Taehyung se levantó del suelo tambaleándose. Recogió la manta que estaba a sus pies y se la puso sobre su cuerpo desnudo. Caminó lentamente por el museo, y cuando llegó al vestíbulo, vio a Jungkook tras el estand de información, embobado mirando la pantalla del ordenador. Era adorable, como un pequeño cachorro. Taehyung se acercó a él, pero antes de que pudiera hacer nada, Jungkook le puso un montón de comida variada sobre el estand.
-Come. Debes de estar hambriento. Es todo lo que tenía en casa-le dijo secamente Jungkook, sin dirigirle ni una vez una mirada.
Taehyung abrió los ojos, sorprendido. Asintió en forma de agradecimiento, olvidándose de que Jungkook estaba rehusando mirarle, y observó la comida. Había fresas, un par de batidos de plátano y una tableta de chocolate. Taehyung adoraba las fresas.
-Mañana intentaré traerte más cosas...-seguía diciéndole Jungkook, sin mirar ni una vez a Taehyung. Y Taehyung odiaba que no le miraran.
-¿Estás enfadado conmigo?-dijo el rubio mientras comía una de las fresas.
-¿Por qué me has besado? -dijo Jungkook a su vez, pero aun sin mirarle a la cara.
-Porque me apetecía.
Esta vez Jungkook sí que alzó la cabeza, sorprendido por su directa respuesta.
-¿Y por qué te apetecia?
-No lo sé. Siempre hago lo que quiero cuando quiero. Nunca pienso en el porqué.
-Y así es cómo terminanste siendo una estatua.
Zas. Una bofetada hubiera dolido menos. Sin embargo, Taehyung no mostró el dolor que le provocó aquel comentario, sino que mostró una deslumbrante sonrisa en su rostro.
-Tienes razón. Pero no es tan malo , ¿sabes? Siempre he querido que la gente me admirase, me envidiase. Y tengo eso todos los dias. Además, es tan solo un beso, ¿qué importancia tiene?
Dicho eso, Taehyung dejió caer la manta, mostrando su increíble cuerpo desnudo, cogió otra fresa y mientras la masticaba se dio la vuelta y se alejó del pelinegro.
Jungkook lo intentó, pero no pudo evitar desencajar la mandíbula y babear un poco ante la visión de aquel adonis. ¿Pero es que no podía dejar de desnudarse?
-¡Espera!- Jungkook cogió la sudadera y el pantalón de chándal que había guardado para Taehyung y corrió hacia él. Por un momento tuvo el pensamiento de que siempre estaba detrás de él, siguiéndole, pidiéndole que le esperara. Y no le gustó. Se sentía como su perrito faldero. Sabía que tenía que ayudarle, intentar que se acostumbrara a la nueva situación que estaba viviendo. Pero Taehyung era muy difícil. Era verdad que le conocía solo de unos días, que estaba confundido, pero aun no podía descifrar lo que le pasaba por la mente. En un segundo podía estar llorando, en el siguiente gritándole y después abalanzarse sobre él para besarle y luego gritarle otra vez. Jungkook suspiró, exasperado.
-Toma. Ponte esto-le tendió la ropa, intentando mirarle a los ojos, en vez de a su torso o más abajo, a aquello que tenía entre las piernas. Porque seamos sinceros, era muy difícil controlarse y no mirar.
-No gracias. No tengo frío.
-No puedes estar paseándote por ahí desnudo.
-¿Por qué? Aquí no hay nadie. Solo estamos tú y yo y a ti parece no molestarte-dijo Taehyung con una ceja levantada-. De hecho, deberías quitarte la ropa tú también.
-Ni de coña-bufó Jungkook.
-No tienes de qué avergonzarte. Sé que no puedes compararte a mí pero... nadie puede asi que, todo está bien
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Narciso
Fanfiction¿Qué puede ocurrir en un museo por la noche? ¿Que entren a robar desde el techo? ¿Que los cuadros te sigan con la mirada? ¿Que las estatuas cobren vida? Para Jungkook trabajar en el Museo de Artes Antiguas de la ciudad es solo una forma de ganar din...