Bien. Vamos, aguanta. Has faltado una semana entera a clases, no te pongas depresiva.
Ahí vamos.
-Señorita Liejett, debo hablar con usted después de clases- me avisó la directora antes de entrar a mi primera clase.
Entorné los ojos y apreté los labios.
"Señorita Liejett" la burlé en mi interior con voz chillona.
Nunca me llama así, siempre por mi nombre, incluso apodos.
Debe estar enfadada.
Al diablo.
La clase fue monótonamente aburrida. Al menos la primera media hora.
Se escucharon dos golpes sordos en la puerta, y el apuesto rostro de Liam se asomó.
-¿Qué tal, Liam?- dijo el profesor amigablemente invitándolo a pasar. Se notaba a millas la falsedad del tipo.
-Genial, profesor Gail. Sólo vengo por una alumna.
El profesor lo miró curioso. Crucé los dedos.
-¿Quién?
«No yo, no yo por favor.»
-Rose Liejett- dijo Liam satisfecho al ver mi expresión de fastidio. El señor Gail arqueó una ceja pero aun así no acotó nada al respecto.
-Vaya, señorita Liejett.
¿Qué diablos tienen todos hoy? ¿Señorita Liejett esto, señorita Liejett aquello?
Diablos, púdranse
Tomé mi bolso y fulminé con la mirada a los ojos curiosos que me observaban.
-¿Estás de malhumor?- preguntó Liam una vez que salí de la clase.
¿La siguiente pregunta, genio?
El bufó.
-Bien, al menos te he salvado de una clase, ¿no crees?
-Vengo a ésta academia porque quiero, no porque me obliguen- aclaré amargamente y caminé a mi locker.
Sentí los pasos de Liam a mis espaldas.
-¿Por eso faltaste toda la semana anterior?
-Qué atento- dije sarcásticamente y luego me arrepentí. Sabía que no debía enfadarme con él, pero lamentablemente en mi caso, cuando estoy de mal humor, todos tienen la culpa de todo. -No me sentía muy bien- dije algo más amable.
-¿Fue por Harry?- dijo Liam yendo directamente al grano y exterminando cualquier rastro de educación en mi voz.
-Sí fue por él.
Soné brusca, molesta y herida.
Pero sé que no debería sentirme así, no debería hacerlo porque yo busqué todo esto.
-No tienes que andar sufriendo por él, Rose. Él estaba junto a otra mujer la noche de la cena.
Apreté los dientes. Y el bastardo debía recordármelo.
Puta rubiecita perfecta. Ya casi la había olvidado.
-Sí, igual que tú cuando Harry me arrastró hasta afuera de Anacks. No me digas que te fuiste sin antes haberte tirado a aquella prostituta.
El sonrió de lado. Algo sexy, pero no se comparaba a Harry.
«Diablos, jamás voy a superar esto.»
-Yo no soy como él, Rise. No te prometería nada si no fuera a cumplirlo. ¿Por qué no lo consideras? Tú y yo. Cero compromisos. El otro día la pasamos bastante bien, ¿no crees?
Negué con la cabeza casi automáticamente.
-Primero- dije enfatizando:- Estar ebrios no es pasarla bien. Segundo, no me interesa.
-¿Segura? No soy un mal tipo, y conste que te lo estoy avisando- dijo él divertido. Me sonrió cálidamente y no pude evitar arquear una ceja.
¿Esta es tu técnica de seducción?
Novato.
El acarició mi mejilla y desvié la mirada.
Sólo para encontrarme un par de ojos viéndome.
Mierda, mierda, mierda.
Harry estaba en la puerta de la oficina de la directora.
Frunció el ceño y desvío la mirada.
Sin pensarlo y con el corazón desbocado me aparté de Liam bruscamente.
Caminé hacia él contando hasta mil para fulminar las ganas de matarme allí mismo.
Cuando llegué a su lado él volvió a mirarme. Luego sonrió cálidamente pero aquello no llegó a sus ojos.
-De mí te despides con una insensible nota y con él te la pasas aquí- dijo él sin cambiar el matiz de su voz. Tan naturalmente que me dolió. ¿Entonces de verdad lo había arruinado? Él no sufría por mí como yo por él.
-Harry, esa nota...
El me interrumpió.
-Rose - dijo cortándome en seco. -Está bien.
Luego la puerta de la oficina se abrió y él entro dejándome a solas.
Liam me observaba a unos cuantos metros. El timbre del receso sonó y el pasillo se pobló de gente. Ajusté mi morral a mi hombro y caminé hasta la cafetería.
Odio ésta basura de romance.
Lo odio, me odio. Odio todo.
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One And Only || Harry Styles ||
Fanfiction"El baile no te servirá de nada en la vida. Céntrate en tus estudios, es el único modo de llegar lejos" era una de las oraciones más largas que con frecuencia, sus padres le dedicaban. El único lugar dónde Rose podía ser quien realmente era. Dónde p...