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.."Era solamente una niña"..
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Desperté en mi cuarto en el "Salón de la Perdición" como lo solía llamar mi padre, pero yo lo conocía por otro nombre "hogar" aquí fue donde él me trajo cuando me encontró y me nombro su hija, aquí fue donde él me entrenó para hacerme más fuerte y hábil que los demás y le estoy muy agradecida por eso.
Me levanté y me dirigí al baño, al verme en el espejo noté que mí cabello negro estaba muy largo, estando por debajo de mis omóplatos, pero lo que realmente me llamó la atención fueron mis ojos, el gris oscuro que siempre tuve se estaba volviendo más claro resaltando de mí tez caucásica.
Supuse que era parte la pubertad, no le di mucha importancia y me cambié con mí equipo deportivo, saliendo de mi habitación me fui al gimnasio no sin antes pasar por la cocina y desayunar.
Al llegar a la cocina todo estaba en silencio, como siempre en las mañanas no había nadie, aunque tampoco había alguien a excepción de mi padre que seguramente se encontraba en su estudio.
Luego de desayunar caminé por los pasillos del Salón hasta encontrarme con la puerta con la inscripción "Gimnasio" la empuje y comencé con mi rutina diaria de ejercicios.
Al terminar coloque una toalla sobre mis hombros y me dirigí a mi habitación para ducharme y cambiarme con ropa más decente, porque según recuerdo hoy vendría mi tío de visita a hablar con mi padre.
Después me dirigí al despacho de mi padre, a saludarlo y a ver si necesitaba algo de mí, al llegar a la enorme puerta de su despacho toqué lo bastante fuerte para que se escuchara, luego escuche un ligero "pase" proveniente de la voz profunda de mi padre y comencé a entrar en su enorme despacho lleno de esculturas y retratos de sí mismo (pero de épocas diferentes), muchas piezas de armaduras, recuerdos de otras eras y en medio del lugar se encontraba su imponente escritorio con detalles en oro, que lo hacían ver como un verdadero rey a mi padre quien se encontraba detrás de el revisando diferentes papeles.
Me acerqué a él con pasos ligeros, mirando cada uno de sus objetos como si fuera la primera vez que los veía y me coloqué frente a su escritorio, pero a una distancia considerable.
-Buenos días, padre -le dije haciendo una reverencia ante él, aunque no fuera necesaria siempre la he hecho para demostrarle el respeto que le tengo.
-Buenos días, hija -me respondió con su profunda y severa voz- ¿Ya haz realizado tus entrenamientos físicos? -me preguntó sin apartar la vista de sus papeles.
-Así es padre -no podía evitarlo, siempre me sentía pequeña frente a él, su presencia era imponente.
-Excelente, no tengo nada para ti por el momento así que haz tus entrenamientos psíquicos en silencio y en tu cuarto -me ordenó mientras se levantaba y agarraba un pequeño libro negro de su biblioteca personal, para luego sentarse y extendérmelo sobre la mesa- lee esto, Wotan me lo dio para ti, te lo tomará la próxima vez que venga y espero que estés lista para su llegada.
Me acerqué y tomé el libro que se encontraba escrito en griego.
-Sí señor -le dije, hice una reverencia y me dispuse a irme de su despacho cuando volvió a hablarme.
-Tendremos visitas en el té de hoy, será mejor que estés lo más presentable posible -yo le di un gesto de afirmación y luego me fui a mí cuarto.
Mientras caminaba por los pasillos no dejaba de pensar en quién vendría hoy al Salón de la Perdición, era más que obvio que no solamente vendría mí tío, sino alguien más vendría como para que mi padre me pidiera que este bien presentable, tal vez me mostraría ante alguno de sus socios o tal vez tendría un nuevo entrenador de confianza, ya que no muchos saben de mi existencia, por motivos de seguridad.
Al llegar a mi habitación me senté en posición de loto en mi cama y coloqué el libro frente a mí, puse mi mente en blanco y comencé a leerlo, el idioma griego no era difícil para mí ya que mi padre me lo enseño, entre otros idiomas.
Luego de un rato de lectura en silencio.
No entendía por qué el gran hechicero Wotan quería que yo aprendiera proyección astral, aunque me gustaba aprender cosas nuevas era bastante raro, talvez mi padre quería que aumentará mi nivel en las artes místicas o Wotan me necesitaba para alguna misión importante.
Lo cual sería imposible convencer a mí padre de dejarme salir, así que opte por la primera opción.
Suspire ante esa idea, a mí padre no le gusta que salga.
Dice que aún no estoy lista para el mundo exterior, aunque a veces me ha dejado hacer misiones poco peligrosas nunca he estado más de tres horas fuera del "Salón de la Perdición" él dice que es por mi seguridad y que no estoy lista para enfrentarme a la Liga de la Justicia y aunque le preguntara sobre el asunto él cambiaba de tema asegurando que sería un peligro que la Liga me encontrara, porque podrían matarme o experimentar conmigo o que se yo, y además que eran gente muy mala que arruinaban sus planes de que este mundo vea "La Luz".
Yo realmente no entendía mucho del asunto, mi tío también me aseguraba que le hiciera caso a mi padre porque la Liga sería muy peligrosa para mí si yo no estaba completamente lista y es por eso que todos los días me esforzaba por entrenar duro, tanto mental como físicamente, y así algún día derrotar a la Liga, ganarme mi libertad y salir del Salón.
Sin ese miedo a que la Liga pudiera hacerme algo.
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Primer Capítulo, increíble.
Corto lo sé.
Bye.
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La Hija De Salvaje (Liga de la Justicia y Young Justice) [EN EDICIÓN]
Fiksi PenggemarYo soy su hija. La hija del que se hace llamar inmortal. La hija de Vándalo Salvaje. Todo empezó con una misión, una difícil y complicada misión encomendada por mi padre, capturar a todos los supuestos "Superhéroes" que siempre arruinan los plane...