Will fue el primero en despertar luego de dormir aproximadamente una hora, según marcaba su reloj de pulsera. Se levantó del sofá viendo como Hannibal dormía a su lado y como Abby seguía abrazada a Winston; al parecer él ya se había encariñado con la joven.
Caminó por la sala dirigiéndose a la puerta y, al abrirla, se llevó una gran sorpresa.-Alana...- Murmuró Will entrando en pánico.
-Will, ¿Qué tal?- Saludó la mujer vistiendo más elegante que nunca.
-¿Qué haces aquí?- Preguntó cerrando la puerta a sus espaldas.
-Veo que no soy bienvenida.- Bromeó con tristeza.- Sabes a qué vengo.
-Si lo supiera, no lo preguntaría.- Contestó con seriedad.
-Sé que fuiste a Alemania a buscar a Hannibal.
-¿Ahora me espías?- Preguntó con molestia el rizado sintiéndose más incómodo de lo normal.
-Órdenes son órdenes, ¿no?
-Jack.
-Si.- Un silencio pesado se apropió del ambiente.- Entrégalo, Will.
-¿Qué?
-Entrega a Hannibal o, si no, los dos irán presos y la jovencita que llevaste contigo también por cómplice.- Afirmó la morocha con rostro serio.
-En ese caso, tú y Margot dormirían al lado de nuestra celda.- Contestó Will con una sonrisa sarcástica.
-Entonces, si está aquí.- Afirmó ella mostrando su ceño fruncido.
-Fue bueno verte Alana pero es hora de que regreses a tu castillo con tu mujer.- Dijo Will abriendo la puerta de su hogar pero la figura de Hannibal lo interrumpió haciendo acto de presencia.
-Hola.- Saludó Hannibal.
-Si, creo que es hora de irme.- Dijo la morocha ignorando al mayor.
-Disculpa mi atrevimiento pero me parece de muy mala educación el no saludar.- Dijo Hannibal.- Soy Hans Miller, vengo de Alemania.- Prosiguió extendiendo su mano hacia la mujer. Alana miró con enojo a Will y éste frunciendo su ceño con confusión hacia el mayor.
-Hannibal creo que hace tiempo dejamos de ser niños como para seguir jugando.- Contestó la mujer acercándose a Hannibal.
-¿Hannibal?- El mayor miró a Will con un rostro confundido.- ¿Quién es Hannibal, Will?- Éste reconoció lo que ocurría y tal vez no era la mejor idea pero podría funcionar.
-Hannibal es un viejo conocido nuestro. Tal vez te le pareces mucho.- Contestó el rizado bajo la mirada enojada de Alana.
-No sé que habrá sucedido con Hannibal pero le prometo que yo no seré igual a él.- Comentó Hannibal sonriendo.- Iré adentro a ver a la niña, te espero Will.- Dijo antes de marcharse y saludar con la mano a Alana.
-¿Qué significa eso?- Preguntó la morocha en un murmullo.
-En Alemania... Hannibal fue sometido a un tratamiento para quitar de sus recuerdos la persona que fue y reinventaron a Hannibal en Múnich convirtiéndolo en Hans Miller.- Mintió Will pero Alana no lo notó aunque no creía una sola palabra.
-De todas formas, sólo vine a ver que estuvieras entero.- Bromeó la morocha.
-Lo estoy y tu también.- Contestó.- Debo volver con nuestra hija.- Dijo Will abriendo la puerta para entrar luego de la mirada confusa de Alana que se volteó y volvió a su auto para irse.
-Adiós Will.- Se despidió la morocha sin mirar atrás.
Al entrar, Will se encontró con Hannibal esperando tras la puerta con una sonrisa. Él había mentido para cubrirlo y eso lo hacía feliz. De alguna forma, Will lo estaba protegiendo y cuidando y aquello generaba una felicidad rebosante en su pecho que le indicaba que allí se encontraba su mayor tesoro. Convirtió a Will y ahora él se lo agradecía, ¿qué más podía pedir?
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La novia de Frankestein (Hannigram) [TERMINADA]
FanfictionLa pelea contra el Gran Dragón Rojo terminó trágicamente para todos los amigos y familiares de Will Graham que, en un acto heróico por el bien común y el propio, decidió abrazar a la muerte junto al psiquiatra Hannibal Lecter. Pero las noticias sobr...