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DongHyuck no dejaba de ver al mayor desde donde él estaba sentando. Mark era su mayor obstáculo y distracción para las clases siempre mirándolo y haciendo garabatos del mayor de diferentes formas.
DongHyuck cuando salía del receso tomaba su celular para capturar el perfecto físico facial y corporal de su amado chico pelinegro.
DongHyuck tiene una obsesión, bueno, no tan pequeña con Mark. Compra la misma ropa que él, come lo mismo que come el chico cuando lo pilla chupándose los dedos.
Y siempre le deja en su banquita uno de sus chocolates favoritos junto con un dibujó de él pelinegro. Al principio fue difícil para Mark adivinar de quien se trataba pero se percató que era del moreno. Al principio aceptaba sus regalos como apreció hacia el moreno pero cuando llego al punto de que el moreno se obsesionara con el pelinegro rechazaba sus regalos tirándolos o dándoselos a otra persona que no fuera él.
DongHyuck sentía lindo cuando veía reflejarse una pequeña sonrisa del pelinegro por los regalos. Cada día cada noche ver la sonrisa del pelinegro era su bello pasatiempo no se cansaba de verlo. Esa peculiar sonrisa, sus dientes, sus hoyuelos.
Pero su error del coreano fue haberse enamorado de él.