Evitar a Joel Pimentel era lo mas difícil que había hecho en mi vida y hacerlo los últimos días era mas difícil de lo habitual. Aparecia en donde quiera que me encontrara y no podía sentirme mas nervioso. ¿Me habría reconocido?, ¿Sabria quien soy?...El hecho de no haber recibido mensajes de texto por su parte, me ponía ansioso. Lo había visto un par de veces dentro de la cafetería y había optado por desayunar en las jardineras que estaban a las afueras del campus con tal de no encontrármelo.
Al llegar el viernes, estaba harto de esconderme en todos lados. Sabia que no podía retener a Joel mas alla del lunes por la mañana, ya que el plazo de una semana seria ese dia; sin embargo, tendría todo el fin de semana para hacerme a la idea de que tendría que enfrentarme a el tarde o temprano.
—¿Estas seguro de que no quieres venir?—pregunto Yoyo aquella tarde mientras charlábamos por teléfono.
—Completamente seguro. Tu sabes que no soy un chico de fiestas universitarias—dije sonriendo suavemente.
—Animate. Una fiesta no le hace daño a nadie, te distraeras de todo lo que te agobia.
—Pero, ¿y si Joel aparece?
—Nos escabullimos entre la gente. ¿Pasaras la vida entera escondiéndote de el?, ¿no, cierto?, pronto sabra quien eres, asi que, ¿Qué mas da si lo ves?
Sabia que Yoyo tenia razón, pero no podía evitar sentirme exageradamente nervioso—No lo se.
—¡Sera en casa de Ivan!, ni siquiera esta lejos de tu casa. Prometo llevarte a casa si te sientes incomodo.
Suspire pesadamente mientras me decidia a rechazar o aceptar su oferta—De acuerdo—accedi a su oferta.
Una parte muy grande de mi quería encontrarse con Joel de una vez por todas, pero otra tenia un miedo terrible. Me obligue a colgar el teléfono y arrastrarme a la ducha. Al salir, me pase media hora probándome lo que tenia. Pero nada me convencia.
Al final me decidi por unos jeans rasgados y un sueter lila, coloque algo de rubor sobre mis mejillas y acomode mi cabello. Cuando termine de arreglarme mi madre entro a mi habitación.—Yoyo esta esperándote abajo. ¿Saldran?
Me sentí tan avergonzado de mi mismo por no haberle avisado temprano, pero no había marcha atrás.—S-Si, ¿Estas bien con eso?
—¡Claro!, estoy excelente. Yoyo me ha dicho que te quedaras a dormir en su casa.
—¿Eso dijo?, no quedamos en nada.
—Llamame si vas a irte a su casa, para no preocuparme—sonrio y asentí besando su mejilla.
—Prometo hcerlo.
—¡Que te diviertas!
Yoandri condujo las seis ridículas calles que separaban la casa de Ivan de la mia mientras tarareaba una bonita canción. No me sorprendio encontrarme con un monton de autos apiñonados por toda la calle mientras la música hacia retumbar las paredes de la casa. Ivan era un chico bastante sociable y agradable.
Yoandri bajo del auto rápidamente antes de echarse andar rumbo a la puerta. Tuve que apresurarme para alcanzarlo en la puerta principal. Cuando entramos, la música retumbo por todo el lugar el lugar y yo sonreí como bobo cuando Yoandri comenzó a bailar por inercia. Sin perder mas tiempo, Yoyo localizo a Ivan y se ablanzo sobre el mientras le daba un beso mortal.
Al separarse Yoandri me guiño un ojo y ambos nos dirigimos a la pista de baile. El propósito de la noche era bailar hasta que no sintiéramos los pies del dolor. Habia sido el pacto hecho por teléfono y yo planeaba cumplirlo al pie de la letra.