CapÍtulo 90

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ROSE


-Salgo de un hospital y tengo que entrar en otro- me quejé en voz baja mientras Florence arrastraba mi silla hacia el elevador.

Northside Hospital sería el lugar dónde pasaría las próximas dos semanas, con visitas diarias de mi primo –que por cierto, aún no había visto- y bajo la firme custodia de Flor.

Atlanta era un lugar impresionante y demasiado caro para mi gusto, pero al fin y al cabo, yo no estaba pagando nada, así que no sufría los costos de financiamiento. Se suponía que era una "ciudad de negocios", pero camino al hospital había visto casas muy bonitas en las que incluso me imaginaba viviendo algún día. Lamenté el instante en el que se me ocurrió pensar en mi futuro.

Luego de conocer al doctor Kennal –él que se encargaría de mi operación- me derivó inmediatamente a la sala de cuidados. 

Una vez que estuve recostada en la cómoda camilla, tomé un libro que había traído conmigo desde Los Angeles, y comencé a leer. Trágica y sorpresivamente, no pude continuar mi lectura. Las palabras se repetían en mi cabeza pero algún tipo de fuerza las repelía de mi sentido de entendimiento.

Podrían haberme cortado las piernas en aquel momento y yo simplemente me hubiera quedado observando.

Creo que nunca iba a caer realmente en la cuenta de que había demasiadas posibilidades de que aquella parte de mi anatomía que alguna vez me hizo disfrutar tanto de bailar, pronto ya no serviría de nada. Si no es que eran completamente inútiles ya.

Pensé en Harry y mi plegaria por él.

¿Dios realmente me estaba quitando el poder de caminar por éll? En tal caso, el pensamiento me reconfortó, intentando no tocar mentalmente el hecho de que él tenía amnesia y probablemente no supiera nunca más de mi existencia.

Florence se despidió por un momento para ir a una junta que tendría con el director del hospital.

Mi teléfono sonó sobre una mesilla lejana, y ella volvió a entrar a la habitación, para acercármelo.

Nunca me sentí más inútil.

Miré la pantalla desanimadamente. 


"No puedo creer que llegaste y no me hayas avisado. Estás en serios problemas"


Fruncí el ceño y otro mensaje llegó al instante.


"Es broma. ¿Puedo pasar? Dime que no estás desnuda o algo."


Solté una risita y tecleé:


"Todo bajo control. Pasa."


La puerta de metal hizo un suave sonido y la cara de mi primo se asomó con una sonrisa.

-¡Mira cuánto has crecido!- exclamó acercándose- no puedo creer que tengas... senos. Esto es inaudito. 

-¡Louis!- lo fulminé con la mirada.

Bien, digamos que en mi adolescencia no fui precisamente la más desarrollada físicamente del instituto.

Louis sonrió y luego me abrazó con suavidad.

-Prometo que cuando estés bien te daré el abrazo de oso que te mereces. –Asentí. –No te preguntaré de tu vida, pequeña alma depresiva. Sólo comenzaremos a planear una lista de actividades para cuando salgas de aquí.

One And Only || Harry Styles ||Donde viven las historias. Descúbrelo ahora