2. Abigail

2K 226 12
                                    


Las miradas estaban conectadas, no podían dejar de mirarse. Él por miedo, ella por intriga. Will se sostuvo con mayor firmeza del umbral soltándose de la joven que, sin prestar mucha atención, se alejó del baño para dirigirse a un cuarto cercano y volver con ropa.

-Ten.- Dijo ella extendiendo sus brazos que estaban cubiertos por ropa limpia y planchada.

-Gracias.-Contestó Will y con una mano tomó toda la ropa y la presionó contra su pecho.

Sonrió brevemente y caminó con gran dificultad hasta el interior del baño, cerró la puerta y comenzó a vestirse. La tarea se le hacía un poco difícil pero lo logró. Con ropa interior puesta, se puso la remera y el suéter para luego colocarse los pantalones de jean que Abigail le había dado. Extrañamente, notó que la ropa era de su talla y que era relativamente nueva. ¿Cómo era posible?
Abrió la puerta del baño y, sosteniéndose de muebles y paredes, volvió a sentarse en el sillón donde Abigail lo curó. Se acomodó la ropa cuando la joven volvió a hacer acto de presencia con dos tazas de café y un plato de masas dulces.

-No tengo mucho más que ofrecer hoy.- Comentó con una sonrisa, dándole la taza de café a Will y acomodando sus piernas sobre el sofá.

-Es suficiente para mi, gracias.- Contestó el hombre antes de darle un sorbo al líquido que, para su sorpresa, sabía realmente bien. Probó una de las masas dulces y notó que eran caseras y perfectas.- Está delicioso.

-Gracias, los he hecho esta tarde para tomar el té con una amiga que venía de visita.-Comentó Abigail ocultando una sonrisa con la cabeza baja.

-¿Y dónde está?- Preguntó Will. El plato estaba lleno y era imposible que alguien prepare tantos sólo para dos personas.

-Nunca llegó, Will.- Contestó ella dando un sorbo a su café.

-Tal vez sólo se retrasó.

-Si, se retrasó siendo quirúrgicamente extirpada y asesinada.- Contestó con una falsa sonrisa la joven que, para los obvios ojos de Will, se encontraba en una lucha interna por no llorar frente a él. 

-Lo siento.- Dijo el hombre sin saber muy bien que decir. Todo indicaba que ella creía vivo a Hannibal y eso plantó la duda en él. ¿Hannibal estaba vivo y perpetrando crímenes o era un simple imitador muy cauteloso?

-No lo sientas.- contestó ella mirándolo fijamente.- Yo no lo siento. De hecho, para serte sincera, no era mi amiga sino de mis padres. Ellos le dejaron mi custodia en un testamento y sólo viene a traerme dinero para desaparecer todo un año.

-Así que vives sola aquí y buscas...- Quiso decir él pero fue interrumpido por la joven.

-A Hannibal Lecter.

-¿Por qué?

-Porque quiero agradecerle.

Las palabras de la joven eran como un idioma desconocido para Will. Hannibal mató a sus padres y ella ¿quiere agradecerle? Era ilógico, extraño.

Will tomó el último sorbo del café y dejó la taza descansando sobre la mesita que había frente a él y ella hizo lo mismo. Ambos se miraron. Él veía a la hija de Hobbs en sus ojos y ella veía a Hannibal en los de Will. Era increíble cómo pudieron conectarse tan rápido sin necesidad de un vinculo previo ni una tragedia.

-Creo que es hora de dormir, señor.- Dijo ella levantándose del sofá y tomando ambas tazas y plato para lavarlos. Will sólo se quedó esperando.- Puedes dormir en el cuarto de huéspedes.

-Gracias.- Contestó él dirigiéndose a dicho cuarto que recordaba que se encontraba cerca de las escaleras que daban al segundo piso donde se encontraba el cuarto del dueño del hogar.

La novia de Frankestein (Hannigram) [TERMINADA]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora