Los sonidos de la naturaleza y los pequeños pajaritos cantando, despertaron a Will de buen humor. El sentir la calidez del cuerpo humano que más amaba a su lado, también complementó su gran y hermosa mañana.
Lentamente y con dificultad, se sentó a orillas de la cama para encontrarse con el lío de ropa y platos por el suelo. Definitivamente, había sido una buena noche.
Se levantó de la cama sin ponerse una sola prenda y se dirigió al baño a darse una ducha.
Bajo la lluvia pensaba en como iba a llevar a cabo su segundo deseo y cómo quería terminarlo. El shampoo lo obligó a cerrar los ojos y olvidar por un momento todo lo que lo rodeaba.
Salió del baño con la toalla envolviendo su cadera y se dirigió al cuarto encontrando a Hannibal recién despierto.-Hola cariño. Es hora de levantarse.- canturreo con dulzura el de rizos húmedos.
-Hmm, veo que estás de buen humor.- comentó Hannibal con su voz ronca.
-No, para nada.- Bromeó con sarcasmo comenzando a vestirse con ropa elegante de Hannibal. Se acomodó el cabello frente a un espejo de pared y volteó para que su amado lo miré de arriba a abajo.
La imagen que estaba viendo era inimaginable, única. Hannibal pensó en pedir un deseo, esto tenía que ser algo que ocurre cada milenios.
Los rizos, ahora peinados hacia atrás, brillaban cual diamante expuesto a la luz, el traje que había escogido era de color púrpura oscuro con detalles brillosos en violeta, un chalecho gris plata y una camisa negra. Buscó unos zapatos negros que le quedarán bien y se los puso. Ahora estaba listo.
-¿Cómo me veo?- Preguntó el menor dando varias vueltas.
-Exquisito.- contestó Hannibal y un brillo en sus ojos fríos se dejó ver.
-Deberías levantarte, tenemos mucho que hacer hoy.- comentó Will, desviando la mirada con pudor. Adoraba que Hannibal le dijera cumplidos.
-¿Qué haremos hoy?
-Mi segundo deseo, Hanni.
-¿Y qué es?
-Mi testamento.
Ante la respuesta, Hannibal supo que Will iba enserio con el plan que habían decidido. No esperaría más y eso lo alteraba. ¿Por qué ahora que decidía cambiar, todo tenía que terminar?
Will Graham era el muchacho... No, el único hombre que había logrado entrar a su pequeño y frío corazón aunque anhelara comer su carne con la misma intensidad. Era suyo, después de todo, y quería honrarlo por completo pero también lo quería a su lado en todo momento.
Su comportamiento no lo demostraba por completo pero lo que él sentía por Will era amor verdadero, ese amor que te ciega y te obliga a darlo todo por el otro, ese amor que Hannibal sólo sentía por si mismo.El desayuno fue preparado por el menor: Dos cafés y tostadas con mermelada de arándanos.
El almuerzo fue preparado por Hannibal mientras el rizado investigaba las rutas de un abogado.
Carne al horno con papas y batatas caramelizadas, dos copas del mejor vino y una sola silla fueron suficientes.
Will estaba sentado sobre las piernas del mayor cumpliendo un pedido de él, ya que de una forma se lo debía.-Está delicioso. Gracias por cocinar para mi.- Dijo Will mirando el plato con sus mejillas ruborizadas. No entendía el porqué pero nunca podía decirle un cumplido a alguien sin sonrojarse.
-¿Cómo vas con el abogado?- Preguntó Hannibal ignorando el cumplido.
-Bien, saldrá a las 8 de su oficina y estará en su casa 8:30, allí tiene su despacho con los papeles necesarios.- hizo una pausa tomando de su copa y siguió.- Hay que ir por él a las 9, sino no podremos continuar.
-¿Sólo lapiceras?
-Si Hannibal, no podemos permitir que llamen a la policía sin haber terminado.- respondió el menor poniendo sus ojos en blanco. El mayor rió.
Con trajes elegantes listos, ambos hombres partieron en el auto del mayor hacia la casa del abogado nombrado.
7:45 pm.
Will miraba a través de los vidrios polarizados si veía al joven abogado venir pero nada confirmaba su presencia, aún así no se extrañó y siguió esperando.
Hannibal se dedicaba a observar con detalle a su rizado favorito y se relamió los labios cuando éste, en un intento por observar más detrás suyo, descubrió su cuello.
Como deseaba morderlo y saborearlo infinitamente pero Will ya no se lo permitiría, le robaría su derecho a poseerlo y eso lo entristecía devolviendo la mirada al espejo retrovisor. Quería evitarlo pero ¿Acaso no era lo mejor?
Ahora lo dudaba.Fue cuestión de minutos para que el abogado se hiciera presente en el lugar e intentara ingresar a su hogar. Ambos hombres bajaron del auto y lo irrumpieron.
Los papeles fueron dados a punta de miradas mortales de Hannibal. Will hizo el testamento y lo firmó.
Ahora todo estaba en manos de que el abogado pusiera su firma.- Saben que esto es ilegal, ¿no?- Comentó el abogado apoyando la lapicera en el papel.
-Pero usted valora demasiado su vida, ¿no?- Se burló Hannibal con uma tétrica sonrisa.
El abogado firmó y guardó una copia en su despacho mirando, con tanto desprecio como miedo, a la pareja. Se encaminó hacia la puerta y la abrió.
-No se atreva a decir nada aún luego de poner en marcha el testamento. No querrá que aún desde el otro lado le arruine su vida y su carrera.- Hannibal jamás había hablado tan serio como lo hacía.
El abogado hizo una mueca de desagrado a la vez que asentía. Sabía que el daño ya estaba hecho y contar sobre este asunto haría que su basura bajo la alfombra flotara en la superficie de su carrera. Algo que, sin duda alguna, lo acabaría por completo.
- Que tenga buenas noches, señor.- Saludó Will con firmeza sin mirar al hombre. En el fondo, no dejaba de ser ese Will correcto y amante de la ley pero tenía que tomar sus riesgos si quería tener su final feliz.
- Buenas noches, señor Lecter y señor Graham.- Contestó el hombre cerrando la puerta apenas los no invitados se alejaban.
Will subió al auto mientras Hannibal se tomaba su tiempo. ¿Era esto lo que quería para Will? ¿Estaba dudando de él? ¿Y si Will sólo hacía esto pensando que era la única forma de deshacerse del el caníbal que le cambió la vida?
-Hey, ¿Voy a seguir esperando? Es tarde y debemos descansar, mañana sera un día largo.- Exclamó Will desde el interior luego de sacar a Hannibal de sus pensamientos al tocar la bocina.
Hannibal sonrió para no preocuparlo, se subió al auto y dio marcha a su hogar.
Tal vez, aún había tiempo. Tal vez, no todo debería llegar a esto. Tal vez, no era tarde para evitar lo anunciado, lo destinado. Tal vez, y sólo tal vez, él podría cambiar todo por completo y darle un giro al futuro y esperado desenlace. Tal vez.
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La novia de Frankestein (Hannigram) [TERMINADA]
FanficLa pelea contra el Gran Dragón Rojo terminó trágicamente para todos los amigos y familiares de Will Graham que, en un acto heróico por el bien común y el propio, decidió abrazar a la muerte junto al psiquiatra Hannibal Lecter. Pero las noticias sobr...