11. Destino

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Taehyung se desplomó sobre el cuerpo de Jungkook, exhausto. El moreno estaba cubierto de sudor y respiraba entrecortadamente. La cabeza de Taehyung, que estaba sobre el pecho del menor, subía y bajaba rápidamente.

-T-te quiero-susurró Jungkook, contra el pelo del rubio.

Una lágrima solitaria bajó por el rostro de Taehyung, y agradeció que Jungkook no pudiera verle desde esa posición. No podía permitirse que le viera llorando, que le viera débil. No podía permitirse dejarse llevar por lo que estaba sintiendo. Todo eso era un espejismo, un oasis en mitad del desierto.

No era real.

Y aunque Taehyung no podía escapar de su destino, podía elegir cómo llegaba hasta él. Así que respiró hondo y se obligó a soltar una carcajada.

Despegó la cabeza del pecho del menor sin dejar de reír. Se sentó sobre sus rodillas, con las piernas de Jungkook aun a ambos lados de él y siguió riéndose. Y no paró. Aun cuando Jungkook se incorporó sobre sus codos con el ceño fruncido. Siguió y siguió.

-Pero, ¿qué...?-Jungkook sonrió ligeramente, intentando unirse al mayor, pero estaba confundido. No entendía qué tenía tanta gracia.

-Oh, por favor. ¡Eres adorable!-Taehyung miraba a Jungkook con una expresión divertida en la cara-. Que me quieres, dices-. El rubio empezó a reír de nuevo.

La sonrisa de Jungkook desapareció en un segundo.

-¿Cómo?

-¿Esto...esto ha significado algo para ti?-Taehyung dijo con burla y soltó otra carcajada-. ¿Ha sido especial?

El menor no contestó. De repente se había quedado sin habla.

-¡Oh no! ¿Piensas que ha sido especial para mí también? ¡Oh! -rio y rio-. ¿Crees que yo, Kim Taehyung, llegaría a sentir algo por alguien como tú? ¿He tenido a nobles en mi cama y te crees que tú eres comparable? ¿Que eres mejor? ¿Que estaba enamorado de ti?

-C-cállate-Jungkook se incorporó del todo y se abrazó a sí mismo. De repente se sentía desnudo. No de cuerpo, sino de alma.

-No me lo puedo creer. De verdad lo creías, ¿cierto? Que te amaba...

Los ojos del menor se empezaron a empañar por gruesas lágrimas. Se puso en pie y comenzó a coger su ropa y a vestirse.

-Es tan patético-Taehyung no podía parar. No ahora.

-¿Por qué me dices esto?-Jungkook se ponía la ropa corriendo. Quería irse de allí, pero a la vez esperaba que el rubio le abrazara y le dijera que todo aquello era una broma.

-Estaba cachondo, Jungkook. Y tú eras la única persona que veía. Necesitaba liberar tensiones, ¿sabes?

-Y yo estaba ahí-dijo el moreno, con la mirada ida, desenfocada.

-¡Exacto! Veo que lo vas entendiendo-Taehyung se acercó a Jungkook, pero éste se alejó de él. El corazón del rubio se rompió en pedazos, pero lo ignoró. Mostró una sonrisa de medio lado, en cambio-. Estuvo bien, pero podía haber estado mejor. Tal vez más adelante te deje que follemos de nuevo, pero hay que mejorar, Kookie.

Jungkook agarró al mayor por el cuello. No consentiría que le llamase por aquel apodo, no a él.

Ambos se miraron a los ojos durante unos instantes. El moreno apretó los dedos alrededor del cuello del mayor, y aunque a este le costaba respirar, no dejó de sonreír ladinamente. Jungkook quería hacerle daño. Destrozarle al igual que él le había destrozado, pero de pronto se sintió muy cansado. Le soltó y Taehyung se llevó una mano al cuello, masajeándolo.

NarcisoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora