De lo ocurrido en la bodega de vinos había trascurrido una semana y lo padres de Matthew y Meena estaban ya en casa junto a su hijos.
Meena parecía estar un poco mejor que antes de irse, sonreía más, parecía estar volviendo a ser esa niña dulce, juguetona y risueña, en cambio Matthew se encontraba mucho peor.
El joven vampiro poco reía y la mayor parte del tiempo se la pasaba encerrado en su habitación, recostado en su cama siempre con la mirada al techo, aquel techo donde de niños Thomas y él pegaron cientos de estrellas, lloraba sin poder evitarlo al recordar lo feliz que fue al escuchar decir a Thomas que él era su mate para después caer en la cruel realidad.
— Matthew la cena esta lista, baja — su padre toco a la puerta para después anunciar la cena, Matt no respondió — Matt... ¿estás ahí?— de nuevo no hubo respuesta.
Matthew contaba con su privacidad sin embargo el como padre tenía la suficiente autoridad para entrar si era necesario.
La habitación era iluminada gracias a la escasa luz lunar que entraba por el balcón, en la cama se lograba divisar un bulto grande bajo las sabanas, no era necesario ser experto para darse cuenta que Matthew fingía dormir.
— Matthew, mi amor la cena esta lista— Sam se sentó posando la mano derecha sobre el bulto en la cama —Mi cielo, sé que no duermes podrías por favor dejarme verte — pidió su padre tratando de contener su rota voz, los últimos días tras volver a su hogar después de la feliz mini luna de miel en el bosque, encontró a su hijo solo en casa llorando en su habitación.
Tanto a Sam como Dominick les fue imposible no notarlo, su hija estaba volviendo pero ahora perdían a su hijo. Trato durante horas hablar con él, pero ni siquiera logro que le abriera la puerta.
Fue solo hasta el día siguiente que Matthew bajo y con su mejor sonrisa fingida tomo su desayuno. Nadie dijo nada y así siguieron los dos días siguientes.
Matthew tomaba el desayuno y la comida con sus padres y hermana, en silencio pero sonriendo, sonrisa que nadie en la mesa se creía sin embargo no decían nada, Sam trato varias veces pero era detenido por Dominick, el vampiro mayor creía en darle su tiempo, cuando él estuviera listo lo diría, no obstante pasaban los días y Matthew seguía igual e incluso parecía empeorar, de repente ya no bajaba a comer solo a desayunar.
Sam no podía seguir viendo a su hijo así.
— Matthew sabes que te amo, eres mi hijo y te amo — la voz aún más rota que antes de Sam hizo remover el bulto en la cama — Tu padre me pidió esperar, pidió que te diéramos tiempo... pero yo ya no puedo... n-no puedo s-seguir viéndote así sin...— un lastimero sollozo escapo de los labios de su padre — Perdón hijo confió en ti y quiero que confíes en mi... dime, dime por favor que es lo qué te pasa.
Nuevamente el bulto se removió y lentamente las sabanas se desliaron hacia abajo, dejando al descubierto un rostro pálido pero de rojos he hinchados ojos. La expresión triste y derrotada de Matthew lastimo el corazón de su padre.
— Pa-papá — sollozo quedito, apenas un murmullo — P-apá... pa-pá — el joven vampiro con velocidad se lanzó a los brazos de su padre quien lo recibió en un reconfortante y cálido abrazo, los sollozos se volvieron cada vez más fuertes y dolorosos, al igual que de sus ojos nuevas lagrimas eran derramadas mojando el hombro de Sam.
— Dime mi amor, dime hijo qué es lo que te pasa... qué te hicieron— Sam apretó con más fuerza el cuerpo tembloroso de su hijo mientras repartía suaves y lentas caricias a su espalda.
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Solo Tú
Romance♦TERCERA PARTE DE LA SAGA "UN DESTINO, UNA MANADA"♦ Estúpidos malentendidos separaron a Thomas y Matthew tras su plática en el bosque. Malentendidos que deberán aclarase si no quieren que su amistad de años se pierda. ¿Pero qué pasa cuando la amista...