Resplandecía. Todo en él resplandecía. Su pelo rubio, largo y brillante, enmarcaba el rostro más bello que jamás había visto en toda su vida. Su piel parecía de caramelo, ligeramente tostada y tan cremosa que se le hizo la boca agua. Unas largas pestañas le ocultaban el color de sus ojos, pero Jungkook notaba que le estaba mirando. En aquel momento Jungkook no era capaz ni de decir su propio nombre, pero sí el de aquel chico. Porque era él. Narciso.
Y Jungkook cayó. Aunque seguía de rodillas en el suelo, su mente y su alma caían por un agujero negro que parecía que no tenía fin. Y a Jungkook no se le ocurrió un mejor lugar en donde estar. Los labios de Narciso se estaban moviendo, pero Jungkook no prestaba atención a algo tan nimio como las palabras, sino que estaba hipnotizado por el movimiento de aquella boca. Carnosa y rosada. Húmeda...
-Disculpa... -aquel ser seguía hablando y poco a poco Jungkook fue capaz de coger aquellos sonidos y convertirlos en frases que era capaz de entender. Y ojalá no lo hubiera hecho. Porque esa voz...joder. Era tan grave y profunda como un océano infinito. Un océano en el que ojalá pudiera ahogarse. Jungkook sabía que sus pensamientos estaban siendo algo exagerados, pero no tenía control sobre ellos. Nunca había experimentado algo así. Nunca había conocido a alguien como él. Ni siquiera se le había ocurrido que alguien como él pudiera ser posible. Real.
-¿Quién eres?- le preguntó Narciso, y por el tono que empleó, Jungkook dedujo que no era la primera vez que se lo preguntaba. Debía volver a tener el control sobre su cuerpo y alma. Debía reaccionar.
Así que Jungkook intentó hablar. Pero por algún motivo desvió su mirada del rostro de Narciso y ésta se posó entre sus piernas. Errooooor. Error. Porque su mandíbula se abrió tan fuerte que pudo haber terminado en Nueva Zelanda.
Narciso levantó una ceja y sonrió de medio lado, divertido. Todo ello combinado tuvo el efecto de una bala directa en el corazón para Jungkook. Estaba jodidamente perdido.
-Adelante. Mira todo lo que quieras. Me gusta tanto que me miren como a ti mirarme.
-No...estatua...no eres...no eres una ... estatua-Aleluya. Jungkook fue capaz de formar una frase. Más o menos.
-Evidentemente -respondió Narciso, mostrando aun aquella sonrisa, aunque esta vez se le veía un tanto confundido.
-Claro... claro, claro , claro -en este punto Jungkook ya estaba delirando-. Ahora todo tiene sentido.
-Mmm-Narciso intentaba descifrar lo que aquel extraño intentaba decirle. No estaba seguro de dónde estaba, ni cuántas cosas habían sucedido desde... ¿desde cuando? Narciso frunció el ceño. Intentó concentrarse, recordar el último pensamiento que tuvo, cómo había llegado allí. Había agua, sí... ¿un lago tal vez?
- Claro que no eras una estatua. No sé mucho de esculturas, pero los artistas no suelen...-Jungkook no podía dejar de hablar. Una vez que su mente y su boca dejaron de estar controladas por el shock inicial, ya no podía parar-. No suelen tallar los atributos así...quiero decir...con ese tamaño...eeeh
Narciso soltó una carcajada. Nunca había conocido a ningún chico como aquel que tenía delante, arrodillado. Por lo menos uno que recordara.
-Eres adorable. De verdad, me siento alagado por este recibimiento tan expléndido-Narciso se dio la vuelta, permitiendo que Jungkook tuviera una maravillosa vista a su trasero-, pero debo irme. Tengo que volver a casa. ¡Chao!- se despidió, levantando ligeramente la mano derecha, sin mirar atrás.
Jungkook le estuvo admirando la espalda y el trasero durante unos largos segundos, hasta que por fin la realidad se instaló en su mente. Se levantó tan rápido que casi se cayó, pero se recuperó pronto y, dejando la linterna y el táser en el suelo, salió corriendo tras Narciso.
-¡Narciso, espera!
Narciso se paró en el acto, para sorpresa de Jungkook, que iba tan rápido que casi se chocó contra su espalda.
-¿Quién es Narciso?- pregunto Narciso, con un tono un tanto peligroso. Se había convertido en un león, dispuesto a desgarrar a su presa. ¿Estaba, a caso, celoso?
-Eeeh...tú-Jungkook se sentía algo mareado. Estaba muy cerca de Narciso.
-¿Yo qué?
-Tú eres Narciso.
-¿Que yo qué?
-Tú -Jungkook pensó con esperanza que a lo mejor Narciso también estaba nervioso por estar cerca de él, por eso le costaba reconocer su nombre- Narciso.
-Yo no soy Narciso. Yo soy Kim Taehyung.
-Espera, ¿qué? Tu eres Narciso.
-No. YO.SOY.KIM.TAE.HYUNG-Narciso creyó conveniente vocalizar bien su nombre. Probablemente aquel chico que tenía enfrente era analfabeto y le costaba entender las cosas-. ¿Quién te ha dicho semejante tontería?
-El cartel...-Jungkook estaba realmente desconcertado. Aquella situación era tan surrealista que era hasta cómica-. El cartel que te anuncia dice que eres Narciso. Mira, ven y te lo enseño.
Y entonces Jungkook hizo uno de los peores errores de su vida. Tocar a Narciso. Los dedos de Jungkook apenas habían rozado la suave piel de la muñeca de Narciso cuando éste se apartó violentamente, como si se hubiera quemado y ahora estuviera en carne viva.
-No vuelvas a hacer eso-la voz de Narciso bajó varios tonos, hasta conseguir uno totalmente intimidante.
Jungkook tragó saliva y alzó las manos, en señal de buena fe.
-Lo siento. Perdóname-se disculpó Jungkook-. Lo he hecho sin pensar, créeme. De verdad.
Los ojos de Narciso brillando con una luz un tanto terrorífica, inhumana. Pero aquella luz se apagó de repente, como quien sopla la llama de una vela.
-Sígueme. Te enseñaré lo que necesitas saber.
Jungkook miró a los ojos a Narciso. Le intentó transmitir con la mirada que confiara en él. Que le siguiera. Y al parecer lo consiguió, porque Narciso asintió y le siguió.
Jungkook respiraba pesadamente. Oía los pasos amortiguados de los pies descalzos de Narciso contra la baldosas del suelo detrás de él. Se moría de ganas de darse la vuelta y contemplar aquel hermoso rostro, además de aquel hermoso cuerpo, pero Jungkook sospechaba que algo iba mal. A ver, era evidente que aquella situación no iba bien. Una estatua se había aparecido ante él como un hombre de carne y hueso, pero además, Narciso no sabía que era Narciso. Es decir, que había sido una estatua. Y no sabía por qué.
Cuando llegaron a la sala Jungkook no pudo evitar sorprenderse por verla tan...vacía. Aquella sala, que antes había sido la más sorprendente y maravillosa de todo el museo, ahora no era más que el conjunto de cuatro paredes y unos cuantos asientos.
Jungkook dirigió a Narciso hasta el soporte de información de lo que había sido su estatua. En silencio, Narciso se acercó y empezó a leer. Jungkook miraba cómo los ojos de Narciso leían rápidamente las letras blancas de aquel cartel, una y otra y otra vez. Narciso no pronunció ni una palabra, ni un sonido. Ni siquiera la expresión de su cara cambió. Jungkook podría jurar que Narciso lloraría, pero ni una lágrima fue derramada.
-¿Quién eres?-Narciso volvió a preguntar la pregunta del principio.
-Jeon Jungkook.
Narciso asintió, absorbiendo la información. Por unos largos instantes nadie dijo nada. Cuando Jungkook pensó que Narciso se quedaría en silencio, éste habló:
-Al parecer a mí me llaman Narciso. Pero en realidad soy Kim Taehyung.
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Narciso
Fanfiction¿Qué puede ocurrir en un museo por la noche? ¿Que entren a robar desde el techo? ¿Que los cuadros te sigan con la mirada? ¿Que las estatuas cobren vida? Para Jungkook trabajar en el Museo de Artes Antiguas de la ciudad es solo una forma de ganar din...