Mark seguía aun despierto, no pudo dormir, su mente estaba atormentada por sus personalidades diciéndole que hacer y qué no hacer.
Su celular estaba vibrando demasiado por las notificaciones y mensajes de DongHyuck que este le mandaba.
¿Que podía hacer? Esta confundido, no sabe qué hacer. Se siente desesperado, su corazón duele mucho, está apunto de romperse.
Solo quiere ser consolado por alguien, que ella este tomando de su cabello y lo haga sentirse mejor.
– Llámala... – Reacciono Mark y tomo su celular desesperadamente llamando a un número.
– ¿Bueno? ¡Mark! Que sorpresa que llamas ¿sucede algo?
– Te necesito ahora HyeWon ¿puedes venir?
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– DongHyuck ¿te parece bien que sigas saliendo con Mark? – Pregunto el pelinegro de su compañero concentrado en ganar la partida de Mario Kart 8 Deluxe contra DongHyuck.
– ¡Me gusta Mark! Es muy atento conmigo, me ama demasiado, me consiente, él no quiere nada malo para mí. – DongHyuck comenzó a hablar maravillas sobre Mark a Jeno, segándose el mismo por las cosas horribles que este mismo le ha hecho.
Jeno dejo por un lado el control de la consola de videojuegos tomando la mano de DongHyuck.
– Por favor DongHyuck déjate de hacerte a ti mismo daño, crees que soy idiota o haces idiota a todos por usar maquillaje para ocultar los moretones que te hizo Mark. – Jeno comenzó hacer presión en las manos de DongHyuck haciendo que el moreno las quitara de él.
– Estas mal Jeno, no lo hizo sin querer. Ya te lo dije, él no quiere nada malo para mí, me porte mal con él, es lo que paso. – DongHyuck ignoro a Jeno con lo que decía y prefirió meter otros temas para olvidar eso.
– De todas formas aquí estoy para cualquier cosa. – Jeno sonrió cálidamente mirando al moreno.
– Gracias, puedo confiar en ti Jeno. – DongHyuck abrió sus brazos esperando un amistoso abrazo del pelinegro.
– Claro que si DongHyuck.
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– Que ¡hiciste qué! – HyeWon se levantó de la cama de Mark dejando caer la cabeza de este al estar reposando en su regazo.
– Lo viole. – Mark no sentía culpa por lo que hizo, la forma espontánea en cómo se lo dijo a HyeWon la inquieta.
– Eres un enfermo Mark.
– HyeWon, te cite aquí para que me consolaras no para que me dijeras mil y un mierdas.
– Pero si lo que te digo es por tu bien cariño. Como puedes hacer tal barbaridad a la persona que más amas, no te entiendo, no eres el Mark que conocí.
– Ni yo mismo me conozco. – Cabizbajo la cabeza el canadiense, sus dedos pasaron por sus cabellos oscuros de lo estresado e inquieto que se encontraba.
Se levantó de la cama y dio bastantes vueltas por su alcoba, estaba poniendo nerviosa a HyeWon por su actitud.
Mark salió de su habitación, HyeWon se quedó quieta en la cama sin hacer algún movimiento imprevisto, no quería molestar a Mark, no conoce a este Mark en lo absoluto no era el chico angelical que conoció desde que el vino a la tierra a bendecir sus vidas.
Mark llego a la alcoba nuevamente tenía un trapo en sus manos, este lo dejo caer en la cama y lo que vio HyeWon la dejo horrorizada.
– M-Mark p-por favor no vayas a cometer una locura, por favor. – HyeWon estaba llorando de lo asustada que se encontraba, ver que su mejor amigo está cargando una pistola la inquietaba.
Mark le entrego la pistola a HyeWon con lágrimas recorriendo su tierno rostro.
– Jalala de una vez HyeWon, merezco pudrirme en el infierno. Esas voces no me dejan en paz me están comiendo vivo, le prometí a DongHyuck que nunca le haría daño, rompí esa promesa. No quiero dañar a ningún ser amado mío jamás, jala el gatillo.
– N-No lo puedo hacer, Mark estas cometiendo un error puedo ayudarte pero esta no es la salida para escapar de tus problemas.
– ¡MALDITA SEA HYEWON! JALA EL MALDITO GATILLO DE UNA VEZ.
HyeWon dejó caer la pistola cayendo al suelo, no quería matar a su mejor amigo, no quiere verlo morir de esa forma.
Mark rápidamente tomo la pistola y se la apunto en la clavícula, cerró sus ojos arrepentido de lo que iba hacer, pero al menos morirá a gusto sin no más atormentarse.
– ¡MARK!