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  Pasó un mes entero antes de que pasará lo inevitable y se volviera oficial la relación entre Joel y Ji Yong.
Yo por otro lado, había decidido darle una oportunidad con Seung, pero pasaron varios días después de haberme enterado de la nueva relación de Joel para que yo accediera a estar con el.

Joel había golpeado a Seung. Tres meses desde la última vez que le había dirigido la palabra. Poco más de medio de haber terminado con Joel.
El semestre había terminado con horribles exámenes finales y el estrés que sentí en ese momento fue suficiente para mantener mis pensamientos en lugares seguros.
El recuerdo de Joel ya no me hacía daño, sin embargo, me llenaba de una nostalgia casi enfermiza.
Seung, por otro lado, era mi ancla en la realidad. Era un chico dulce, cariñoso, amable, juguetón, y bromista. Era el tipo de chico que mantenía tu estado de ánimo de la mejor forma posible. Era el tipo de chico que, sin importar lo mal que te sintieras, siempre terminaba robandote una sonrisa.

Lo quería muchísimo, pero no estaba enamorado. A dos meses de relación, podía decir que Seung era más como un amigo para mí, que un novio.
Sabía que podía llegar a enamorarme de el, solo aún no estaba listo para ello.
Mi vida se llenó de una pacífica y tranquila rutina que me ayudó a sanar viejas heridas. Sanar es cosa fácil, lo difícil era olvidar. Siempre me había costado trabajo olvidar.

Las vacaciones de fin de semestre y el invierno llegaron como viento fresco en medio del opresivo ambiente escolar y lo ageadeci infinitamente. Ansiaba locamente un poco de espacio y tiempo de descanso.

Iván y Yoandri habían organizado un viaje de cuatro días en la cabaña que tenía la familia de Iván en la montaña.
Estaba personalmente emocionado por ello; sabia que Iván habia invitado a Joel y Ji Yong, pero yo iría con Seung y no planeaba dejar que absolutamente nada arruinara mis días de descanso y despeje.

Una noche antes de partir me encontraba preparando mi maleta, cuando recibí una llamada de Seung.

—Tengo malas noticias, cielo—dijo a través del auricular.

—¿Qué pasa?—pregunte, mientras dejaba lo que estaba haciendo.

—No podré ir al viaje.

—¿Qué?, ¿Por qué?—dije, sentadome en la cama, sintiendo la noticia como balde de agua helada.

—No me dieron permiso en el trabajo, además, mis padres se enteraron del extraordinario que deje en lengua y me retiraron todos los permisos. Ya sabes, el argumento de: "mientras vivas en mi casa, haces lo que yo diga". Así que...—note el pesar de su voz.

—No quiero ir si tú no vas—gimoteé lastimosamente.

—Vd, Erick. Diviértete sin mí, disfruta de la nieve.

Realmente quería ir. Realmente quería hacerlo, sin embargo, la idea de tener que ver los arrumacos de Joel con otra persona, mermaba mis ganas.

—Sabes que Yoandri no dejará que te quedes.—dijo y pude sentir su sonrisa.

Sonreí y suspiré.—Lo se, me mataría antes que dejar quedarme.

—No se diga más, entonces ve, y diviértete, amor. La pasarás increíble.—dijo dulcemente.

—Me harás falta.—dije, porque era cierto.

—Y tú a mí. Debo dejarte. Te veré cuando regreses. Te quiero.

—Y yo a ti—dije antes de colgar. Jamás había podido decirle "Te quiero". Siempre le respondía un "yo igual", "y yo a ti" o "yo también"... Era como si mi lengua se hiciera piedra con la sola idea de pronunciarlas.

La noche paso rápidamente y mi reloj biológico me levanto minutos antes de que sonara mi alarma. Tomé una ducha y me vestí con ropa abrigada, pues el clima en la montaña era frío.

El claxon del jeep de Iván me hizo bajar las escaleras a toda velocidad, y salir de casa, no sin antes despedirme de mis padres, con la promesa de volver sana y salva en lunes a medio día. A penas era miércoles en la mañana.

Cuando salí, Iván me ayudó a subir mi maleta mientras Yoandri me abrazaba cariñosamente.

—¿Y Seung?—preguntó.

Habían quedado e recogernos a ambos en mi casa.
Hice una mueca de disculpa y dije:

—No irá. No tiene permiso por el trabajo y sus papás lo castigaron por e extraordinario que le quedó.

Yoandri quedó congelado y miró a Iván con nerviosismo.
Ambos se dedicaron una mirada que no pude decifrar y mi ceño se frunció.

—¿Qué pasa?—inquiri mirándolos de hito en hito.

Iván desvió la mirada y Yandel cerró los ojos con fuerza mientras me alejaba un poco del jeep, mirando nerviosamente a su dirección.

—¡Escucha Erick, lo siento mucho!, Yo..., Esto será terriblemente incómodo.

Mi estómago se revolvió ante sus palabras pero me obligue a tragarme el nerviosismo.—Sueltalo Yoandri. Sea lo que sea, solo dilo.

El suspiró pesadamente y mordió su labio inferior. —Ji Yong no irá. Tampoco los amigos de Ivan...Solo seremos Ivan, yo, tu y...—vacilo.

Mi ceño se fruncio aun mas, pero algo dentro de mi pecho comenzó a arder. —¿Y quien mas?—pregunte con la voz enronquecida, sabiendo la respuesta.

—Joel...


Blindly 2 »joerickDonde viven las historias. Descúbrelo ahora