Capítulo 99

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-¿El lago de los Cisnes?- pregunté observando el folleto. Se trataba de la conocidísima obra qué esa noche estaría presentándose en el Teatro Fox.

Harry me observaba expectante y nervioso.

-¿Quieres ir a verla?

Pensé en aquel instante en una maldita respuesta sarcástica cómo: "Claro, puedo ir e incluso bailar con ellos" o algo que lo hiciera sentir mal, pero me arrepentí antes de decirlo. Él no se lo merecía, simplemente estaba intentando ser considerado conmigo, y llevarme a tal lugar de costo carísimo sólo para entrenerme, era un mérito que debía agradecer.

Solté un suspiro.

-Seguro ya debe haber empezado.

-De hecho es en una hora- dijo él luego de observar su reloj. –Pero no iremos si no quieres. Es una... -lo dudó. –Es una idea estúpida, tú estás así... y de seguro no quieres verlo, lo siento.

Negué con la cabeza con una sonrisita.

-Sería lindo. Nunca la he visto en vivo.
-Harry asintió.-




(...)




El Teatro Fox estaba abarrotado de gente y me sentí rara cuando el guardia nos dejó saltarnos absolutamente toda la fila solo por mi condición física.

Harry pagó la entrada y nos dirigimos hacia el interior de aquel majestuoso lugar.

La arquitectura era magnífica y la iluminación tenue y adecuada.

Nos ubicamos en nuestros asientos cerca del escenario y aguardamos al menos una hora a que el teatro se llenara por completo. 

-¿La has visto alguna vez?- cuchicheé en el oído de Harry. Estaba sentada a su lado en una cómoda butaca luego de ser vergonzosamente ayudada por él y un empleado del lugar.

-De niño, un centenar de veces- comentó él con sus labios en mi oreja. La oscuridad me permitía sonrojarme con tranquilidad. –Mamá me llevaba con frecuencia a todo tipo de obras.
Solté una carcajada imaginándomelo.

-Por eso eres tan masculino- bromeé y él rió. 

-Oye- se quejó. –Podría haber salido peor- añadió.

Reímos en voz baja hasta que la curiosa música invadió el lugar. 

En el escenario aparecieron bailarines junto al príncipe Sigfrido. Era el primer acto.

Cada movimiento, lento, suave, rítmico y perfecto. La melodía llenaba mis oídos y me recordaba alguna ocasión en el estudio de ballet cuando había practicado algún fragmento de aquella coreografía. Podía sentir la tensión en mis pies con cada sonido, y admiré la delicadeza de las bailarinas.

Harry apretaba mi mano con más frecuencia de lo normal pero yo no podía prestarle siquiera un segundo de atención. Ver aquel espectáculo en vivo era fascinante. Aquel brillante y estructurado ballet era sublime, y la magia, el romance y el drama de la historia me hacían sentirlo en carne propia.

Definitivamente esto era una experiencia que no iba a olvidar.

Sentí mi piel erizarse cuando llegaba el final e incluso solté lágrimas de emoción.

La gente estalló en aplausos y elegantes adulaciones. Sonreí golpeando mis palmas sin dejar de mirar el escenario. Y no sentí tristeza ni nostalgia. Me sentía orgullosa de haber hecho aquello alguna vez en mi vida. El ballet era algo hermoso y me bastaba con haber tenido la oportunidad de hacerlo al menos una vez.

Harry besó mi mano y volví de nuevo a la realidad.

Las personas comenzaban a retirarse.

-¿Has notado eso?- preguntó con una sonrisa radiante.

-¿Cómo no notarlo?- dije casi eufórica. –Ha sido magnífico. Podría ver ésta obra un millón de veces y no me cansaría...

-No me refiero a eso- dijo él interrumpiéndome y su sonrisa se acentuó aún más. –No has dejado de mover los pies desde que comenzó la función.


Me quedé helada.


¿Mover los pies?

-¿Eh?- le dije observando mis zapatos. –No es posible.

-Te lo juro, he estado intentando llamar tu atención pero estabas demasiado concentrada. Movías tus pies como si estuvieras bailando. 
Mi corazón dio un vuelco y me quedé quieta.
¿Aquello era posible? 

-¿Ves, bebé? Quizás lo único que necesitas es algo que te incentive a caminar, tal vez sea sólo sea algo psicológico.

Harry parecía entusiasmado pero alguna parte de mí ya empezaba a gritarme que no me haga ilusiones. Probablemente el pesimismo.

-Inténtalo de nuevo- dijo Harry al ver que la mayoría de la gente ya estaba fuera del teatro. 
Negué con la cabeza.

-No creo poder hacerlo de nuevo.

-No lo sabrás si no lo intentas- dijo él sonriendo.
Mi corazón latía con fuerza. Aún no le había enviado ninguna señal a mi cerebro pero el pánico carcomía mi cuerpo.

-Tengo miedo- confesé frunciendo el ceño. –Quiero que suceda, pero tengo miedo.

-Estoy aquí contigo, y sé que puedes- me alentó acariciando mi pierna.

Y con un suspiro increíblemente largo, lo intenté...

One And Only || Harry Styles ||Donde viven las historias. Descúbrelo ahora