de el crucero subieron a un carruaje y se dirigieron a la nueva mansion previamente preparada por nadie más que el mayordomo del conde.
Al llegar a la mansión el conde con ayuda de su demonio bajo del carruaje dirigiéndose a la entrada por el jardín

    —Las flores...  -observar aquellas flores le traía recuerdos-
    —Escuche que eran las favoritas de su madre...  ¿Le molesta?  Si es haci puedo retirarlas
    —Así esta bien

    Al llegar a la entrada la puerta fue abierta por el sirviente dejando ver la lujosa entrada la cual daba a las escaleras y entre ellas un retrato del mismo conde creado hace menos de 2 meses. El conde fue dirigido por su sirviente hacia su habitación y después hacia el estudio para que pudiera seguir con su trabajo mientras el sirviente preparaba el almuerzo. Llegada la hora el conde fue guiado por el demonio hacia el comedor para que pudiese comer

    —Es bueno tener al fin algo de tranquilidad -menciono el menor para romper el hielo de camino hacia el comedor-
    —Concuerdo totalmente,  debió sentirse agobiado -sonrió bromista el demonio colocando uno de sus dedos en su boca en forma pensativa contrariado con su rostro- Aun que,  al menos Lady Elizabeth parecía contraria mente feliz. Realmente son totalmente diferentes -miro de reojo a su amo-
    -una mueca se formo- ¿Por que tienes que mencionarla ahora? -habló entre dientes el conde,  realmente quería tomarse un pequeño descanso de su activa prometida-
    —Perdone -sorprendido el demonio susurro lo suficientemente alto para ser escuchado. El resto del camino fue un silencio total,  al llegar el mayordomo le extendió una silla a su amo el cual se sentó para después el acomodar la silla de su conde y servir su comida,  pasado un rato el conde decidió romper nuevamente el hielo- Saliendo de esto iremos a la fábrica..  -la vergüenza abundó en el conde preguntándose si debería decirlo- y..  En la noche puedes..  ¿Quedarte conmigo?  -lo último era dicho en el tono mas bajo posible casi inaudible,  pero el agudo oído del demonio era de gran ayuda en situaciones como esta-
    —sería un honor,  my Lord -se acerco a la altura de su conde para depositar un pequeño beso en sus labios-

El conde ya despues de comer subió a su carruaje el cual llevó tanto a conde como a sirviente hacia la fábrica del menor,  estuvieron aproximadamente 4 horas en ella puesto que se aseguró de que todo estubiera perfecto aparte de haber sido intentado de timar. Ya la luz del Sol empezaba a irse,  era ya el hermoso atardecer el cual pintaba el cielo de tonos cálidos.  El conde de vuelta se encontró en su mancion,  realmente cansado se dirigió a su Oficina nuevamente a terminar más papeleo y de paso crear una carta para su esposa

      Querida Elizabeth

Hola,  supongo que te alegrará saber que estoy ya en Francia,  realmente el viaje me recordó un poco a el crucero Canpania ¿lo recuerdas?  Si hubieras estado seguro sería más divertido.  Ya que estaré mucho tiempo aquí compre una residencia, haci podrás mandarme cartas xxxxxxxxxxxxxxxxx.
Eso es lo que necesitas ¿tu como has estado?  Espero que lo sirvientes no te hicieran molestar, por cierto ¿recuerdas las flores favoritas de mi madre?  Aquí en la mancion hay muchas,  realmente trajo recuerdos de cuando pequeños.  Y me encontre a mi hermano en el crucero,  parece que le va bien.

¿Tu como has estado?  Espero tener noticias de ti pronto

   Atte: Ciel Phantomhive

     Al sellar la carta un suspiro salió de sus labios,  ya se encontraba cansado de este día y esperaba con hacías el momento de poder ir a su cama,  un sonido lo saco de sus pensamientos. Después el mayordomo entró anunciando la hora de la cena

    —La cena esta lista,  bochan

        La hora de ir a la cama tan anciada por el conde llegó, mientras era vestido por su amante sus lindos ojos azulinos se cerraban poco a poco,  después se sentó en su cama en lo que su mayordomo se colocaba ropa más comoda, al llegar se encontró la hermosa imagen de su amo oculto en sus sabanas mientras observaba la puerta en espera de su amante, apesar de que su amo ya había crecido le recordó a la adorable imagen de su amo cuando pequeño,  parecía más pequeño que la realidad lo que a el demonio fascino

    —apresurate,  quiero dormir -el tono de voz del conde era serio pero adormilado-
    —perdone -sonrió apagando las velas y colocándose junto a su amo al que dedicó un largo y suave beso lleno de amor,  después beso su frente y mientras su amo se hacia bolita el demonio lo abrazaba, al poco tiempo el conde quedó dormido-

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¡Hola!
Es la primera vez que dejó una nota si mal no recuerdo,  primero que nada me gustaría agradecer a las personas que an seguido este libro el cual en poco tiempo a crecido asombrosamente a mi parecer,  y después me gustaría preguntar
¿Les gustaría que de ahora en adelante escriba un capítulo por cada mes de embarazo del Shieru?  ¿O prefieren que sea sin un tiempo definido?
Por favor comentenlo

Eso sería todo por mi parte,  espero que les gustara el episodio y gracias por su apoyo

Ese conde.... Embarazado?!Donde viven las historias. Descúbrelo ahora