– Estas bien, déjame ayudarte.
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DongHyuck siempre ha sido torpes en sus actos. No es su culpa serlo, es qué se distrae por cualquier cosa bonita que él ve.
Era un día patético que a nadie le interesará.
– ¡Lee DongHyuck!
La maestra de Física había llamado a DongHyuck para que pasará a resolver unos problemas de las Leyes de Newton.
El moreno estaba perdidamente en su celular dibujando dibujos de Noomin en su cuaderno. Que su amigo el chino le había pasado para que se los dibujara.
Que debía hacer el moreno. Estaba sumamente nervioso. No sabía en absoluto y RenJun no lo ayudaba en nada con sus señas patéticas. Que debía de ser con un ¿4? En las ley 1. Ni que fuera hacer restas. En que estará pensando RenJun.
– DongHyuck no estaré todo el día esperándote, pasa ahora si no te pondré mala nota.
El moreno no tuvo de otra que ir al pizarrón. Fue para el pizarrón y de repente un pie atravesó sobre su lugar, ahora era el peor día de DongHyuck, quería que la tierra se lo tragara, esas miradas viéndolo y riéndose de él.
Algo penoso, quería llorar. Pero ahora que lo recuerdo. La única persona que no se río de él o que se portara tan mal con él fue el canadiense que llegó. Ni se percató de su increíble existencia.
– Este bien, déjame ayudarte.
El canadiense de nombre no sabido, tomó el cuaderno del moreno que se cayó cuando tropezó.
– Gracias por tu dulce amabilidad, Mark. – La maestra dijo eso esperando a DongHyuck a que pasará al pizarrón.
El moreno se sorprendió de que fuera un chico tan lindo y más que él chico nuevo Mark le dijera de susurro.
– Ten suerte.
El moreno no sabía que decir solo asintió muy feliz y pasó para el pizarrón. Al parecer respondió con exactitud lo puesto en él pizarrón.
Todos aplaudieron y alabaron con dulces risas al moreno pero el moreno solo esperaba la dulce sonrisa de Mark...
Mark es tan lindo por qué él, porque tuvo que ser él.