-¡Deja tu filosofía! ¡Mis piernas no son la mierda que creía! - grité más feliz que nunca mientras enroscaba mis piernas alrededor de su cadera y atraía su rostro hacia mí.
La adrenalina corría por mis venas. Aquella definitivamente había sido la mejor noche de toda mi vida.
La alegría que había tenido al ser consciente de que mis piernas volvían a ser las mismas de antes. Sin dolor, sin tensión, absolutamente nada.
Sólo había tenido que desearlo para que suceda. Con incredulidad volvía a sentir la fuerza de mis extremidades, sintiendo mi peso y sin ningún esfuerzo.
Harry había intentado darme una explicación lógica al asunto diciendo que todo se originaba en un hecho traumático que se alojaba en mi inconsciente.
Lo único que concebía mi mente era el hecho de que mis piernas me llevaban de nuevo de aquí para allá, y ni siquiera me había molestado en llamar al empleado por mi silla de ruedas.
La gente me miraba mientras salía del teatro, creyendo que los habría engañado para no tener que esperar la fila, pero me importaba una mierda lo que pensaran.
No había dejado de besar a Harry desde que había intentado moverme y lo había logrado como si siempre hubiera estado ese poder allí.
-No puedo creerlo, realmente, esto... ¡Dios!- le dije eufórica sin dejar de observar mis pasos sobre la acera.
Y lo más loco de esto es que ni se sentía raro caminar luego de tanto tiempo. Simplemente sorprendente.
Él entrelazó nuestros dedos y me atrajo por la cintura.
-Sabía que lo lograrías, princesa, siempre he confiado en ti.
Me detuve tomándolo por el bordillo de la camisa y lo atraje hacia mí. Sus brazos se envolvieron alrededor de mi cintura.
-Te amo- murmuré y lo besé.
Él dejó caer su cabeza levemente hacia un lado mientras yo devoraba su boca en un profundo beso y mi mano acariciaba su cuello con suavidad.
-Lo único que deseo ahora es que seas completamente mía- susurró y sentí la piel de mi cuello erizarse. Una descarga eléctrica recorrió mi columna.
-Ya lo soy- dije en voz baja con mi frente sobre la de Harry.
Sus largos dedos encontraron mi piel desnuda por debajo del sweater y me estremecí. Acarició justo allí sobre el hueso de mi cadera.
-No. Quiero casarme contigo.
Sonreí juguetonamente.
-Tú sólo di cuando.
El soltó una carcajada y su boca recorrió por debajo de mi oreja.
-En cuánto me deshaga de ella te juro que si es necesario te llevaré a rastras a una iglesia.
Reí y luego me detuve sorprendida.
-¿Qué no es pecado eso de casarse por segunda vez?
-Técnicamente no, fue una boda civil la que tuve con Becca, sólo se trata de papeles.
-¿Quieres decir que debo vestirme de blanco y todo eso?- pregunté horrorizada y él rió.
-Puedes vestirte de rojo en la noche de bodas si quieres...
Le di un codazo en las costillas.
-Una stripper pasando por el altar- dije con ironía, él sonrió.
-Aún no puedo creer que hayas dicho que sí- dijo y me abrazó por la cintura dándome vueltas. Solté gritos y risitas.
Estábamos en una avenida y pese a que era de noche, la gente pasaba apurada, cada una metida en su asunto.
ESTÁS LEYENDO
One And Only || Harry Styles ||
Fanfiction"El baile no te servirá de nada en la vida. Céntrate en tus estudios, es el único modo de llegar lejos" era una de las oraciones más largas que con frecuencia, sus padres le dedicaban. El único lugar dónde Rose podía ser quien realmente era. Dónde p...