Recuerdos.

42 2 0
                                    

El ambiente estaba muy tenso, Valentina estaba de pie dándole la espalda a Marlon y mirando de frente a Tehos. En ese momento todo ocurrió muy rápido, a la velocidad que pueden moverse los vampiros y los licántropos que supera a la de los humanos normales por mucho, Valentina se movió como un relámpago y golpeó a Tehos por el estómago, este voló por los aires y en medio de la nada se transformó a su forma lobuna antes de caer, el golpe que se dio contra el suelo hubiese sido fatal siendo un humano y aunque cayó de costado encogido por el dolor, no tardó mucho en levantarse y ponerse a la defensiva. En menos de un segundo ya Valentina estaba a su lado.

     -¿Crees que estoy bromeando verdad? – Le dijo, estaba muy molesta – ¡Ya casi no tenemos tiempo y tu vienes a cometer esta estupidez!

        Le lanzó una veloz patada la cual Tehos pudo esquivar a medias de un salto recibiendo el golpe en las patas en lugar del pecho que era a donde iba destinado, cayó de nuevo al suelo y como pudo se levantó justo tiempo para evitar un golpe en la cabeza, ella seguía lanzándole golpes por todas partes y aunque él no igualaba a Valentina en velocidad podía esquivar algunos de los golpes retrocediendo y devolviéndole los ataques con sus garras, pero las heridas que él le hacia sanaban con una velocidad casi imperceptible. En una ocasión lo sujetó por el cuello, él se sacudió y comenzó a darle zarpazos por lo que ella lo apretó con mas fuerza impidiéndole respirar.

     -Justo ahora tengo muchas ganas de acabar contigo – Le dijo mirándolo a los ojos – Podría hacerlo, ¡Quiero hacerlo! – gritó y lo lanzó contra una roca la cual se derrumbó a causa del estridente golpe, los escombros cayeron sobre Tehos dejándolo inmóvil en su forma humana, Valentina se acercó a él, que estaba intentando levantarse demasiado aturdido como para defenderse y comenzó a golpearlo, estaba lleno de moretones y tenían una herida en la cabeza donde había chocado con la roca.

        El muchacho tenía el rostro cubierto de sangre cuando ella dejó de abofetearlo.

     -No debo matarte – lo miró apretando el puño al nivel de su pecho – Sería un estorbo más tener a los imbéciles de tu raza como enemigos, además, los necesito por ahora.

        Se alejó sacudiendo el puño como para limpiarse de la sangre de Tehos y comenzó a golpear con fuerza todas las rocas que se derrumbaban como si fueran de cartón. El licántropo que estaba arrodillado entre los escombros, se levantó tambaleándose y se limpió la cara con las manos, pensó en lo temperamental que era Valentina, en lo peligroso que podía llegar a ser estar de su lado y en lo fatal que sería estar en su contra, por mucho que en ocasiones no le gustara esa parte de ella, sus superiores en la manada le ordenaban que hiciera lo que le pidiera así que se propuso a sí mismo no volver a fallarle si no quería ser otra de sus pobres víctimas. Las heridas ya se le estaban cerrando lentamente, pronto dejaría de sangrar y aprovechó que la vampira seguía descargando su rabia con las rocas para tomar su forma de lobo nuevamente e irse a su territorio, no iba a arriesgarse a que el enojo de Valentina se incrementara al verlo otra vez.

        Mientras Valentina seguía destrozando todas las rocas a alta velocidad, Marlon estaba en crisis, apenas había visto el enfrentamiento entre la vampira y el lobo y el dolor en su brazo y piernas era muy fuerte, estaba sentado en el suelo con las piernas hacia delante, tenía la franela y el pantalón rotos y ensangrentados, con el brazo sano se sostenía el otro que cuando lo observó bien tenía dos franjas profundas hechas en la piel por los colmillos del animal colocó su mano sobre las heridas presionándolas para tratar de detener el sangrado y comenzó a pensar en lo que estaba pasando, se sentía muy débil. Aquella era Valentina con la que se había enfrentado Cassel, pero ¿Qué será lo que quiere esa mujer? Se empeña en tenerlo e incluso lo había mandado a secuestrar y por equivocación lo habían atrapado a él, no sabía como salir de esa, tenía que avisarle a Cassel, estaba asustado no quería que su hermano cayera en manos de ella. Sin darse cuenta había derramado algunas lágrimas que se secó con el dorso de la mano, trató de levantarse apoyándose en un escombro que tenía cerca, pero el dolor en los muslos era mucho y cayó de rodillas sintiendo como le salía sangre de las heridas, ¿Cuánta sangre había perdido ya? Se sentía muy débil y seguramente se desmayaría pronto, pero no podía quedarse allí porque sería su fin, debía ser fuerte como su hermano e ir a decirle que se cuidara y que de ser posible no saliera del fuerte, sin embargo él sabía que no llegaría muy lejos, ni siquiera podía mantenerse en pie, la vista ya empezaba a nublársele y sentía cómo sus extremidades iban debilitándose cada vez mas, antes de caer hacia delante inconsciente alcanzó a ver la figura de Valentina que caminaba hacia él y sintió miedo.

Presas de la oscuridad.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora