Desde aquella noche, Hannibal había estado ignorando a Will hasta la mañana de tal forma que lo ofendía. ¿Cómo era posible que siempre estuviera detrás de él y ahora, magicamente, no le pasaba ni la sal? Era increíble y hasta sorpresivo para Will.
Decidió no pensar en eso, olvidarse de su molestia porque ¿Desde cuándo le importaba la atención de Hannibal? Nunca se había interesado, ¿Por qué ahora lo haría?-Buen día, papis.- Saludó Abby entrando al cuarto de la pareja.- Oh, creí que los encontraría haciendo el amor o algo.- Dijo. Tal comentario hizo toser a Will que al escucharlo se atragantó con su propia saliva.
-Buen día, pequeña.- Se escuchó una voz gruesa y ronca provenir del compañero de cama. La joven se apresuró a saltar sobre la cama y acomodar su cuerpo sobre la sábana entre ambos hombres. Will sólo se acomodó a su lado para mirarla.
-¿Y bien? ¿Qué haremos hoy?- Preguntó con gran entusiasmo la joven.
-¿Qué tal ir a pescar?- Ofreció Will casi en un susurró.
-Parece una buen idea, Will.- Opinó Hannibal acomodando su brazo bajó el lado izquierdo de su cabeza para así estar frente a ambos jóvenes.
-¿Me enseñarán?- Preguntó la joven girando su cabeza varias veces para ver la reacción de ambos mayores. Will penetró la mirada de Hannibal y éste sonrió.
-Por supuesto, cariño.- Contestó con al voz más suave y dulce jamás escuchada salir de sus labios. El corazón de Will dio un salto al escucharlo.
-Pero... ¿deberíamos ir a comprar las cosas o...?- Preguntó Abby un poco preocupada, tal vez iban a tener que comprar articulos de pesca para ella y no quería meter en gastos a la pareja.
-Mi pequeña tendrá que poseer sus propios instrumentos.- Bromeó Hannibal acariciando el cabello de la joven que frente al tacto se inmovilizó. No recordaba una sensación tan reconfortante como aquella.
-Si quieres, podemos ir tu y yo mientras Hannibal prepara la camioneta. ¿que te parece?- Propuso Will con gran entusiasmo mirando a ambos. Un brillo peculiar se impregnó en la mirada de la menor mientras una sonrisa, un poco tenebrosa, se dibujó en los labios de Hannibal.
Era extraño, Will no se presentaba temerario y mucho menos sumiso actualmente. ¿Hannibal estaba perdiendo o sólo estaba imaginando?Will tomó de la mano a Abby y se encaminaron a la salida del hogar con dirección al cobertizo dónde Graham tenía sus intrumentos de pesca y herramientas.
El lugar estaba oscuro hasta que el mayor activó un interruptor que encendió las luces. El lugar era espacioso y daba miedo, era sumamente lúgubre y frío.-Aquí guardo todo lo necesario.- comentó Will.
-¿Cómo qué?- preguntó la joven sin prestar atención, tocando algunos viejos adornos que se encontraban en estantes.
-A veces... La comida de Hannibal.- respondió fríamente.
Abigail sintió como su piel se erizó frente a la respuesta y como un escalofríos hacía estragos en su espina dorsal.
-¿Puedo verlo?
Will se paralizó. La joven estaba pidiendo ver dónde guardaba los cuerpos que Hannibal destripaba.
La respuesta no se hizo esperar. Will asintió y se dirigió a un enorme freezer que había en una esquina del cobertizo y lo abrió dejando salir la nubosidad fría que los hizo temblar.
La joven se acercó sigilosamente, midiendo cada paso. Will sudaba aun con el frío que los congelaba, era extraño.
El grito de horror no se hizo esperar. Graham tomó a la niña y la hizo callar.-¿Qué ocurre, Abby?- preguntó Will en un susurro.
-Ellos... Ellos... ¿Se los esta comiendo aún?
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La novia de Frankestein (Hannigram) [TERMINADA]
FanfictionLa pelea contra el Gran Dragón Rojo terminó trágicamente para todos los amigos y familiares de Will Graham que, en un acto heróico por el bien común y el propio, decidió abrazar a la muerte junto al psiquiatra Hannibal Lecter. Pero las noticias sobr...