Capítulo 9.

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Harry estaba aparcando el auto frente a la puerta de su gigantesco y humilde hogar justo en el momento que colgué la llamada. Bajé del auto y cerré la puerta, esta vez con algo de cuidado.

-Hola Freddie. - Saludé al mayordomo. - Tiempo sin verte. ¿Cómo estuvieron tus vacaciones? ¿Hace cuánto llegaste?

-Hola caramelo empalagoso- Lo fulminé con la mirada. Él era uno de mis buenos amigos. - Excelentes, mi esposa la pasó de maravilla y ni hablar de Rosie. Llegué hoy en la mañana y decidí venir a trabajar.

-Fred. - Harry saludó y le tendió la llave del auto. - En el mismo lugar de siempre, junto al Ferrari. - Habló refiriéndose al lugar en el cual Fred debía estacionar el auto. Harry me miró. -Ocho en punto. Ni un minuto más, ni uno menos. Hablaré con Lou, para que suba a ayudarte. - Dicho esto lo perdí de vista.

- ¿Ocho en punto? ¿Alguna cita? -Preguntó Fred.

-No me lo vas a creer. - Reí. - Harry me invitó a un cóctel.

-Debí adivinarlo. - Rió. - Gemma esta como loca en su habitación. Perdió sus aretes favoritos y dice que si no los encuentra, no irá al dichoso cóctel.

- ¡Santo cielo! - Exclamé. - ¡No esos aretes! Espero no sean los que estoy pensando, también son mis favoritos. Bueno, ya me voy. Me alegró verte.

Entré a la casa encontrándome con un aroma que sólo podría significar una cosa. Mi madre estaba en la cocina. Así que me dirigí hacia ese lugar tan maravilloso. En mis tiempos libres me gustaba ayudar a mi madre en la cocina. Ella se había dedicado a este trabajo toda su vida... Es chef de profesión.

-Hola, mamá - Sonreí. - Mmm... Huele delicioso.

-Hola, cariño. -Me miró. - Los consentiré con un postre de chocolate.

-Harry no es amante del chocolate. -Comenté.

-Quizás no lo sea, pero mis postres los devora. - Ambas reímos.

-Quería hablarte de él...

- ¿Algún problema?

-Oh no, ninguno. - Sonreí. - Mamá... Harry me invitó al cóctel de esta noche.

- ¿Estás pidiéndome permiso?

-Más bien te estaba avisando que iría con él. - Reí por lo bajo. - No hay problema con eso, o ¿si?

-No. - Respondió. - Espero te diviertas. Te hace falta salir un poco... Vivir la vida. Desde que terminaste con Dylan no has hecho nada más que estar con Christy, leer y tomar café.

-El café es delicioso, adoro leer, y la compañía de Christy me hace bien. -me encogí de hombros- No necesito nada más, por ahora. Sólo quiero hacer algo diferente esta noche.

-Recuerda lo que hablamos, cariño. - Habló mi madre con una expresión que ya conocía. Y sabía muy bien lo que diría a continuación. - Sé que te gusta Harry...

-Ya te he dicho que olvides eso, mamá. - Sonreí. -Sé cuál es mi lugar en esta familia, no es necesario que me lo recuerdes.

-Sólo no quiero que sufras.

Subí las escaleras deprisa hasta llegar a mi habitación. Me encargué de cerrar la puerta con el pasador, y tiré el bolso sobre un pequeño sofá. Saqué el vestido de la bolsa y lo tendí sobre la cama. Me deshice de los zapatos, luego la chaqueta, el pantalón y así de cada pieza, hasta quedar en ropa interior. Mis prendas estaban tiradas en el suelo y, por primera vez, no me importaba. Tomé mi celular y miré la hora, eran casi las seis. Tenía dos horas para arreglarme. Caminé hacia el baño, coloqué algo de música y entré a una relajante ducha.

Supuestos Hermanos | Harry StylesDonde viven las historias. Descúbrelo ahora